Thibaut Courtois, el lado bueno de la historia

Thibaut Courtois, el lado bueno de la historia

La 14.ª Champions del Madrid

Héroe de la final que no le perdonaba la marcha de Keylor Navas y su pasado colchonero­­­­­

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Thibaut Courtois besa la Champions sobre el césped del Stade de France 

MOLLY DARLINGTON / Reuters

Nadie festejó la decimocuarta del Real Madrid como Thibaut Courtois, el portero belga que el 11 de mayo cumplió 30 años y culminó en el Stade de France la mejor de sus ya cuatro temporadas con los blancos. A pie de césped, designado el futbolista del partido y para la UEFA con la mejor actuación de un portero en una final de Champions (frenó al Liverpool con cinco paradas de gran mérito), comentaba lo que sentía: “Por mis muertos que tenía que ganar esta Champions”.

No lo ha tenido fácil Courtois en el Madrid ni mucho menos. Florentino Pérez lo fichó del Chelsea por 40 millones de euros tras el verano del 2018, en el que se había consagrado como uno de los mejores porteros del Mundial.

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Courtois cayó mal en el el madridismo por dos razones: venía a quitarle el puesto a Keylor Navas, un ídolo del Bernabeu y el portero titular de las tres Champions de Zidane y, además, los aficionados le recriminaban su pasado colchonero, donde estuvo tres temporadas cedido por el equipo de Stamford Bridge. De hecho, fue el portero que defendía a los de Simeone en la final de Lisboa del 2014 que perdieron cuando prácticamente la tenían ganada. En la previa de la final de París, Courtois recordó aquello de una manera muy particular: “Ahora estaré en el lado bueno de la historia”.

Sin embargo, el primer año de Courtois de blanco fue muy duro. El belga fue titular en 27 partidos de Liga, pero el Bernabeu coreó insistentemente el nombre de Navas, que al término de la temporada acabó firmando por el PSG, lo que convirtió definitivamente a Courtois en el malo de la película en un año particularmente malo para el club, sin ningún título importante y con los despidos de Lopetegui y Solari y la vuelta improvisada de Zidane.

A pesar de las dificultades, desde el principio Courtois hizo profesión de fe madridista asegurando que era fan del club desde niño. Nadie le creyó. Detrás estaban sus declaraciones como colchonero y la sospecha de que la razón de su vuelta a Madrid radicaba en que aquí residían sus dos hijos, que había tenido a lo largo de su etapa en el Calderón con su pareja de entonces, de la que se había separado. Durante sus cuatro años en el Chelsea venía a la capital de España con mucha frecuencia para estar con sus hijos.

El Bernabeu sospechaba que Courtois solo fichó por el Madrid para estar cerca de sus hijos

Para Courtois cada vez que volvía al feudo atlético era una tortura sentimental. Su placa en el Paseo de Leyendas acababa cubierta de basura y excrementos y en sus dos primeros partidos desde la grada le arrojaron infinidad de ratas de peluche.

Courtois lo aceptó todo sin perder la calma. Posee una dureza mental de corredor de fondo. Hombre políglota, habla a la perfección flamenco, francés, inglés y español, cuando se le recuerda su pasado atlético suele decir lo mismo: “Di lo mejor de mí y no me arrepiento de nada”.

La actuación de Courtois ante el Liverpool probablemente sea la mejor de su vida, pero ya tenía el listón muy alto. En la ida de los octavos de final ante el PSG el portero belga cuajó una actuación sensacional incluyendo un penalti parado a Leo Messi.

Courtois certificó la décimocuarta del Madrid al frenar al Liverpool con cinco paradas antológicas

En muchos partidos de esta temporada el Madrid ha sido sostenido por dos jugadores, Courtois y Benzema, una situación que recuerda bastante al Madrid que fuera de Casillas y Ronaldo.

El portero belga no es muy adicto a las redes sociales pero sí es de los futbolistas del Madrid a los que no le importa dar ruedas de prensa bastante a menudo.

Acabada la final, Courtois fue sin duda el más requerido: “Sé que me han dado palos, pero siempre soy sincero cuando hablo. Al empezar el partido tenía la sensación de que no iba a recibir ningún gol. He trabajado tantos años para llegar al club de mi vida que sabía que no podía fallar. Hoy nadie me podía quitar las ganas de ganar una Champions. Por mis muertos que la iba a ganar”.

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