Un estudio alerta sobre los campos magnéticos de las torres de alta tensión | Sociedad | EL PAÍS
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Un estudio alerta sobre los campos magnéticos de las torres de alta tensión

Un estudio efectuado por científicos de la Universidad de Brístol y financiado por el Ministerio de Sanidad del Reino Unido volvió ayer a plantear el supuesto riesgo de vivir junto a las torres de alta tensión. Según el director de la investigación, Denis Henshaw, experto en radiaciones de baja intensidad, las partículas contaminantes liberadas por los campos electromagnéticos generados alrededor de los cables pueden favorecer la aparición de enfermedades.

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Un peligro no demostrado

Consciente de que sus conclusiones contradicen otros trabajos similares efectuados hasta la fecha, y chocan con el rechazo gubernamental británico a la posibilidad de que las líneas de alta tensión propicien sobre todo enfermedades infantiles, Henshaw intentó establecer la relación causal entre su aparición y la presencia de los cables de alta tensión próximos a la casa del enfermo. Junto con sus colaboradores de la Universidad de Brístol, ha efectuado dos estudios teóricos que miden las dosis internas (en el hogar) y externas (al aire libre) de partículas contaminantes salidas de las torres eléctricas y almacenadas en la piel. Aunque fuera de casa las partículas llegan al cuerpo humano 10 veces más deprisa que de puertas adentro, lo importante, según el estudio, es la carga eléctrica que portan.Los cables de alta tensión atraen polvo y suciedad que cargan luego de electricidad. Por un lado, este hecho refuerza la forma en que estas partículas contaminantes son retenidas por el organismo al ser inhaladas. Por otro, aumenta el riesgo de enfermar. El viento, que puede transportarlas hasta a 500 metros de distancia, o bien la lluvia o la nieve, no reducen la intensidad de la exposición a las mismas.

"Teniendo en cuenta que la contaminación derivada del tráfico favorece la presencia de algunos cánceres, nuestras observaciones con los campos electromagnéticos y el cáncer, y en especial su relación con las enfermedades infantiles y adultas, demuestran que vale la pena seguir investigando sus efectos sobre la salud", señaló ayer Denis Henshaw. En su opinión, el Gobierno de Estados Unidos tiene razón al evitar de forma sistemática la construcción de edificios junto a los tendidos de alta tensión.

Rechazo oficial

Publicado en el International Journal of Radiation Biology, el trabajo del equipo de Brístol incluye más de 2.000 mediciones de partículas contaminantes liberadas por las torres eléctricas en el condado de Gloucestershire, en el centro de Inglaterra. Según datos oficiales, más de 23.000 hogares británicos, además de escuelas y oficinas, están situados hoy junto a cables de alta tensión. En el Reino Unido, el Servicio Nacional de Protección Radiólógica ha descartado hasta la fecha que los brotes de leucemia infantil observados en poblaciones cercanas a estos tendidos tengan nada que ver con su presencia. Al tratarse de un organismo asesor del Gobierno, tanto el Ministerio del Medio Ambiente como el de Industria y Energía favorecen la investigación, pero no aconsejan el traslado de los tendidos.

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