Cuando tu manager es tu mayor fan y tu principal apoyo y fallece, tu banda queda coja. Tras el golpe, Mastodon entraron su período mas fértil y reconvirtieron la desdicha en inspiración. Una lección de vida de parte de uno de los grupos clave del metal del siglo XXI.

Que Mastodon poseen una de las discografías más consistentes y contundentes de cualquier banda actual de metal es un hecho incontestable. Que su nuevo álbum, el espectacular ‘Hushed And Grim’, es una de las obras capitales de su discografía es sujeto de debate a falta de que el disco termine de consolidarse en el imaginario colectivo. Pero después de unas semanas y bastantes escuchas se puede decir que la nueva obra de los de Atlanta es distinta: forzados a lidiar con la perdida de su manager Nick John, Mastodon han hecho de su pena un colosal esfuerzo por rendir digno homenaje al hombre que les sacó de los clubs y los llevó ante miles de personas. 

No es la primera vez que la perdida queda reflejada en un disco de la banda. Ya en ‘Crack The Skye’ la formación hacía un elegante tributo a Skye, la hermana de Brann Dailor, quien terminó con su propia vida en plena adolescencia. Las experiencias vitales siguieron marcando la agenda compositiva del grupo con ‘Emperor Of Sand’, donde el concepto versaba sobre una batalla contra el cáncer. Pero la muerte de John ha sido un gran motivador para la creatividad de una banda que debía a su manager prácticamente todo. 

“Nosotros nos formamos como banda en el año 2000”, explica Troy Sanders por videoconferencia desde su casa, con tono alegre y jovial, lejos del maníaco desquiciado que depreda el escenario como si fuese un gran felino ante un montón de aves. “Nick John nos vio en el Hellfest -se llamaba Hellfest también- en New Jersey, Estados Unidos. Hicimos un gran show y al final vino y nos dijo que le interesaba ser nuestro manager”.

“En aquel momento”, prosigue el bajista, “nosotros no pensábamos en tener un manager, era algo que se nos escapaba por entonces. Comenzamos a desarrollar la relación por entonces y eventualmente empezamos a trabajar con Nick”.

“Lo siguiente que sé es que estábamos firmados con Relapse Records y luego con Warner”, recuerda. El disco debut de Mastodon, ‘Remission’, llegó en mayo de 2002. Una obra visceral que pondría en circulación dos futuros clásicos de la banda, “March Of The Fire Ants” y “Mother Puncher”. Apenas un par de años después llegaría el clásico ‘Leviathan’, el disco que les sacó de la mesa de los niños y los sentó en la de los mayores. Canciones como “I Am Ahab” o “Iron Tusk” les catapultaron mucho más allá, por no hablar del hit “Blood And Thunder”. Y el interés del sello Reprise, de Warner, no tardaría en llegar. Por entonces, en España, Mastodon aún tocaban en salas como el antiguo Mephisto de Barcelona para apenas 50 personas. El mundo estaba por descubrirlos a gran escala. Eso sucedería de la mano de una discográfica con músculo suficiente y de un manager como el difunto John.  

“Fichar por Warner hizo que nuestra música llegase a más gente alrededor del mundo y que la banda tuviese una presencia mucho más global”, explica Troy. “En la parte de las giras, Nick nos pudo introducir en shows y festivales muy grandes. Nuestra primera gira tras firmar con él fue una gira europea llamada ‘Unholy Alliance’ donde tocábamos con Slipknot y Slayer. Era en arenas gigantes. El escenario en el que tocábamos en esas arenas era más grande que todos los clubs en los que habíamos tocado hasta ese momento. Era algo masivo. Un salto espectacular. Ahí cambió todo. Fue en cuanto firmamos con él”, dice con una sonrisa melancólica en la cara.

“Después de la gira con Slayer y Slipknot, estuvimos seis semanas como teloneros de Tool en Europa. Todo era grande, masivo y gigante. En cuanto comenzó nuestra relación con Nick, todo fue a mejor”. 

De tripas, corazón

Pese a toda la pena y la interiorización de la perdida, el resultado para Mastodon ha sido una temporada altamente fértil, como reconoce el músico. De la contrariedad, inspiración. 

“Para nosotros ha sido una temporada muy productiva”, explica Sanders. “Eso es lo mejor que puedo decir de estos últimos tres años. Pudimos aprovechar todo 2020 a nuestro favor y tuvimos mucha suerte de que los cuatro estábamos inspirados y componiendo mucho material. Todo el mundo estaba lleno de música, todo el mundo componía letras y todo el mundo estaba creando cosas. Terminamos teniendo más ideas para este disco que nunca antes en los ocho discos previos a lo largo de 20 años”. 

“Hay dos motivos claros”, para ello. “Uno fue que tuvimos el tiempo para hacerlo. Por otro lado todos estábamos muy motivados a componer el mejor y más bello memorial para nuestro estimado amigo y manager Nick John. Los cuatro estábamos deseosos de continuar hacia adelante e intentar hacer de este nuevo disco lo mejor y más grande que nunca hemos hecho. Esa era la idea”.

Es de perogrullo afirmar que la relación que Nick tenía con Mastodon era muy especial y cercana. La banda le conoció durante la grabación de ‘Leviathan’ y se ganó la confianza de unos Mastodon que no querían trabajar con managers engominados, encorbatados y llenos de prepotencia -algo muy típico en la escena de Los Angeles-. 

“La relación que teníamos con Nick era rara, en el sentido de que era nuestro mayor fan y era nuestro mejor amigo”, recuerda Troy. “Casualmente, también era nuestro manager. Cada vez que uno de nosotros le llamaba con un tema referente a la banda pasaban quince minutos hasta que hablábamos del asunto en cuestión porque, en primer lugar, estabas hablando con tu amigo sobre un montón de cosas: comida, series o películas. Como harías con cualquier amigo. No era una relación de trabajo. De hecho, era justo lo contrario”.

“Nosotros éramos su principal banda representada”, asegura. “Él era co-manager de Slayer, pero nosotros éramos su descubrimiento. El nos descubrió en 2004 y nos acogió bajo su ala. El nos llevó a donde estamos, nos hizo volar hasta donde estamos ahora”. 

“Lo que más echo de menos es que era nuestro mayor fan y hemos perdido a nuestro mayor seguidor”, reflexiona con la mirada algo distante. “Podría decir muchas cosas maravillosas sobre él, pero ese es mi primer pensamiento. Nos defendió como nadie y creyó en nosotros como nadie”.

Mastodon no era una banda fácil. Una pandilla algo revolucionada en los primeros 2000s, con mucha energía y las dinámicas intrabanda que se dan en muchas ocasiones. Y además, casi súbitamente, girando por todo el mundo y tocando ante miles de personas en los mayores festivales del planeta.

“Él tuvo una manera muy interesante de equilibrarlo todo”, dice el músico, “haciendo que los cuatro miembros del grupo estuviesen contentos individualmente a la vez que toda la banda, como unidad, estaba contenta”.

“Es un trabajo muy complicado”, se ríe. “Nick era una persona que te ofrecía mucho impulso. Cuando estábamos trabajando en nueva música, por ejemplo, le enviábamos nuestra demo y él nos llamaba y nos decía ‘la canción número tres es un riff tremendo, el estribillo es brutal’. Le gustaba genuinamente. Era tremendo tener esa energía alrededor”. 

“Él nos decía ‘continuad haciendo vuestra parte: componed música que os gusta y seguid humildes, con los pies en el suelo y respetaos los unos a los otros. Mantened a la banda en pie y yo os llevaré a todos los escenarios alrededor del mundo. Os tendré tan ocupados girando que podréis vivir de esto y seguir haciendo música’. Ese fue siempre nuestro sueño: poder vivir de hacer música. El facilitó que nuestro sueño pasase a ser una realidad… lo cual es increíble”.

La vida se impone

Si bien las temáticas de Mastodon en discos anteriores eran más lejanas (“Moby Dick” en ‘Leviathan’, por poner un ejemplo) a medida que la vida avanza y las cosas suceden la banda se va instalando en conceptualizaciones más cercanas a los problemas del día a día -especialmente muerte y ausencia-.

“Nos sentimos cómodos haciendo eso”, explica Troy. “Imagino que es por varias razones. En primer lugar porque, cuando componemos letras, podemos extraerlas de un lugar muy profundo, muy real y muy auténtico. Es oscuro y triste, pero es real. Nos gusta sacar la inspiración de las experiencias de la vida real, eso es muy importante para nosotros”.

“En segundo lugar”, prosigue, “estas temáticas son aplicables a todo el mundo. Que estemos en esta banda tan grande que hace cosas tan guays no significa que seamos mejores ni distintos a ti. Todos somos iguales, somos humanos y estamos en la misma nave. Eso nos mantiene con los pies en el suelo”. 

“Somos cuatro tíos intentando componer música que nos haga sentir bien. Si eso hace que otras personas se sientan bien al escucharla… eso es magia. A lo largo de los años nos hemos ido sintiendo más cómodos con el hecho de ser vulnerables y decir ‘hey, esto es la vida’. No intentamos que quien nos escucha esté triste, pero me gusta que la gente sienta cosas. Si les gusta me parece bien, y si no les gusta también me parece bien. Pero nadie puede decir de nosotros que somos una banda falsa o forzada. Te gustemos o no, lo que hacemos es real. Eso es lo que más me gusta de crear música y crear arte. Eso me hace sentir muy orgulloso de mis compañeros de grupo”.

La formación ha escogido “Pushing The Tides” como primer single del disco, un tema rápido y ameno lejos de los viajes musicales que propone el resto de ‘Hushed And Grim’, repleto de recovecos, vueltas y rotondas sobre la música. Una elección comercialmente acertada pero probablemente no demasiado representativa del tono general del disco y su profundidad musical. 

“Nos preguntaron qué queríamos editar primero”, explica el bajista en referencia a su discográfica. “Siempre han sido muy considerados con nosotros. Pero hay tanto material en este disco que entre todos acordamos que el primer tema no podía ser ni el más heavy, ni el más oscuro ni el más largo. Tenía que ser algo a medio camino”.

Según Troy, “Pushing The Tides” es “un entrante, un primer bocado. Debería ser sabroso. Es un tema animado, con un buen riff, un estribillo agradable y solo dura tres minutos y medio. Parecía una buena manera de crear un entrante que mantuviese el interés en el resto del disco”. 

¿Ha modificado la manera de trabajar de Mastodon las nuevas maneras de consumir música por parte del gran público? Es un tema recurrente pero, en el caso concreto de Mastodon, por la complejidad de su música, es harto necesario saber si se siente influenciados de algún modo por el horizonte cambiante que vivimos en la manera de escuchar música. 

“Realmente no”, admite. “Cada vez que trabajamos en una canción intentamos llevarla al mejor punto posible. Repetimos eso con cada tema hasta que tenemos una colección y eso es un disco. Tenemos una relación de amor con cada canción del álbum. En el asunto de la secuencia, nosotros seguimos creyendo en los discos como una unidad, una totalidad de principio a fin. Así crecimos y así seguimos. No sé si somos guays siendo así o somos ignorantes u orgullosos”.

“Probamos muchas secuencias distintas hasta que sentimos que el álbum es un viaje interesante de la primera a la última nota”, explica.

“Por otro lado… ¿por qué un doble disco?”, dice retóricamente. “Parece una idea terrible pero, si alguien tenía que hacerlo después de este año y medio y en pleno 2021… somos nosotros. ¿Por qué no hacerlo? Es una escucha muy completa de principio a fin, es un gran cuerpo de trabajo con muchas emociones… Así que en lugar de editar 4 EPs para que la gente no se estrese demasiado y retenga la información, vamos y sacamos un doble disco nuevo. Así nos sentimos y tenemos que conseguir ser felices como miembros de la banda en primer lugar. No podemos hacer las cosas para complacer a los fans, a la radio rock moderna o a quien sea. Tenemos que satisfacernos y, con suerte, eso hará que le gustemos al resto del mundo”. 

La madre de Sanders estaba muy arraigada en la música clásica, algo que tuvo una influencia definitiva en el bajista. “Ella tocaba en un quinteto de viento en la iglesia”, explica Sanders. “Beethoven y Mozart sonaban en casa”.

“Creo que la gente que aprecia el metal en muchas ocasiones aprecia la música clásica”, reflexiona. “Cuando escuchas lo que se hacía hace 300 años era una absoluta locura, la música era salvaje. No puedo entender cómo existían esos compositores y creaban lo que creaban”. 

“Siempre he tenido una gran apreciación por la música clásica”, profundiza. “Recuerdo que cuando comenzaba a tocar el bajo leí que Cliff Burton era fan de la música clásica. Eso me hizo pensar ‘ah, que guay, no le gusta solo el heavy metal’ y me di cuenta de que se podía tener un gusto mucho más amplio y menos sectario. Que mi madre me introdujese en la música clásica cuando era un niño me vino muy bien para entender música compleja fuera de las estructuras simples”.

En ‘Hushed And Grim’ conviven canciones complejas como “Eyes Of Serpents” y otras más inmediatas como el single. Pero, como instrumentista ¿dónde se siente más cómodo Troy?

“Me gusta la inmediatez de las canciones simples como ‘Pushing The Tides’”, explica. “Es corta, directa y divertida de tocar. Entras, sales y se acabó. Pero creo que necesitas una química más profunda entre los músicos para llegar a una canción como ‘Eyes Of Serpents’. Empieza en un punto, da una serie de vueltas inesperadas y acaba en un sitio totalmente distinto -aunque mantiene una personalidad integra durante todo ese tiempo-. El hacer una canción así es un esfuerzo de banda; todos tenemos que ir navegando juntos para llegar a conseguir ese resultado. Es una pieza épica de música a diferencia de las canciones más cortas. Es más aventurado”. 

¿Qué es lo más molesto en esta vida para Troy Sanders? La ignorancia evidente y directa. Cuando las personas deciden ser gilipollas maleducadas solo para reforzar sus opiniones o puntos de vista. Algo que se puede hacer fácilmente con una conversación, en lugar de ser un gilipollas. Eso hace que yo genere una energía negativa que, a su vez, genera energía negativa en ti. Y no necesitamos más energía negativa, te lo aseguro. Eso me incordia mucho. Cuando has de llegar a ese nivel para llamar la atención de alguien. Me gusta ser más cívico y hablar las cosas. Qué gran pregunta, por cierto (risas).

Sergi Ramos