Giussani hizo el cristianismo «no solo aceptable, sino creíble» - Alfa y Omega

Giussani hizo el cristianismo «no solo aceptable, sino creíble»

La diócesis de Milán abre la fase testimonial del proceso de canonización del fundador de Comunión y Liberación

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El sacerdote italiano Luigi Giussani en su mesa de trabajo
El sacerdote italiano Luigi Giussani en su mesa de trabajo. Foto: Comunión y Liberación.

«Luigi Giussani fue un sacerdote apasionado y entusiasta, que murió rodeado de una auténtica reputación de santidad que no se ha desvanecido con el tiempo, sino que ha crecido y sobre la que ahora debemos reflexionar ante Dios». Con estas palabras anunciaba la semana pasada el arzobispo de Milán, Mario Enrico Delpini, la apertura de la fase testimonial del proceso de canonización del fundador de Comunión y Liberación. La celebración tiene lugar este jueves, 9 de mayo, en la basílica de San Ambrosio, presidida por el mismo Delpini.  

El origen del proceso se remonta a febrero de 2012, cuando la Fraternidad de Comunión y Liberación (CL) solicitó su inicio al entonces arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola, quien aceptó la petición e inició la fase documental, que analiza todos los escritos del sacerdote italiano. Al encontrarse esta etapa ya en estado avanzado, ha sido ahora Delpini quien ha decidido dar un empujón al proceso abriendo la fase testimonial. Así, durante los próximos meses, varias decenas de personas que conocieron a Giussani en vida pasarán por el Servicio para las Causas de los Santos de la archidiócesis italiana para testificar sobre su vida, su pensamiento, su espiritualidad y su fama de santidad, y podrán manifestar su opinión sobre la conveniencia de una futura canonización. 

Bio
  • 1922: Nace en Desio, al norte de Milán
  • 1945: Es ordenado sacerdote
  • 1954: Enseña Religión en una escuela estatal donde nace el grupo Gioventù Studentesca
  • 1964: Comienza a impartir teología en la Universidad Católica de Milán
  • 1969: Gioventù Studentesca renace con el nombre de Comunión y Liberación
  • 2005: Fallece en su casa de Milán
  • 2012: Se abre su causa de canonización

Entre ellas se encuentra Giancarlo Cesana, durante muchos años uno de los laicos que acompañaban a Giussani en la responsabilidad del movimento. Cesana, quien en las últimas décadas ha desempeñado diversas responsabilidades en la presencia pública de CL, como el encuentro anual en Rímini, declara a este semanario que «Giussani tuvo el acierto de recordarnos a todos que el cuerpo de Cristo está vivo y que su presencia se manifiesta en la comunidad cristiana». De hecho, «la comunión y la unidad de los cristianos son la manifestación visible y física del mismo Dios». Esta intuición del fundador de CL se debe a que «tenía una inteligencia afectiva que le permitía reconocer con genialidad la realidad». 

Volver al principio

Por su parte, Stefano Alberto, otro de los pesos pesados del movimiento, recuerda que el sacerdote italiano «se dio cuenta ya en los años 50 de que el cristianismo, sobre todo en Occidente, corría el riesgo de no responder ya a las inquietudes de la gente. El formalismo y la organización lo habían reducido a una doctrina y a una moral. Él quiso recomenzar desde el principio, desde el mismísimo encuentro de Cristo con Andrés y Juan, comunicando el cristianismo como la Vida que sale al encuentro con los hombres». 

Alberto, uno de los colaboradores más cercanos de Giussani y hoy uno de los responsables de los universitarios del movimiento, señala que lo que más destacaba en el fundador era «su pasión por Cristo y por la Iglesia». Fue algo que vivió «en obediencia fiel y, al mismo tiempo, en apertura a nuevas formas en las que el cristianismo se hiciera no solo aceptable, sino creíble». En su opinión, Giussani consiguió que esta pasión por Cristo y por la Iglesia «se convirtiera también en pasión por lo humano». Solo así se entiende «el gusto por el arte, la música y la literatura que tanto le caracterizaron. Por eso él no hizo un discurso ni transmitió una ideología, sino que propició el nacimiento de una cultura a partir del encuentro con Cristo».

Tanto Cesana como Alberto formarán parte de un proceso que, una vez finalizado en su fase testimonial, terminará su recorrido diocesano y pasará directamente a Roma. Allí, el Dicasterio para las Causas de los Santos verificará el trabajo llevado a cabo en Milán y continuará con el procedimiento, a la espera de que un milagro permita la beatificación de Giussani y más adelante otro haga posible su canonización. Desde España «estamos contentos porque el proceso avanza, y también porque este paso de algún modo valora positivamente el desarrollo teológico de la obra de Giussani», afirma Rafael Gerez, responsable de CL en nuestro país.