Tite
Selección de Brasil, 2016-Presente
El Perfil:
Después de ganar la Copa América 2019 y prolongar su contrato, Tite aspira a un objetivo muy poco frecuente en la selección brasileña: dirigir dos Copas Mundiales. Solo Mario Zagallo, Luiz Felipe Scolari, Carlos Alberto Parreira y Tele Santana lo hicieron antes.
Su capacidad para mantener un equipo de fútbol tan organizado y sincronizado como una orquesta es lo que le ha permitido triunfar en clubes como Gremio, Internacional, Sao Caetano y su recordada etapa con Corinthians, equipo al que llevó a ganar la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes de la FIFA contra el Chelsea en 2012. Esta fue la última vez que un club sudamericano venció a un club europeo en esta competencia.
Inspirado por Enio Andrade (tres veces ganador de la Liga Nacional), Luiz Felipe Scolari y Carlos Froner, Tite también es conocido por sus enfoques de estudioso del fútbol y acercamiento con otros entrenadores para conocer nuevos conceptos.
Como en 2014, cuando viajó a Madrid para pasar tiempo con Carlo Ancelotti, por entonces en el Real Madrid. De ese contacto con el técnico italiano asegura que aprendió a ser "más directo" con sus jugadores, "más preciso" en la preparación de los partidos y a hacer jugar a su equipo con el estilo más rápido e intenso de las principales ligas europeas.
Conceptos que aplicó en Corinthians, ganando la Liga Nacional con buen fútbol para luego pasar a reemplazar a Dunga en la selección nacional de Brasil.
Estilo de juego:
Gran parte del éxito de Tite como entrenador proviene de la calidad de sus sistemas defensivos. Fue uno de los primeros, junto con Mano Menezes, en adoptar el marcaje zonal en Brasil. También es conocida su línea defensiva de cuatro jugadores muy estrecha (abajo, con Corinthians), empleada en el sistema 4-1-4-1. Los laterales y los centrales deben jugar siempre en línea, compartiendo espacio y ritmo por delante del área para mantener el fuera de juego del delantero rival.
A su llegada como seleccionador de Brasil en 2016 introdujo métodos de entrenamiento modernos y una mentalidad ofensiva, obteniendo excelentes resultados: Brasil sólo perdió un partido antes de la Copa Mundial de la FIFA 2018, un amistoso contra Argentina.
Junto con los resultados, el fútbol ofensivo fue la buena noticia. Entre 2016 y 2017, Brasil tuvo una circulación rápida que causó mucho daño a los oponentes. En la posesión, el sistema se basaba en triangulaciones cortas: en el ala derecha, Dani Alves se unió a Willian y Paulinho. En el ala izquierda, Renato Augusto conectaba con Neymar y Marcelo (abajo). Un equipo completado por el papel de Casemiro, quien, al igual que en el Real Madrid, se desempeñaba como mediocampista defensivo.
En el once titular, uno de los jugadores más importantes para Tite era Paulinho. Antiguo mediocampista del Barcelona, reunía resistencia y un gran poder de penetración en los espacios vacíos del campo. Después de un "hat-trick" contra Uruguay (amistoso el 23 de marzo de 2017), el seleccionador decidió que el mediocampo ideal lo formarían él, Casemiro y Renato Augusto. Tres jugadores que combinaron inteligencia, resistencia y pases cortos en la idea de hacer circular el balón en triangulaciones.
Sin embargo, todo cambió cuando Philippe Coutinho firmó por el Barcelona desarrollando desde entonces un rol más central, y Renato Augusto se lesionó antes del Mundial 2018.
Su once titular fue desmantelado, y Tite tuvo que buscar nuevas alternativas. La primera fue un enfoque más defensivo. En la victoria por 1-0 sobre Alemania a principios de 2018, Brasil tuvo menos posesión y mostraba una línea defensa compacta y estrecha (como en su etapa en Corinthians). La marcación zonal era una realidad en todo el mundo, pero era la primera vez que Brasil tenía un equipo nacional con este enfoque.
La otra alternativa fue jugar con Coutinho en el mediocampo, pasando a un sistema 4-1-4-1. De este modo, y sin los pases cortos que Augusto (apenas jugó unos minutos en el Mundial) proporcionaba, Brasil se convirtió en un equipo más vertical, pero con menos elaboración en el juego (abajo).
Para complicar las cosas, el Mundial de Rusia mostró a equipos con sistemas defensivos tan estrechos y cerrados que Tite necesitó cambiar un poco su estilo de juego y apostar por un juego más posicional para superar las defensas rivales.
Eso llevó a Willian y Neymar -a veces Marcelo- a mantenerse abiertos, y a Coutinho y Gabriel Jesus a jugar entre líneas. Así, Brasil tuvo mucha posesión, pero también dificultades para superar sistemas defensivos sólidos, como ocurrió ante Costa Rica y México, y en la derrota en cuartos de final contra Bélgica.
Copa América 2019:
Tite tuvo que repensar su equipo para afrontar su segundo reto con la Selección, añadido a la presión de que la Copa América se disputaba en Brasil por primera vez desde 1993.
Manteniendo el 4-1-4-1, con un ataque posicional y un estricto sistema de marcaje zonal, encontró un equipo donde Dani Alves -después de no estar en el Mundial por lesión- actuó como lateral sin balón, pero como centrocampista en fase de posesión (abajo). Alves articuló las jugadas de ataque con Arthur Melo y conectó en largo con Everton, Gabriel Jesus y Firmino, quienes dieron más movilidad y espacios en el ataque. El resultado fue un éxito tanto en juego como en resultado, con el triunfo de Brasil en la competencia.
Una nueva etapa:
A pesar de ese triunfo, se le presentan a Tite algunas dudas de cara al futuro. La principal está en el medio del campo, donde busca un centrocampista con capacidad para dirigir el juego y llegar al área rival. Hasta ahora, ninguno de los jugadores utilizados ha tenido continuidad en el once.
Arthur (abajo) ha sido comparado con Andrés Iniesta y Xavi Hernández por su habilidad y control del balón, pero tiene dificultades para ser más fluido y ocupar el campo rival en ataque. Bruno Guimaraes (nuevo jugador del Olympique de Lyon) y Allan Marques (Napoli) también han sido puestos a prueba en este rol, como Lucas Paqueta (Milan), quien no tuvo una buena actuación. Mientras encuentra este perfil, Tite mantiene la idea por la que apostó en la Copa América, con los laterales Alves y Filipe Luis presentes en medio campo en fase ofensiva y recorrido de área a área.
Por otro lado, el seleccionador deberá gestionar la ascendencia de Neymar en el grupo para alcanzar el máximo rendimiento del jugador del PSG con la Selección, y dar entrada a jóvenes jugadores como Renan Lodi, Everton Soares (ya con una importante presencia en Copa América), Rodrygo Goes y Vinicius Junior.
Para lograr retener la Copa América en 2021 y el objetivo mayor de ganar la Copa del Mundo para Brasil 20 años después, Tite deberá resolver todos estos problemas en poco tiempo. Algo, por otro lado, a lo que ya está acostumbrado. Durante casi cinco años en Corinthians, probó al menos cinco sistemas diferentes.
Entre 2008 y 2009, a cargo de Internacional, creó dos equipos diferentes, incluso utilizando por primera vez un 4-3-1-2 que permitió a los atacantes gran fluidez y cambio de posición en el ataque. Y en pocos meses en el Palmeiras salvó al club del descenso con un 3-4-2-1, haciendo que a los 37 años Edmundo Alves volviera a ser protagonista de cara a la portería. Todo esto hace indicar que una vez más Tite sabrá cómo reinventarse a sí mismo, y a sus equipos también.
Redacción: Héctor García