Las 12 mejores películas de Natalie Wood, ordenadas

El mismo año de 'Videodrome' -y con inquietantes similitudes, como si alguien hubiera reproducido ideas y sensaciones de una película a otra-, Natalie Wood y Christopher Walken protagonizaron una de las primeras películas cyberpunk de Hollywood y se adelantaron en varias ideas a 'Días extraños' (1995) de Bigelow.

Ella hacía de la doctora Reynolds; él, del doctor Brace. Los dos están a punto de terminar el invento de su vida: una máquina grabadora que puede leer y grabar todas las sensaciones físicas y emocionales de una persona. Y no solo eso, además puede reproducirse por cualquier otra persona para revivir las sensaciones grabadas. Podéis imaginar los usos criminales que puede tener esta premisa para un thriller tenso y lleno de ideas proféticas sobre el futuro. Es además, también, una de las mejores películas de Christopher Walken.

"Nadie le iba a discutir que era el rey de la comedia en aquellos años, y muy guapo", recordaría Natalie Wood de su compañero Tony Cutis en 'La pícara soltera' y 'La carrera del siglo'. Ambos tenían una química perfecta que se prestaba mejor a la comedia que al drama bélico de su primera película juntos, 'Cenizas bajo el sol' (1958).

En 'La pícara soltera', enfundada en blanco y con un look inolvidable, Wood es la última vícitma de un editor canalla que presume de difamar a los protagonistas de sus artículos. Pero ella, una psicóloga que ha escrito una guía para mujeres solteras, no está dispuesta a recibirlo.

El director de 'El guateque', Blake Edwards, firmó esta divertida comedia de aventuras centrada en una competición de coches donde se encuentran el heroico Leslie Gallant III (Tony Curtis) y el malvado profesor Fate (Jack Lemmon). ¡Sí, los protagonistas de 'Con faldas y la loco' de nuevo juntos! Por su parte, Wood interpreta a la fotoperiodista Maggie DuBois, una sufragista que conduce un coche propiedad del periódico más importante de Nueva York. La película puede presumir de tener la pelea de pasteles más larga jamás vista en una película.

Sin embargo, pasados más de 70 años, si tenemos que rescatar una joya de la Natalie Wood infantil, no podemos dejar de reivindicar la gran historia de amor fantástico concebida por ese intelectual de Hollywood, Joseph L. Mankiewicz. Con, para muchos, la mejor banda sonora de Bernard Herrman (aunque él fue quién firmó las mejores bandas sonoras del cine de Alfred Hitchcock), la película cuenta la historia de una joven viuda (Gene Tierney) que, pese a tener un excelente pretendiente (George Sanders), comienza a enamorarse del fantasma que habita en su nueva casa (Rex Harrison). Un clásico original, de atmósfera irrepetible, en el que la jovencísima Wood encarna a la hija de la protagonista, que tampoco se lleva nada mal con el fantasma.

Esta adaptación cinematográfica del éxito de Broadway del mismo nombre, creado por Sondheim y Styne, nos permitió disfrutar de nuevo de las habilidades de canto y baile de Natalie Wood. ¡Nunca está de más! Es una película musical muy entretenida en la que Wood interpreta a Gypsy Rose Lee, una bailarina de burlesque cuya madre en el escenario, Mama Rose (Rosalind Russell), la empuja hacia el estrellato. Wood fue nominada a un Globo de Oro por su trabajo, aunque fue Russell la que se lo llevó.

Dicen que Natalie Wood fue de las pocas actrices que resistió los continuos intentos de conquista de uno de los seductores más legendarios de Hollywood. En realidad nunca lo sabremos, lo importante es que aquí comparten pantalla Wood y el rey del cool por excelencia y ocho veces portada de FOTOGRAMAS, Steve McQueen. Ambos parecen tener un personaje hecho a su medida y una historia que, como ‘Rebelde sin causa’ y ‘Esplendor en la hierba’, inspiraría otras cientos, pero pocas como la del director de ‘Matar a un ruiseñor’. Wood interpreta a una joven católica e inocente que un fin de semana acaba rendida a las artes de seducción de un músico (McQueen). Embarazada e intentando evitar la vergüenza y el escándalo, intentará buscar al personaje de McQueen para que le ayude a abortar. Es una de las mejores películas de amor de todos los tiempos.

Ya nos podemos imaginar que, durante el proceso, ambos se van enamorando de verdad y lo que parecía un embarazo indeseado acaba siendo solo un desorden de los factores que no debería alterar el producto. Al contrario que muchas comedias románticas de parejas enamoradas por fuerza del destino, la cinta de Mulligan destaca por su realismo, su retrato social y su angustiosa captura de los prejuicios que debía y debe afrontar una joven soltera embarazada. Pero ante todo, ‘Amores con un extraño’ es una cinta de amor que le valió a Natalie Wood su tercera y última nominación al Oscar, la cinta en la que la vimos más cercana a una mujer real, normal, de día a día, sin los artificios de una estrella de Hollywood que ella, como pocas otras, ayudó a superar.

Wood subvirtió su imagen de niña buena con esta aguda sátira de la generación del amor libre dirigida por Paul Mazursky. Ella interpreta a Carol, una mujer pudiente de Los Ángeles que asiste a una escapada de fin de semana, que es también una especie de terapia grupal, junto con su esposo, Bob (Robert Culp). Allí, los dos se encuentran sexualmente liberados y las infidelidades (consentidas) empiezan a aflorar. Ahí entran los otros dos nombres del título, Ted y Alice (Elliott Gould y Dyan Cannon), que están impactados por las actitudes libertinas de sus amigos.

Una cosa es tener una carrera con grandes títulos, con clásicos, y otra el haber participado en una película del nivel de ‘Centauros del desierto’. Natalie Wood, con dos coletas y traje de india, siempre estará vinculada a una de las películas más importantes de la historia del cine y del genio John Ford, paradigma de eso que llamamos western crepuscular. Por algo es una de las mejores películas de aventuras de todos los tiempos.

Puede que Wood haga poco más que ser cogida en brazos por Jeffrey Hunter y John Wayne, tipo duro entre los duros, pero en una cinta de este nivel un par de escenas ponen tu nombre en la historia. Para quien aún no la haya visto, recordemos que Wayne y Hunter interpretan a dos vaqueros que se pasan años buscando a Debbie (Wood), la única superviviente de un asalto indio que acabó con el resto de su familia. En una película tan repleta de emociones y pura humanidad, la marcha de John Wayne es la que nos rompe el corazón, pero el regreso de Natalie Wood a casa, a esa con una mecedora frente a la chimenea, nos vale para cicatrizarlo.

Si preguntas en Estados Unidos por Natalie Wood como actriz infantil, todo el mundo coincidirá en recordar ‘De ilusión también se vive’, un adorable cuento y una de las mejores películas navideñas de la historia, en la que un Santa Claus de centro comercial afirma ser el verdadero Papa Noel. La cinta, en la que Wood es la hija de Mauren O’Hara, ganó 3 Oscars y fue un gran éxito de taquilla, de esos que cada Navidad vuelve a poner en la televisión (salvando las distancias con ‘¡Qué bello es vivir!’). En aquel entonces, Wood tenía tan solo 9 años y este fue su primer gran papel en la gran pantalla.

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Con 16 años Natalie Wood consiguió su primera nominación al Oscar. También nominaron a Sal Mineo pero ya sabemos quién enamoró más a la cámara de los tres jóvenes protagonistas. ‘Rebelde sin causa’ supuso la irrupción del James Dean más legendario, con su chupa roja, andares encogidos y mirada inconformista. Viendo el filme, la muerte de James Dean aún resuena en Hollywood.

Pero no nos olvidemos de Natalie Wood porque hizo algo más que aguantarle la contrapartida romántica a Dean en una de las mejores películas de adolescentes de todos los tiempos. Ambos se convirtieron en icono de una juventud incomprendida por la conservadora sociedad americana de los años 50, jóvenes que cambiarían el rostro de todo un país en los sesenta a través de las liberaciones sociales del movimiento hippie. Toda una generación que creció creyendo que se podía acabar de otra manera que convirtiéndose en sus padres. Se equivocarían más o menos, pero tardaron en pisar el freno del coche más que nadie frente al precipicio.

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Pese a contar con varios papeles míticos, quizás sea el de Maria de ‘West Side Story’ por el que más recordamos a Natalie Wood. Lo cierto es que ni ella, cuya voz fue doblada en las canciones, ni su amor en la ficción, Richard Beymer, son lo mejor de la película. De hecho, recordemos que la cinta ganó 10 Oscar y ambos protagonistas ni siquiera fueron nominados. Sin embargo, todo lo que contiene esta revisión moderna y musical de ‘Romeo y Julieta’ es inolvidable, y a Natalie Wood cuesta no llamarle, más bien cantarle, eso de Maria, aunque solo sea Tonight. Se trata de uno de los mejores musicales del cine, que hizo historia desde el mismísimo cartel rojo de la película.

Además, es un momento perfecto para volver a verla ahora que tenemos reciente la versión de 'West Side Story' de Steven Spielberg.

Si buscas un recital actoral, acude siempre a una película de Elia Kazan. Con 23 años y en la cumbre de su carrera, Wood conseguía su segunda nominación a los Oscar en un curso en el que también protagonizó, sin nominación, ‘West Side Story’. El Oscar se lo llevó Sophia Loren por ‘Dos mujeres’ y probablemente después hubiese ido Audrey Hepburn, nominada por ‘Desayuno con diamantes’.

Las estatuillas estaban más caras por entonces pero podemos decir que ‘Esplendor en la hierba’ es una de las mejores películas para conocer de verdad el peso de Wood como actriz. Su papel desprende algo similar a ‘Rebelde sin causa’, pero lo hace con mayor madurez, fiereza y dramatismo. Esta vez su amor es nada menos que Warren Beatty, que la conquistó hasta tal extremo en la vida real que a su romance achacan el intento de suicidio de Natalie Wood en 1966. Si ‘Rebelde sin causa’ ilustró la lucha de la juventud contra la generación de sus padres, ‘Esplendor en la hierba’ fue el icono generacional de aquellas películas que luchaban por el amor entre clases sociales, por el amor libre al fin y al cabo.