Crítica: Jethro Tull - Under Wraps | El Portal del METAL

Jethro Tull - Under Wraps

Enviado por ChrisJiménez el Jue, 10/09/2020 - 11:58
Jethro Tull

1. "Lap of Luxury" - 3:35
2. "Under Wraps I" - 4:00
3. "European Legacy" - 3:22
4. "Later, that Same Evening" - 3:52
5. "Saboteur" - 3:29
6. "Radio Free Moscow" - 3:40
7. "Nobody's Car" - 4:10
8. "Heat" - 5:38
9. "Under Wraps II" - 2:15
10. "Paparazzi" - 3:46
11. "Apogee" - 5:28

(12. "Astronomy" - 3:38
13. "Tundra" - 3:42
14. "Automotive Engineering" - 4:04
15. "General Crossing" - 4:01
temas adicionales
)

[Full album]

Señalar los más horribles defectos de una gran banda que tantos años llevamos siguiendo, que respetamos y que amamos, es como señalar los de nuestra pareja: ¡no nos atrevemos, nos aterra!, quizás para evitar "empañar" esa imagen idealizada que nos hemos forjado a lo largo del tiempo. Ya me sucedió al enfrentarme a la dura tarea de comentar el "CHANGE OF ADDRESS", de KROKUS (léase https://www.elportaldelmetal.com/critica/krokus-change-address).
Pues, de nuevo, hay que hablar de ello, damas y caballeros, aunque sea de Jethro Tull, al que le tengo un especial cariño, pero hay que hablar porque los defectos existen, aunque al final nos veamos obligados a concluir nuestro alegato agachando la cabeza y admitiendo humildes "es que nadie es perfecto...".

Por ejemplo, muchos cuadros tendría que romper Jan Bruegel de Velours para llegar a su magistral "Orfeo en los Infiernos". Yo creo que tan importantes son los éxitos como los fracasos porque se aprende de ellos...lo malo es que nos puede costar el jornal. Y los señores de Tull iban a tener su propia dosis de realidad a mitad de los '80, década de gloria para muchos, de resbalones y descalabros para otros; en pleno 1984, el año en que no pudieron haberse realizado más discos de heavy metal (los estantes de las tiendas especializadas estarían a rebosar...), fluía una tendencia excitante dentro del rock, pero algo peligrosa.
Peligrosa porque muchos grupos dejaron atrás sus raíces, su estilo y carácter genuinos en favor de las modas y las nuevas tecnologías del momento. La adaptación y mutación de Nazareth, RUSH o ZZ Top fue el paradigma de esa situación; algunos de éstos tuvieron algo de suerte, como Uriah Heep, Wishbone Ash, YES o el "power trio" barbudo, por ejemplo...pero de ningún modo Ian Anderson y sus trovadores, y eso que dos años antes engendraron "THE BROADSWORD AND THE BEAST", uno de sus más emblemáticos plásticos con el cual resurgieron de las cenizas del regular "A" a base de recuperar la esencia folk y épica de antaño combinándola con los sonidos frescos y originales que descubrieran en la electrónica y el pop.

El resultado fue vibrante, evocador y provocador, un perfecto híbrido adulto de "SONGS FROM THE WOOD" y el moderno "A", con magníficas piezas de orfebrería como "Broadsword", "Beastie" o "Pussy Willow"; pero una brecha hacia un negro futuro se abría entre la majestuosidad del luminoso trabajo: "Watching Me, Watching You", prediciendo los cambios que aún estaban por llegar. El responsable de hundir definitivamente a Anderson en el abismo caliginoso del techno fue Peter-John Vettese, "mago" de los teclados y las maquinitas; tras su esfuerzo conjunto, "WALK INTO LIGHT", que el viejo flautista tuvo el acierto de presentar sólo con su nombre, llegaría la gota que desbordaría y haría trizas el vaso de Tull.
Llega así el año de la debacle. Anderson se dispone a trabajar duramente y para hacerlo de manera cómoda se instala en el estudio de su propia casa, prescindiendo de Gerry Conway y sustituyéndolo por cajas de ritmos y secuenciadores (ay, madre de Dios...); eso sí, el líder deja participar a sus drugos en la composición de algunos temas, cediendo la excusiva a Vettese, quien se explaya a gusto con sus cachivaches electrónicos. El LP se publica en Septiembre con una portada sugerente, casi sensual, y acorde a su sonido y unas letras inspiradas en la ciencia y las intrigas de espionaje, siendo también el primero en salir en formato CD, con varios temas extra: "General Crossing", "Tundra", "Astronomy" y "Automotive Engineering".

Pero los fans, los críticos y los señores de Chrysalis no lo pueden creer y se echan las manos a la cabeza. Terry Ellis escupe mil reprimendas a Anderson y se marcha de la discográfica. Barre declara que es su disco favorito del grupo, lo cual indica que la locura fue contagiosa. Por su parte el pobre Dave Pegg, quien no halla ni rastro de la banda folk a la que se unió, admite que los muchos desechos de las sesiones de "THE BROADSWORD AND THE BEAST" habrían conformado un álbum mejor. Pero el jefe se colgó con la tecnología y disfrutaba como una niña con zapatos nuevos; la naturaleza artificial y matices fríos hacen eco en el lúdico "Lap of Luxury", donde la flauta y demás instrumentos se hayan eclipsados por todos esos abundantes delirios electrónicos.
¿Dónde estás, Tull?, ¡que no te reconozco! Esa tónica de ritmos pegadizos y fuerte coqueteo con los sonidos computerizados y futuristas marcan todo el disco a seguir, desde la trepidante "Under Wraps" hasta la "Apogee" final, pasando por las atmosféricas "Later, that Same Evening", "Radio Free Moscow" y "Heat", la animada "Saboteur", y "Nobody's Car" y "Paparazzi", ambas con sus devenires techno pop "discotequeros". El líder juega muy asombrosamente con su voz, pero el uso del sampler y demás efectos le tapa y le resta encanto y carisma; por suerte el tema título se presenta duplicado en el disco como una curiosa y bonita versión folk de la original, sólo con voz y arreglo acústico, trayendo recuerdos de una época más brillante y muy distante.

Esta pequeña pieza y la melancólica "European Legacy", dominada más por la flauta y la instrumentación acústica, son las grandes sorpresas de un disco que, desnudo de tanta parafernalia techno y ridículos arreglos podría haber sobrevivido a la quema; de hecho, bien escuchado, hay canciones muy buenas...pero con otra producción. Anderson era conocido por ser alguien que nadaba a contracorriente, sin importarle influencias exteriores, pero aquí, incomprensiblemente, decidió seguir las tendencias y el competitivo y dictatorial mercado.
Tuvo que hundirse en el fango y casi asfixiarse para darse cuenta de que la electrónica no encajaba con la filosofía "tulliana". Terminaría de rematar el desastre una gira apoteósica donde los integrantes lucían una estética diferente, moderna, los temas sonaron mucho mejor en directo y las cuerdas vocales del líder se hicieron picadillo, debido a la propia naturaleza o intensidad de las complicadas composiciones (o vaya usted a saber); el caso es que el flautista escocés, al que se le ordenó descanso absoluto, jamás recuperaría su voz original.

Concluye así la Trilogía de la Incertidumbre del grupo y una época convulsa y oscura para dar paso a otra de redención y reestructuración. Anderson continuaría con su cría de salmones, Pegg se iría con Fairport Convention, Barre se dedicaría a componer y a Vettese se le mandó muy lejos, con otras bandas que le soportaran. Faltará un tiempo para "CREST OF A KNAVE", el cual llegará triunfal.
PD: Es la mejor banda sonora que podéis encontrar para acompañar a un videojuego de plataformas.

Canción favorita: "European Legacy"

Ian Anderson: Voz/guitarras/flauta/batería electrónica/teclados/secuenciadores
Martin Barre: Guitarra
Dave Pegg: Bajo
Peter-John Vettese: Teclados/secuenciadores/sintetizadores/programación

Sello
Chrysalis