Unholy Partners

Bruce Cory vuelve de la guerra y quiere hacer un nuevo periódico de tipo sensacionalista que tenga éxito a toda costa. Para ello se asocia con un mafioso que le financie -el siempre competente Edward Arnold- bajo la atenta mirada de su fiel secretaria y colaboradora, la deliciosa Laraine Day.

Leroy ya trató en varias ocasiones, durante los años 30, los tejemanejes inconfesables de la prensa y su falta de principios, en películas como “Five star final” (1931) o en la insuperable obra maestra “They won’t forget” (1937). Aquí, sin embargo, se combina el descarnado cinismo del personaje protagonista con un apaciguador tono de comedia que en parte desactiva toda posible lectura sulfurosa y acaba por no aportar nada novedoso a la atractiva y copiosa filmografía de LeRoy para ir diluyéndose, sin más, en una película de cine negro algo descafeinada.

No obstante, cuenta con algunas ráfagas de buen cine – a Mervyn Leroy el cine le salía por todos los poros sin proponérselo-, y es de destacar el trabajo de Edward G. Robinson como protagonista, con su inagotable energía y su imponente y perruna presencia escénica, lo que compone, a la postre, un filme menor pero inteligente, divertido y ampliamente disfrutable. Para completistas.