Rivales (2024), de Luca Guadagnino

2019, final del torneo de tenis Challengers de New Rochelle que enfrenta a Art Donaldson, que desea romper una mala racha de juego, con Patrick Zweig. Tashi Duncan, prometedora tenista que hubo de abandonar las pistas por una lesión es la entrenadora de Art, además de su esposa y madre de Lily, la niña que tienen en común. No se trata de un partido cualquiera, pues estrechos lazos unen a los finalistas y a Tashi. Ellos se conocen desde críos, y eran grandes amigos, y en el Open Junior, trece años atrás, se quedaron “coladitos” por la campeona femenina Tashi. Ese enamoramiento generó presión, pasión y celos a varias bandas, que persisten hasta el día de hoy.

Si 2023 fue el año de Celine Song gracias a Vidas pasadas, ahora es el turno de su desconocido marido Justin Kuritzkes, que firma el guión de esta película dirigida por Luca Guadagnino. Destaca la habilidad por combinar el presente de la disputada final del torneo, con los flash-backs que retrotraen a un pasado lejano, muy lejano, o muy cercano, de modo nada caprichoso pero de difícil combinación para que la narración funcione, cosa que ocurre, el espectador no tendrá la sensación de que le están mareando.

Por otro lado, quizá en otros tiempos el triángulo amoroso en que consiste el film habría sido sencillamente la lucha de dos hombres por una mujer, y las dudas de ésta sobre por quién decantarse, ello combinado con el afán de ganar a toda costa, más vivo en uno u otro personaje, y que en el caso de Tashi lo debe trasladar a uno de los dos rivales, ella no está en la pista. Pero toca hoy, y más con un director como Guadagnino, añadir otra capa, la del sexo fluido y los juegos eróticos a tres, a cuento de experiencias de adolescencia y de cierta atracción entre Art y Patrick, que puede manifestarse en el contacto físico, o cuando comparten sauna. Con este cóctel entrega escenas de enorme sensualidad.

El director sabe crear tensión acerca del posible resultado del doble partido final que se está jugando en la película: ¿se destrozará el hogar de los Donaldson, y volverá otra relación?, ¿quién ganará en la pista en esos puntos decisivos a raquetazo limpio, o no? Ello ayudado por una banda sonora de Trent Reznory Atticus Ross con mucha percusión, y por una fotografía de Sayombhu Mukdeeprom que te mete en la pista, incluidos planos que parece que salgan de o vayan a golpear el objetivo de la cámara.

Estamos ante una película de tres actores, los demás son comparsas. Y lo hacen bien en su etapa juvenil o ya con cierta madurez, Zendaya, que da a su personaje matices juguetones o de no saber hacia dónde tirar, Mike Faist, como el marido más ingenuo e inconstante, y Josh O'Connor, con un punto canalla, pero que tal vez querría recuperar la relación que antaño tuvieron los tres. No falta en el film una escena, guiño u homenaje a Extraños en un tren, en torno a una espectadora, el cinéfilo sabrá sin duda de qué estoy hablando.