Crítica de TOM REGAN a "Un marido rico" [Puntuación: 7] - FilmAffinity
Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Romance. Comedia Inexplicablemente, un novio y una novia no pueden asistir a su propia boda porque se lo impiden sus dobles, que son los que se casan. Seis años más tarde, el administrador del piso de Park Avenue de Tom y Gerry Jeffers enseña la casa, aunque todavía viven en ella, a otros posibles inquilinos, ya que ellos se han retrasado en el pago del alquiler. Gerry se siente frustrada porque su marido, un arquitecto que intenta sacar adelante sus ... [+]
9 de septiembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
294/07(05/09/22) Comedia alocada que he visto con motivo del 80 aniversario de su estreno (28/09/1942). Un buen film dirigido y guionizado con frenético pulso por el especialista en el género Preston Sturges, una trepidante screw-bal protagonizada por una estelar Claudette Colbert y Joel McCrea (que el año anterior protagonizó, pero también a la sombra de otra mujer [en este caso la gran Veronica Lake], la puede más famosa obra de Sturges, “Los viajes de Sullivan”), teniendo de secundarios a un flemático y divertido en su amaneramiento Rudy Vallée, y a una extrovertida jovial Mary Astor. Ello para una cinta donde brillan las batallas de sexos, las réplicas y contrarréplicas ingeniosas, las situaciones disparatadas (incluso emparentadas con el surrealismo de los Marx, epítome la noche de ‘caza’ dentro del tren de la ‘logia’), con muchos dobles sentidos, mucha acidez sexual (tuvo problemas con la censura por lo liberal de este matrimonio, e incluso por las veces que mencionaba la hermana del millonario que había estado casada), donde se juega las falsas apariencias, las identidades equivocadas, a la sátira, a la burla de a la (indolente) clase alta, al ataque a la (sagrada) institución del matrimonio. Pero todo en un tono ligero, sin que su triángulo romántico en el que deriva (incluso con la llegada de la hermana es cuadrangular), tenga profundidad alguna, sin dramatismos.

Ello incidiendo con mucho humor en el poder de las armas de mujer, de lo que presume la protagonista en una actitud (que tuvo problemas con la censura) cercana a la prostitución, en cómo se aprovecha ella de su belleza para obtener bienes materiales, ejemplo que hoy día se puede ver como empoderamiento femenino, lo extraño es que nadie de los que le da ‘regalos’ le pide nada a cambio (¿?), lo cual es muy transgresor para su tiempo. Ello encarnado por la estrella del film como es la Colbert, radiante de belleza y encanto; a su lado está Joel McRea un tanto desequilibrado ante el huracán de la Claudet primero, y luego el ciclón Mary Astor.

Una historia que en su núcleo es una persecución del gato y el ratón, habiendo la casualidad de los nombres, donde el gato es Tom y la ratón es Gerry (casi como los toons, cambia la ‘G’ de Gerry por la ‘J’), donde Gerry huye de su marido por toda la costa atlántica USA (de NYC a Florida).

Tiene un prólogo demencial en el que yo no he entendido nada, pareciendo una parodia llevada al absurdo del arranque de “Historia de Filadelfia” (1940), ello con una boda atropellada donde no se sabe bien quien se ha casado con quien (¿?), ello bajo los electrizantes acordes de una variación de la obertura de William Tell (orquestada por Victor Young). Hay una elipsis y te das cuenta de que ese inicio no tenía importancia alguna, más allá de que al final engancha en un gag con él. Hay una elipsis de cinco años y tenemos a Tom (McRea) y Jerry (Colbert), casados y viendo en un apartamento de lujo del que el dueño quiere echarlos por impago. Tom es un idealista que sueña con que alguien le financie su proyecto de aeropuerto, y ella es una materialista frívola. Gerry decide en su mente retorcida que por amor, lo mejor es divorciarse, y que ella pueda casarse con un rico que mantenga sus caros gustos y su ociosidad, amén de que pueda dar el dinero a Tom, y todo por amor. Es un argumento demencial en su amoralidad políticamente incorrecta. Asistiremos a como se analiza con sorna a la alta sociedad, se da de ellos un retrato complaciente a la par que indolente en su superficialidad, con gustos disfuncionales (coleccionar maridos, apuntar gastos que nunca se suman, viajar en tren porque es muy americano, …), caprichosos.

Film hijo de la Gran Depresión (que tan bien retrató Woody Allen en “La Rosa Púrpura del Cairo”) en como hace que una pareja sin recursos pueda llegar a relacionarse de tu a tú con un muchi millonario, y con ello el espectador se pudiera ver inmerso en los lujos, con yates, mansiones, costosos trajes y joyas. Una galería de secundarios pintorescos y muy jugosos. Tenemos al ‘Rey de las Salchichas’ (genial (Robert Dudley), un simpático sordo que reparte dólares como si le quemaran (exhibiendo con ello fajos de billetes); Tenemos a los alocados miembros "Club de la cerveza y la codorniz"; Tenemos a este particular millonario John D. Hackensacker III "Snoodles" (que viaja en tren por no considerar (entonces) americano hacerlo en avión (si debe serlo viajar en yate ¿?; Está la princesa Centimillia (muy buena en su dejadez Mary Astor), burlesca en como en apenas una mirada se encapricha de un hombre, no en vano ha tenido cinco matrimonios ya; Y tenemos al bufonesco Toto (encarnado por el alemán Sig Arno), como un europeo que habla de forma que nada se le entiende, amanerado, pomposo, en realidad un artículo pesado adquirido pro la princesa.

Hay en el film uno de esos tramos que la hacen perdurable pro siempre, me refiero al del tren. Gerry ha sido ‘adoptada como mascota’ del ‘Ale and Quail” (entre ellos el actor fetiche del director, William Demarest), grupo de indolentes que viajan para ir de caza con sus escopetas y perros, y que terminan improvisando una cacería en el tren, con disparos, perros, gritos, cristales rotos, colosal y desternillante caos (con el afiche de un elemento un tanto de estándar racista cuando vemos a un camarero negro esconderse), propio del mejor gag de los Marx. Esto con el complemento final de Gerry huyendo de esta anarquía y refugiándose en el coche-cama (que recuerda y mucho al tramo similar en “Some like it hot” de Billy Wilder, seguro que tomó ideas de aquí).

Llegamos al rush final, donde se produce un cuadrangular amoroso, con mucho de picaresca, de estafa, que culmina en una bonita escena de *amor muy contradictoria. Culminado en una resolución bastante naif y ligera, dando a entender la farsa en la que estábamos sumergidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow