Tomasz Frankowski, el goleador que defiende en la Eurocámara: "Hay que protegerse de amenazas como la Superliga"

En el Parlamento Europeo, cuando se habla de fútbol, el brazalete lo lleva el polaco Tomasz Frankowski (Bialystok, 1974). Sin embargo, poca gente en España recuerda que el copresidente del grupo de Deportes de la Eurocámara fue un delantero internacional que dejó su huella goleadora en el Martínez Valero de Elche.

Nadie mejor que el histórico Juan Francisco Martínez 'Nino' para situar a un compañero fugaz en el ataque ilicitano que en 2005 le dejó con la boca abierta. "Coincidimos sólo seis meses, se fue en el mercado de invierno. Era muy callado, tímido y respetuoso fuera del campo; y muy frío en el terreno", introduce. "De cara a gol era el número uno, con movimientos letales, definía de primera y en el mano a mano no se ponía nervioso. De todos los delanteros con los que he jugado, él era uno de los que mejor resolvía en cada momento".

La comparación con Butragueño, que el polaco comparte con Relevo, tiene el aval de Nino: "Creo que se ha definido muy bien, Emilio era muy parecido en ese sentido, jugadores fríos y que marcaban la diferencia con el balón en los pies". Eso sí, la leyenda del Elche no conocía la proyección política de su excompañero. "Me has dejado a cuadros", concluye. Para situar a unos y otros, Tomasz Frankowski entra por fin en escena.

¿Cómo era como futbolista?

Han pasado 10 años desde que terminé mi carrera de futbolista, pero, si tuviese que definirme a mí mismo, diría que tenía un estilo de juego como Emilio Butragueño en el Real Madrid.

¿Qué recuerdos tiene de LaLiga?

Del Elche muy buenos, jugué 14 partidos allí y marqué ocho goles. En Tenerife, desde un punto de vista futbolístico, no tengo muchos recuerdos desafortunadamente. Estuve recuperándome de una lesión de rodilla casi toda la temporada.

¿Por qué no se quedó más tiempo en la competición española?

Aunque disfruté mucho de mi vida en España, me sedujo una oferta del Wolverhampton Wanderers [el equipo entrenado en la actualidad por Julen Lopetegui en la Premier League] y la acepté.

Háblenos de Jerzy Dudek y Robert Lewandowski, dos de los polacos más célebres en el fútbol español.

Dudek es superamigo mío, desempeñó una función importante en el vestuario y en el campo en el Real Madrid durante casi cuatro años. Robert es una absoluta leyenda y, si es el número uno del mundo, no va a ser menos en Polonia.

Como Roman Kosecki, otro polaco mítico del Atlético de Madrid, usted también saltó a la política. ¿Por qué lo hizo? ¿Cómo es el Frankowski político?

La región de donde vengo necesitaba un representante en el Parlamento Europeo y decidí presentarme. El deporte ha sido parte de mi vida durante mucho tiempo, como jugador profesional y como legislador en el Parlamento Europeo. Como miembro del Comité de Cultura y Educación, Juventud y Deporte y copresidente del Grupo de Deporte del Parlamento, intento ser un campeón de los valores de la Unión Europea y de las políticas deportivas. Trato de usar lo mejor de mi experiencia pasada en el deporte y aplicarla a la política.

¿Cuáles son los retos más importantes a los que se enfrenta el fútbol en Europa?

Este último año nos hemos concentrado en un gran acuerdo en el Parlamento Europeo sobre el deporte profesional y, de forma especial, en la buena gobernanza del fútbol, para mí la columna vertebral de nuestro modelo. La gente tiene que poder confiar en que se están siguiendo los procesos democráticos y representativos adecuados para que sepan que las decisiones se toman en busca del interés general. Nuestro objetivo es poder proteger el modelo del deporte europeo de diferentes amenazas, sin olvidar nunca que el deporte es un bien social para todos, no solo para unos pocos clubes de élite.

¿Qué hacen concretamente?

Financiamos proyectos en áreas locales de toda Europa en la lucha contra la discriminación y por la inclusión social. Hacemos un llamamiento para que los Derechos Humanos se respeten en los países que albergan grandes eventos internacionales. Creo que en estos momentos difíciles, las instituciones europeas, los Estados miembro y todos los actores del deporte tenemos una gran responsabilidad para asegurar que las políticas deportivas reflejen los valores europeos. Esta responsabilidad es aún mayor ahora que nos enfrentamos a desafíos como la guerra en Ucrania, la creciente piratería digital de eventos deportivos en vivo, las amenazas al modelo deportivo europeo o el equilibrio competitivo y la sostenibilidad financiera en todo el deporte europeo.

¿Qué piensa del proyecto de la Superliga?

Para mí el deporte debe basarse en los principios de solidaridad e inclusión con competiciones abiertas. Como tal, es importante desarrollar aún más el modelo deportivo europeo y protegerlo de cualquier amenaza como la Superliga. Esta resolución sobre el futuro de la política deportiva europea, que se adoptó en la sesión plenaria de noviembre de 2021, envía un mensaje político muy claro. El deporte es para todos y debemos velar para que sea seguro, accesible, inclusivo e igualitario. Necesitamos lograr el equilibrio adecuado entre perseguir sus intereses comerciales y proteger el papel del deporte europeo, que une a las personas, reduce el riesgo de enfermedades y proporciona trabajo a las comunidades locales.

Hay equipos como el PSG o el Manchester City que tienen el apoyo de Estados. ¿Es justo para la competición?

Veo que ese apoyo desemboca en una gran capacidad financiera, mucho mayor que en otros clubes, lo que se traduce en títulos en los últimos años y la contratación de estrellas como Neymar, Mbappé y Haaland. No estoy en contra de la financiación estatal si todos respetan las reglas, pero mi temor es que los grandes fondos procedentes de terceros países puedan causar un desequilibrio aún mayor en el panorama futbolístico.

¿Qué le parece el 'caso Negreira' que implica al FC Barcelona y al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira?

Es un gran escándalo y espero que este caso se explique hasta el final, que los culpables sean castigados y los no culpables absueltos de todas las acusaciones.