Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.

Política CUENTA ATRÁS DE SÁNCHEZ

¿Y si la explicación está en la UE? Hace justo 2 años trascendió que Sánchez veía su destino en Bruselas

El presidente lleva tiempo labrándose el futuro en la UE, como anticipó EL ESPAÑOL y se confirmó en Estrasburgo tras la publicación de su carta. Cumple los requisitos, según fuentes europeas, y le encajan los tiempos.

27 abril, 2024 02:23
Enviado especial a Estrasburgo

En la primavera de 2022, el PSOE ya era consciente de que se le venía encima una "oleada de derechas". Y Pedro Sánchez ya maniobraba para que su "indudable prestigio" en las instituciones europeas le diera una salida a su carrera política. El puesto para el que se labraba el futuro era el de presidente del Consejo Europeo, tal como reveló este diario.

A los pocos meses, otras voces lo colocaban al frente de la OTAN. Y de hecho, cuando las elecciones del 23-J pintaban a gran derrota, la Alianza Atlántica lo estaba esperando. Pero Sánchez pudo, finalmente, formar Gobierno.

Ahora, desde el pasado miércoles a las 19.09 horas, el silencio autoimpuesto del presidente y la proporción de la posible consecuencia, su dimisión, han generado una combinación de incógnitas irresolubles. ¿Cuál es el motivo? ¿Está dentro o fuera? ¿Es algo que ha pasado o algo que quiere él que pase?

Esas incógnitas están alimentadas, además, por la rumorología insistente que se desató en el último pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, de inmediato. Y por las fuentes más cercanas a Sánchez: "A día de hoy, se va", explica una fuente gubernamental de su entorno más cercano.

Pero como de lo que él escribió en su carta como motivos, nada encaja con su carácter demostradamente resiliente, se busca una explicación utilitaria. ¿Y si la razón ya la conocemos desde hace dos años y, encima, los tiempos encajan?

Por qué un primer ministro

La presidencia del Consejo Europeo es un puesto, podría decirse, casi simbólico.

Eres el jefe de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. Pero, en realidad, eres más bien lo que en inglés se llama un 'chairman', la persona que preside las reuniones, organiza la agenda y busca los consensos. Eso sí, sales en puesto preferente en todas las fotos: las internas y las internacionales.

Por su condición de cargo con poco (o nulo) poder real, pero que debe ocupar una persona del alto rango necesario para lidiar con los líderes de los Ejecutivos de la Unión, la tradición indica que la persona elegida salga del mismo ramillete de mandatarios que lo componen.

"Es necesario que sea un primer ministro en ejercicio", explica una fuente implicada en las últimas negociaciones de Bruselas. "Eso facilita dos objetivos clave", añade. "Uno, que al tener ya la carrera política hecha, el elegido no tenga ambiciones que puedan hacer sombra a los gobernantes. Y dos, que no es un paracaidista, sino alguien que conoce el trabajo y las dinámicas del Consejo... uno de ellos".

Por qué ahora

Decíamos que los tiempos encajan. Y es así. Fuentes cercanas al presidente admiten que, si partimos de que Sánchez renuncia a su cargo de presidente este lunes, cualquier salida que tome lo mantendría, en principio, en funciones hasta una próxima investidura. Y eso no le baja de la condición inicial... porque otro nombre socialista que concite el apoyo de los socios parlamentarios puede ser costoso de encontrar.

Pero, ¿y si su dimisión es irrevocable y deja el Consejo de Ministros en manos de su vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ejerciendo la presidencia interina? Aun en ese caso, ya lleva un par de meses rumoreándose que en esta ocasión los jefes de Estado y de Gobierno podían saltarse esa norma no escrita de "sacar a un primer ministro del cargo".

El nombre del socialista portugués dimitido hace pocos meses, António Costa, ha vuelto a estar sobre la mesa.

Muchos en Bruselas lo consideraban "el elegido", pero dejó el puesto cuando fue salpicado por un caso de corrupción en su entorno más cercano. Tanto como que el principal acusado era su jefe de gabinete. Aunque su vuelta a la baraja de nombres era más una manera de desagraviar a Costa en lo personal, una vez que se supo que él nunca tuvo nada que ver.

En todo caso, que su único competidor para el cargo sea otro mandatario cercado por un escándalo, mitiga la mancha que haya podido caer sobre el nombre de Sánchez por el caso de su esposa, Begoña Gómez.

Antes del tuit con su carta de este miércoles al caer la tarde, nadie se había percatado de este asunto en Europa. Y de inmediato todos los medios lo destacaron como motivo principal de sus cinco días de reflexión.

Pero, ¿por qué Costa sería el competidor, y nadie más? "Porque toca socialista y del sur", explica otra alta fuente bruselense. 

"Toca socialista seguro" porque "nadie entendería que, en el reparto, el segundo partido más grande de la UE volviera a elegir el cargo de Alto Representante, cuando pueden quedarse el Consejo", explica un dirigente del PP español. El cargo fue elegido por la Alianza de Socialistas y Demócratas Europeos (S&D) porque no había duda de que lo ocuparía Josep Borrell, que concitaba un consenso indiscutible.

Y hay que recordar que de los tres presidentes del Consejo, dos han sido del PPE y el otro, liberal... La lógica indica que ha llegado la hora de un socialista.

"Desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa, que creó la figura de presidente fijo del Consejo, los tres que ha habido eran primeros ministros en ejercicio", explica otra fuente europea. Herman van Rompuy (2009-2014) era jefe de Gobierno de Bélgica; Donald Tusk (2014-2019) lo era en Polonia; y Michel (2019-2024), de nuevo Bélgica.

Además, el Partido Popular Europeo (PPE) no puede vetarlo. El reparto de sillones se hace en julio, tras las elecciones del 9-J, y se confirma en octubre. Y partiendo de la más que segura victoria electoral de los populares, la reelección para la presidencia de la Comisión de Ursula von der Leyen  debería contar con el apoyo de la tradicional coalición con los socialistas y los liberales.

Los centristas podrían elegir, con el apoyo de los populares, entre Banco Central, Parlamento y Alto Representante o uno de los turnos de presidencia del Parlamento. "Los socialistas nos vetarían a Ursula si vetamos a Pedro", explica otro dirigente del PP español. "Y Pedro lleva labrándose apoyos para ese puesto desde hace dos años, como mínimo".

Por qué del sur

Hasta ahora, los tres presidentes han sido centroeuropeos o del Este. Además, de los actuales líderes que se sientan en el Consejo, sólo cinco son de la familia socialdemócrata: 

Zuzana Caputova, presidenta de Eslovaquia, es jefa de Estado y no cuenta (menos aún su primer ministro, Robert Fico, un populista perseguido por casos de corrupción); Robert Abela, primer ministro de Malta, tampoco puede optar por el poco peso de su país y por el todavía irresuelto caso Daphne CaruanaOlaf Scholz, canciller de Alemania, nunca saldría del cargo, y menos si en la Comisión va a estar su compatriota Von der Leyen.

Quedan dos que sí competirían como rivales de Sánchez: Mette Frederiksen (Dinamarca) podría ser una rival seria para Sánchez, pero ya habrá una mujer en el Ejecutivo comunitario (equilibrio de género); y resta António Costa (Portugal), caso ya explicado y al que le costaría contar con el apoyo de su recién elegido sucesor, el conservador Luís Montenegro.

¿Por qué español?

Finalmente, está el equilibrio histórico: lo más alto que ha llegado España en la UE ha sido a dos Altos Representantes (Javier Solana y el citado Borrell) y a tres presidentes del Parlamento: Enrique Barón (1989-1992), José María Gil-Robles (1997-1999) y, de nuevo, Borrell (2004-2007). España nunca ha presidido la Comisión ni el Consejo.

El nombre de Sánchez está en las quinielas de los favoritos de la prensa internacional. El Financial Times lo señalaba recientemente junto a Mario Draghi, que ahora es postulado por Emmanuel Macron como alternativa a Von der Leyen para la Comisión. 

Y además, el todavía presidente del Gobierno no sólo es español. Es Pedro Sánchez, un político que ha visto caer su prestigio en la UE desde el pasado 23 de julio. Y más después de su encontronazo con Manfred Weber, en la Eurocámara el pasado diciembre. Pero no sus apoyos ni su fama de audaz y "hacedor de acuerdos".

Esa característica es clave para la próxima legislatura en la que la UE afronta una posible negociación de cambio de tratados, enfocada en una política de defensa común y la anhelada ampliación a los Balcanes Occidentales -que él se ha trabajado- y a los avances con Ucrania y Moldavia. 

"Sánchez ha comprendido la dimensión europea de la política, que ya hace mucho tiempo dejó de ser doméstica, porque la única escala factible en la globalización es mancomunar las políticas", explica un exministro español hoy en Bruselas.

"Que Sánchez dé el paso al ejercicio político en las instituciones es un discurso predecible, porque está jugando ese rol con una personalidad muy definida", añade.

Altos funcionarios y eurodiputados de las tres principales fuerzas (populares, socialistas y liberales) confirman a este periódico que Sánchez "tendría opciones" de lograr su objetivo porque hace un trabajo callado y ha aprendido lecciones del pasado.

Ese "rol que está jugando" Sánchez, al que se refería el exministro citado lo corroboran fuentes de Moncloa, que siempre han señalado que el empeño principal del presidente en todos los asuntos es "tender puentes" entre las diferentes posturas

"Ésa es una posición inteligente", explica un alto funcionario alemán a EL ESPAÑOL desde Bruselas. "España es el pequeño de los grandes y el grande de los pequeños... hay pocos aspectos en los que su liderazgo político sea evidente, de modo que adoptar el papel del que traba consensos es encontrar una posición útil". 

De ahí su trabajo en el eje Madrid-La Haya que tanto ha sorprendido en la UE.

Un inesperadísimo éxito de Sánchez fue el acuerdo con su eterna bestia negra, Mark Rutte. El primer ministro de Países Bajos -quien sí se irá a la OTAN- es amigo personal de Sánchez, pero un rival durísimo en las negociaciones.

Sin embargo, visitó Moncloa aquel abril de 2022 y, en lugar de acabar aquella cita a palos, Sánchez le arrancó una posición común para que su país apoyara la pretensión de Madrid de un año más sin reglas fiscales en la UE... y un modelo compartido que ha sido la base del nuevo Pacto de Estabilidad.

"El secreto está en partir de los elementos que compartes, aunque sean puramente conceptuales, y a partir de ahí trabar alianzas", explicaba una fuente autorizada de Moncloa. Una frase casi calcada a la que pronunció la entonces vicepresidenta Nadia Calviño junto a su homóloga holandesa, Sigrid Kaag.