Críticas de tick, tick... Boom! (2021) - FilmAffinity
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tick, tick... Boom!

Musical. Drama Basada en el musical autobiográfico de Jonathan Larson, sigue a un aspirante a compositor de obras teatrales que trabaja de camarero en Nueva York mientras escribe Superbia, que espera que sea el próximo gran musical americano y lo que finalmente le dé su gran oportunidad. Jon también se ve presionado por su novia, Susan, cansada de poner las aspiraciones profesionales de Jon por delante de su propia vida. Mientras tanto, su mejor amigo ... [+]
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Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
8 de febrero de 2023
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La película avanza de forma muy repetitiva, y previsible, hay un abismo entre la actuación de Andrew Garfield y el resto del elenco. Sin embargo, el dramatismo está tan forzado, y es tan histriónico todo, que se pierde el interés e incluso diría que satura. Todo lo salva Garfield con su actuación, un actorazo desaprovechado, en mi opinión.
Esta película solo la recomiendo para ver cuando te aburras verdaderamente y no te importe quedarte dormido a ratos, pues al final no te pierdes nada.
Richard Parker
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21 de noviembre de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘tick, tick… Boom!’ supone el debut en la dirección del compositor Lin-Manuel Miranda, responsable del estupendo musical Hamilton y algunas de las últimas bandas sonoras de Disney, siendo uno de los hombres del momento. La crítica ha quedado bastante satisfecha con esta producción de Netflix, biografía de Jonathan Larson, el creador del musical Rent, y cuya adaptación al cine disfruté bastante, hasta el punto de que la considero un musical infravalorado. También he disfrutado con esta propuesta, aunque tenga demasiados contras como para considerarla un film memorable, siendo un musical tan correcto como caótico.

La dirección de Miranda cumple, con algunos momentos bastante inspirados, siendo un buen trabajo teniendo en cuenta que es su debut tras las cámaras. No obstante, la película se hace demasiado larga, a pesar de no superar las dos horas y de su enérgico ritmo. Quizás la culpa sea de la ambición de la propuesta, notándose que quiere ser algo más (producto académico de los de toda la vida), aunque se quede en una declaración de intenciones. Estoy seguro de que en unos años no la recordaremos de la misma forma que otras películas del género, por mucho que la crítica la esté elogiando de forma entusiasta.

Por otro lado, el guion quiere contar demasiadas cosas, pecando de irregular y caótico, y siendo un musical en el que las canciones hacen acto de presencia cada dos minutos. Hablamos de un recurso que funciona en otras producciones (me viene a la mente la sensacional ‘Los Miserables’), pero que aquí puede llegar a saturar al espectador, con unas incesantes canciones que no siempre están a la altura de las circunstancias. Es posible que los amantes del género no tengan reproche alguno y se lo pasen en grande, pero el resto seguramente acabe agotado, exigiéndose demasiado al espectador.

A pesar de todo, la película no deja de ser un buen homenaje a la figura de Larson, con un precioso mensaje (es una carta de amor a la creatividad y cumplir tus sueños) y unas partes emotivas que cumplen su cometido (hay una escena fabulosa). Es una lástima que la cinta no sepa tocar esas mismas teclas en todo el conjunto, porque estaríamos hablando de un film mucho más logrado y recomendable, pero es tan irregular que resulta harto complicado hacerlo.

Y dicho todo esto, por favor, que le den ya el Oscar (y cualquier otro premio cinematográfico) a Andrew Garfield, porque su actuación es sobresaliente, haciendo que la película brille mucho más, hasta el punto de mejorar el resultado final. Su interpretación es tan magnética como sentida, cargada de ternura y buen hacer. No sé si habrá otro actor mejor en lo que queda del año, pero me parecería bastante lamentable que se le vuelva a escapar la preciada estatuilla a Garfield, y más cuando ya se la robaron por Hasta el último hombre, cinta bélica de Mel Gibson que no me cansaré de recomendar. Sin él, estaríamos hablando de una propuesta mucho más fallida.

En conclusión, Garfield es lo mejor de un musical que se deja ver y tiene grandes momentos, pero que dudo que acabe ocupando un lugar entre lo mejor del género, aunque se agradezcan las intenciones y sirva para acercarnos la figura y vida de Jonathan Larson. La mejor actuación del año, en una película que podría haber sido mucho mejor de lo que ha acabado siendo. Recomendable para todos los amantes de los musicales, que no es poco.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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22 de noviembre de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es muy entretenida y con una fotografía increíble, pero a mí las canciones no me convencen sobre todo las de la primera mitad, la película va aumentando en calidad y a ponerse interesante cuando el personaje de Andrew Garfield explota y tratan temas como el VIH.
Garfield da todo lo que tiene y más con unas expresiones que emocionan al espectador en un musical que quizás se queda corto pero que desarrolla de forma sublime la vida de Jonathan Larson con una dirección de Lin- Manuel Miranda sublime y con una actuación de Garfield y Robin de Jesús brutal.

La recomiendo mucho ya que se aprende mucho sobre este autor.
Fran
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27 de noviembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película como director de Lin-Manuel Miranda, caramelito del mundo del musical de la pasada década que ha flipado a medio planeta con "Hamilton" y, en menor medida, "Into the Heights". Con su trabajo, debo confesar que estoy un poco entre dos aguas. Me cuesta encontrarle lo verdaderamente memorable. Y, evidentemente, no me refiero a momentos particulares como el "You'll Be Back", en "Hamilton", o el "Paciencia y fe", de "Into the Heights", sino algo que verdaderamente me atraiga y haga de sus obras conmigo lo que ha hecho ya con tanta otra gente. A este respecto, "tick, tick... BOOM" se acerca felizmente a la verdadera construcción de algo digno de recordar para mí.

Comenzamos por lo bueno, y es que la mejor baza que juega esta película es tener un Andrew Garfield que saca su "theatre kid" interior y, con un vozarrón que no me esperaba, carga a sus espaldas prácticamente el total del peso de la película. Algo lejos queda el Garfield que interpretaba al monísimo y trágico Tommy de "Never Let Me Go". Se nota la pasión, la hiperactividad, la empatía que uno puede sentir con un personaje como el de Jo. Tal vez no esté de acuerdo con el cómo se plantean algunas de las escenas y la dirección que llevan a nivel actoral, pero el sentimiento que le ha puesto Garfield al tema es innegable.

Mención especial, también, al actor que interpreta a Stephen Sondheim –quien, me acabo de enterar, falleció ayer a los 91 años. Que en paz descanse– en esta película por ofrecer una actuación bastante acertada y fiel al personaje original.

La historia corría el riesgo de no ser nada del otro mundo. ¿La vida de un artista que lo pasa pillo para ser alguien en su mundillo? Nada que no hayamos visto. Pero me da la sensación de que Miranda ya conocía el percal y en lugar de crear algo absolutamente novedoso y rompedor, opta por darle fuerza emocional y plantearnos una buena historia que, sí, ya hemos visto, pero que se trata con sinceridad y encanto. Los temas, el contexto y el ritmo aportan a la experiencia, creando un ambiente interesante.

Es un musical, por lo tanto, ¿qué tal las canciones? Pues bastante chulas. No diré que me acuerdo de todas ellas, pero sí que estoy seguro de que las he disfrutado a medida que iban apareciendo. Destaco piezas como "Sunday", "Therapy" o "Come to Your Senses", que son las que me han gustado de verdad.

El humor –¡sorpresa– también es tolerable e incluso efectivo. Tiene ciertos chascarrillos colocados aquí o allí que rompen un poco la tensión en la que se ve imbuida la cinta y ofrecen algo simpático.

Respecto a lo no tan bueno, hay una noticia mala y buena. La mala es que tengo bastante apuntado, la buena es que son solo cosas puntuales. Al ser un musical, tiene el síndrome que parece acompañar a prácticamente todas las películas de este género: lo que nos muestran se empuja un poco con demasiada fuerza, hasta un punto en que algunas situaciones pierden credibilidad. Y no me refiero a aquellas en las que hay un despliegue de efectos especiales o similares, sino escenas perfectamente cotidianas que pierden ese valor por querer crear un ambiente tan fantástico y festivo. Intuyo que es cosa de la dirección, aunque también participa el hecho de que son todos "theatre kids" que quieren "actuar para los del fondo", como se diría. Y a esto también puede sumársele mi ignorancia ante una figura como la de Larson.

Con esta idea, llegan los momentos demasiado edulcorados. Pienso en ese emotivísimo "Why?" que termina con el cliché más clichés de los clichés, esto es, la "lluvia dramática", o en momentos en los que las cosas se tuercen, pero la providencia hace de las suyas y todo vuelve a la normalidad para que el mundo sea un lugar feliz de nuevo. Por suerte esto no se lleva al extremo, pero sigue chirriando.

Decía antes que "Sunday" me parece una muy buena canción, pero criticaré el cómo nos la muestran. Parece uno de esos especiales que hace El Hormiguero en el que traen a celebrities de todo el mundo y hacen la cosa más cutre posible que alguien puede hacer con una pantalla verde. Ya no es que quede falso, es que queda feo estéticamente. Y también no sé hasta qué punto estoy muy a bordo de los cameos de gente conocida. Entiendo que buscan dar cohesión temática –todos son cantantes o actores de musicales– y sin duda el cameo de Tariq Trotter es bastante gracioso, pero todo queda un poco aleatorio y excesivamente edulcorado. Pero, como decía, esto es algo puntual, así que no termina de fastidiar la experiencia.

Ha sido una buena experiencia este visionado de "tick, tick... BOOM". Me acerca un poco más al polo positivo en cuanto a opiniones de Lin-Manuel Miranda se refieren, y eso, contra todo pronóstico, me alegra. Son dos horas que se pasan relativamente rápido, con algunas canciones interesantes y una historia que, sin ser la cosa más maravillosa del mundo, entretiene y, por lo menos en mi caso, convence.
Innisfree
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22 de diciembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario

Lin-Manuel Miranda logra una puesta en escena genuinamente cinematográfica del musical de cámara de Jonathan Larson, un retrato conmovedor de un joven artista en crisis porque siente que se le termina el tiempo para convertirse en un autor profesional, con una interpretación actoral y musical descollante de Andrew Garfield y algunas escenas musicales ciertamente notables.

Tick… Tick… Boom!, desarrolla el siempre perturbador tema del delgado y azaroso punto límite entre lograr la notoriedad como artistas y permanecer en un discreto anonimato: nada menos que la búsqueda de la trascendencia y el reconocimiento artísticos.

Reseña

La historia se enfoca básicamente en los preparativos para un taller en el que Jon, un autor de comedias musicales quiere presentar un musical retrofuturista llamado Superbia mientras transita una crisis personal y creativa.

La opera prima de Lin-Manuel Miranda está basada en el musical semiautobiográfico homónimo de Jonathan Larson, quien alcanzaría su consagración póstuma con su musical Rent. Con la estructura del musical original como armazón, una suerte de stand up musical, la película expande a partir de ella sus flashbacks al lenguaje cinematográfico, con locaciones interiores y exteriores y una puesta en escena que abandonan la impronta teatral.

Según el relato, Jon se halla en vísperas de cumplir los 30 años y siente que se le termina el tiempo para comenzar una carrera profesional como autor teatral, mientras sobrevive trabajando como camarero en el Moondance Diner del Soho neoyorquino, acosado por las deudas. Su proyecto del musical Superbia lleva varios años y el taller (workshop) que está preparando será decisivo para conseguir eventuales productores interesados en montarlo. Por otro lado, se suman los altibajos y crisis en su relación con su novia Susan (Alexandra Shipp) y su mejor amigo Michael (Robin De Jesús), que se agudizan en función de las disyuntivas del momento , a quienes se suma una representante artística que lo desatiende (una irreconocible Judith Light). Corren 1990 y el SIDA como una dolorosa realidad que acecha y se cobra sus víctimas.

La puesta en escena de Miranda es impecable y genuinamente cinematográfica. Los números musicales se integran perfectamente a la acción y lucen un montaje muy aceitado, y en general logran evitar esa afectación que caracteriza a tanto musicales. Y esto, por supuesto, tiene que ver con a la enorme calidad de la música de Larson, un absoluto innovador del género, tanto por las temáticas decididamente contemporáneas que introduce en sus obras (el SIDA, la marginalidad, la pobreza, la diversidad sexual) como por un arrollador lenguaje musical que combina el rock con ocasionales referencias y homenajes al estilo de su ídolo Stephen Sondheim (quien también aparece como personaje). Miranda es un fan de Larson y es claramente su continuador.

Hay números ciertamente notables como el inicial 30/90, el irónico y gracioso Therapy que describe una ruptura (con la increíble Vanessa Hudgens), Swimming (una hermosa e importante escena en una piscina), la desgarradora Real Life (con un notable Robin de Jesus), Come to Your Senses, concebida de manera muy original y la extraordinaria Sunday (desarrollada en el Diner), un gran ejemplo de la influencia de Sondheim. Los fans del musical reconocerán a figuras de Broadway en algunos de esos números.

Dejo para el final mi más absoluta admiración por el tour de force que lleva adelante Andrew Garfield en el papel de Jon, quien construye un personaje entrañable, carismático, perseverante y pletórico de energía, pero también de dudas y frustraciones, por momentos desesperado, desplegando múltiples recursos para lucir al mismo tiempo coherente y diverso durante toda la película. A todo esto, se suman sus sorprendentes y deslumbrantes aptitudes vocales.

En resumen, Lin-Manuel Miranda logra una puesta en escena genuinamente cinematográfica del musical de cámara de Jonathan Larson, un retrato conmovedor de un joven artista en crisis que siente que se le termina el tiempo para convertirse en un autor profesional, con una interpretación actoral y musical descollante de Andrew Garfield y algunas escenas musicales ciertamente notables.

Tick… Tick… Boom! desarrolla, en definitiva, el siempre perturbador tema del delgado y azaroso punto límite entre lograr la notoriedad y permanecer en un discreto anonimato; nada menos que la búsqueda de la trascendencia y el reconocimiento artísticos.

https://impresionescinefilas.wordpress.com/2021/12/22/tick-tick-boom/
Daniel B
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