Se terminó el tiempo (2021), de Elisa Amoruso

Vivien, cerebrito para la Física enfrascada en sus estudios en Roma, intenta hacerse con una beca para una prestigiosa universidad estadounidense. Pese a todo intenta sacar huecos para estar con su novio, Steve, que por su parte prioriza tanto sus entrenamientos como nadador que la descuida. Una noche, ella se siente sola, así que acepta una invitación para salir con Roy, compañero de entrenamientos de su chico, de vida problemática, con el que contra todo pronóstico conecta de forma muy especial, hasta que un accidente de coche lleva a Vivien al hospital Cuando despierta, sus recuerdos se confunden, así que está convencida de que pasó la romántica noche con Steve, que no quiere desmentirla.

La italiana Elisa Amoruso (Maledetta primavera) hace honor a su apellido, al dirigir y coescribir un film romántico dirigido a adolescentes. Por desgracia, parece conformarse con poco, como si entendiera que a su público potencial le basta con fotografías bonitas de actores fotogénicos, localizaciones italianas y pequeñas reflexiones sobre la futilidad de la mentira, y la fuerza del amor verdadero. Una pena, pues el film podría haberle sacado más partido a la historia. Se ha metido con calzador una subtrama homosexual para ir a tono con los tiempos.

Tiene fuerza Bella Thorne, actriz de O.C., que le da tridimensionalidad a un personaje que en otras manos no pasaría de cliché. Protagoniza el film con su prometido en la vida real, el cantante Benjamin Mascolo, que sin embargo fracasa a la hora de componer al ‘malote’ Roy, pues parece que recita sus líneas sin ninguna emoción. Tampoco da el tipo Sebastiano Pigazzi, en el rol de Steve, tercero en discordia. Los diálogos, tan poco imaginativos como increíbles, no ayudan.