Dirección: Christopher Guest
Reparto: Catherine O'Hara, Christopher Guest, Eugene Levy, Michael Hitchcock, Parker Posey
Título en V.O: Best in Show
Nacionalidad: USA Año: 2000 Duración: 90 Género: Comedia Color o en B/N: Color Guión: Christopher Guest, Eugene Levy Fotografía: Roberto Schaefer Música: Jeffrey C.J. Vanston
Sinopsis: Unos abogados yuppies (Parker Posey y Michael Hitchcock), un vendedor de ropa de hombre (Eugene Levy) y su mujer (Catherine O'Hara) o un anciano multimillonario y su mucho más joven -y voluptuosa- esposa (Jennifer Coolidge) son algunos de los tensos participantes -con sus perros- en la exhibición canina Mayflower.

Crítica

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Hay una leyenda urbana que dice que los perros se parecen a sus amos. Leer la mirada ausente y llorosa de un perro es leer la mirada suplicante de su dueño. De ahí que una exhibición canina sea, por definición, una exhibición de tipología humana, una parada de los monstruos lo suficientemente representativa como para hacerse una idea de cómo está el patio de los suburbios USA.Christopher Guest ha acercado su cámara indiscreta a un colectivo de actores que se ha prestado a improvisar diálogos y situaciones para crear esa ilusión de realidad característica de todo falso documental. Porque Very Important Perros es un fake en toda regla, un espejo público donde lo miserable, lo grotesco y lo ridículo se reflejan sin trampa ni cartón. Un fake con un contagioso sentido del humor, el fake que firmaría gustoso uno de los alumnos aventajados de Altman y Todd Solondz.No es la primera vez que Guest se atreve con el formato del falso documental. Es más, fue una de las cabezas pensantes que parió el guión de "This is a Spinal Tap", y su segunda película como director, "Waiting for Guffman", podría considerarse un borrador de Very Important Perros. Aunque, una vez establecidos los parámetros formales de la película, Guest prefiere saltarse a la torera las cuestiones de estilo y dedicarse a sus personajes (absolutamente irresistibles: ver, si no, esa barbie siliconada, que reconoce que ella y su marido anciano y millonario pueden no hablar o hablar sin parar y siempre encontramos cosas sobre las que no hablar), que definen con atino una América insatisfecha y profundamente vulgar. En este sentido, "Very Important Perros" está mucho más cerca del "True Stories" de David Byrne que de "American Beauty": su cinismo no pretende hacer accesible y asumible lo patético, sino convertirlo en algo de lo que podamos reírnos a mandíbula batiente.Después de una ingeniosa presentación de personajes, Guest utiliza el concurso perruno del mismo modo que Altman utilizaba el festival de música country en Nashville: como una central nuclear de energía narrativa. Allí, entre las observaciones de un par de comentaristas caninos y los extravagantes avatares de los participantes (una pareja de gays, un matrimonio de neuróticos profesionales liberales, el dueño de una tienda de peces voladores...), Guest decide dar vía libre a los mecanismos de la ficción, asegurada su eficacia tras haber explotado el filón estético del documental. Hay un suspense, una intriga, las expectativas del espectador piden una recompensa. Es entonces cuando esta sátira nos ladra, nos muerde y mueve la cola para decirnos que, finalmente, ha conseguido lo que quería: diluir con brillantez las fronteras que separan la realidad de la imaginación, el documental de la ficción.>>Para perros humanos (u hombres perrunos) que no hayan perdido la capacidad de reírse de sí mismos. Lo mejor: la construcción de personajes, irónica e hiperrealista. Lo peor: que formalmente no se atreva a más.