Perfect Blue, la película de anime que influenció a los grandes directores de cine - Meristation

¿Qué veo hoy?

Perfect Blue, la película de anime que influenció a los grandes directores de cine

Nuestra recomendación del día es ópera prima de Satoshi Kon, Perfect Blue, una película de animación que ha influenciado a directores como Darren Aronofsky.

Actualizado a
Perfect Blue

No es lo mismo una película adulta que una película para adultos. Pero en un mundo en el que sigue considerándose tabú nominar al Óscar a mejor película a cualquier cinta de animación, qué os vamos a contar. El cine de animación sigue viéndose como algo destinado a los más jóvenes de la casa, a los niños, y a menudo se le trata como un género menor. Aún peor es la situación si encima hablamos de anime, todavía asociado en pleno siglo XXI a una cosa de frikis. La de grandes historias que muchas veces nos perdemos por culpa de los prejuicios. Pero hay veces en las que una obra es tan potente que nadie puede negar la magia que rezuma, y eso es precisamente lo que pasó con Perfect Blue, nuestra recomendación de hoy.

Estos días celebramos el Óscar a mejor actor para Brendan Fraser por su papel en La ballena (The Whale) y dicha película lleva la firma de Darren Aronofsky, quien ya consiguiera también el Óscar para Natalie Portman por Cisne negro y las nominaciones para Ellen Burstyn (Réquiem por un sueño), Mickey Rourke y Marisa Tomei (ambas por El luchador). Aronofsky es un director de culto cuyas películas acaparan atención, respeto y premios a partes iguales. Pero también es un fan empedernido de Satoshi Kon, el director japonés tras Perfect Blue (la cual es precisamente su ópera prima). Pero tan tan tan fan, que hasta ha copiado planos de Perfect Blue en Réquiem por un sueño y extraído secuencias idénticas para Cisne negro. ¿Cómo no recomendar la principal fuente de inspiración de uno de los cineastas más aplaudidos en la actualidad?

A nivel argumental, Perfect Blue narra la historia de Mima, la cantante de un famoso grupo musical japonés. Da las malas ventas de sus últimos discos, su mánager decide apartarla del grupo y lanzar su carrera como actriz. Pero las cosas no le van muy bien en el mundo de la televisión y Mima cae en una profunda depresión que le lleva a replantearse todo y a obsesionarse con los fans que la siguen, vigilan y observan cada aspecto de su vida. Empieza a desarrollar una paranoia que hace que sus papeles en la ficción se mezclen con su persona y que sueño y realidad se confundan hasta hacerla cuestionarse su propia identidad.

Pero ante todo, Perfect Blue son 81 minutos de planos que se graban en la retina, de cine con mayúsculas. Un thriller que torna en película de terror y que logra sorprender con su desenlace (a base de ingenio, no de trampas) a pesar de que seamos de los que intentan predecir lo que va a ocurrir en cada escena. Una joyita que no suele citarse al hablar de las mejores películas de anime, pues nos solemos ir a tótems como Akira y la Pixar nipona, Studio Ghibli. Perfect Blue es capaz de encandilar incluso a los más reacios del género, a los que se ven afectados por los prejuicios que parecen sustentar la cultura moderna, y que pone de manifiesto la gran pérdida que supuso la muerte de Satoshi Kon (en 2010, a los 46 años) para el séptimo arte.

Por qué verla

  • Porque es la ópera prima de Satoshi Kon (autor de Paprika o Tokyo Godfathers)
  • Por su influencia en cineastas como Darren Aronofsky (Réquiem por un sueño, Cisne negro, La ballena)
  • Cortita (81 minutos) y espectacular a nivel visual.
  • Porque junto a Gattaca, ganó el Festival de Sitges en 1997.
  • Porque enamora a cualquier fan del thriller psicológico que guste de gritos, interpretaciones y debates posteriores.
  • Y ante todo, porque es un peliculón.

Dónde verla

  • Actualmente no se encuentra disponible en ninguna plataforma de streaming, aunque pasó por varias (como Netflix o Filmin) y no debería tardar en volver. Pero se puede comprar en cualquier tienda por entre 14 euros (Blu-ray más DVD) y 20 euros (en una preciosa edición de coleccionista).