Con su mirada inconformista y punzante, el sueco Ruben Östlund se ha convertido en uno de los enfants terribles del panorama autoral contemporáneo. Junto a cineastas como Yorgos Lanthimos o Michel Franco, y tomando a Michael Haneke como una suerte de guía espiritual, el ganador de la Palma de Oro de Cannes por ‘The Square’ ha situado en el centro de su cine la denuncia de las miserias de las clases privilegiadas. Dentro de esta liga de fustigadores del “primer mundo”, Östlund comparte con Lanthimos una preferencia por la sátira, lo que convierte su cine en un festín de situaciones ridículas, en las que la burguesía exhibe (y es castigada por) su frivolidad, arrogancia e intolerancia. Para el director de ‘Fuerza mayor’, Occidente vive sumido en la fantasía de un pacto basado en la justicia social, y solo hace falta rascar un poco en la cáscara de nuestra civilidad para revelar la violencia sobre la que se sustenta el sistema capitalista.

Para destapar estas tensiones sociales –que tienen como exponente más evidente la idea de la guerra de clases–, Östlund pasa por su scanner paródico las actitudes de aquellos que ostentan el poder, los privilegiados. Así, ‘Triangle of Sadness’, con la que el sueco regresa a la Competición Oficial de Cannes, tiene como primeros protagonistas a una pareja de modelos que, durante una noche de fiesta, descubre sus primeras desavenencias. Carl (Harris Dickinson) se escuda en la igualdad de género para exigir a su novia que pague una parte de la cena, mientras que Yaya (Charlbi Dean) tiene muy claro que discutir sobre dinero no es nada sexy. La superficialidad de este dúo de atractivos influencers lleva la película hasta su segunda etapa: un crucero de lujo que remite al encierro que vivían los burgueses de ‘El ángel exterminador’ de Luis Buñuel. En este escenario, Östlund construye una ristra de sus habituales performances patéticas e incómodas, en las que sus criaturas expresan su amoralidad con una desfachatez asombrosa: una parejita de entrañables abuelos habla de manera encantadora de su negocio de venta de armamento bélico, mientras que una ricachona rusa exige a la tripulación del crucero que se dé un indeseado chapuzón.

Östlund posee una mirada quirúrgica, que se expresa a través de planos fijos, pero sus instintos más primarios le llevan hacia la agitación, hacia la provocación de brocha gorda. Así es como toma forma la que será la escena más comentada de ‘Triangle of Sadness’, en la que una cena presidida por el capitán del barco (un Woody Harrelson indolente) se ve trastocada por un mar demasiado agitado. Lo que sigue es un vendaval de escatología que rivaliza con la secuencia más memorable de ‘El sentido de la vida’, la película de los Monty Python. El espectáculo tiene algo de catártico, de pletórica venganza contra aquellos que mueven los hilos de un sistema abocado a la deshumanización.

Eso sí, pasado su incendiario festival de regurgitaciones y ríos de heces, ‘Triangle of Sadness’ empieza a hacer evidente su condición de provocación inocua. El desprecio profundo que Östlund siente por sus personajes le impide curiosear en su psicología, reducida a la condición de caricatura. Todo se limita a la repetición de un conjunto de gags más o menos afortunados. Y cuando se trata de rematar el discurso del film, la única vía posible parece ser el estudio de la cara más traicionera de todos los personajes: europeos o asiáticos, ricos o pobres, apolíneos u obesos. Östlund es democrático en el reparto de su crueldad intolerable: antes que un justiciero, el cineasta sueco es un misántropo. Así es como toma forma un film que parece más preocupado por entretener a su público cómplice que por abrir algún espacio de reflexión acerca de las injusticias de nuestro mundo.

Para devotos de la sátira social más salvaje

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Lo mejor: el elemental cara a cara entre un yanqui comunista (el capitán encarnado por Woody Harrelson) y un ruso capitalista (un millonario interpretado por Zlatko Buric).
Lo peor: un interminable tercer acto que fagocita el imaginario del reality ‘Supervivientes’.

FÍCHA TÉCNICA

Dirección: Ruben Östlund Intérpretes: Harris Dickinson, Charlbi Dean y Woody Harrelson Título original: Triangle of Sadness País: Suecia Año: 2022 Fecha de estreno: 2022 Género: Comedia dramática Guion: Ruben Östlund Duración: 149 min.

Sinopsis: Una pareja de modelos son invitados a un crucero de lujo. Cuando el yate se hunde acaban en una isla desierta con un grupo de multimillonarios y una señora de la limpieza. En la lucha por la supervivencia, las antiguas jerarquías se trastocan ya que la limpiadora es la única que sabe pescar.