Crítica: Alice Cooper - The Last Temptation | El Portal del METAL

Alice Cooper - The Last Temptation

Enviado por Garfunkel el Lun, 14/07/2014 - 14:45
350

1. Sideshow
2. Nothing's Free
3. Lost In America
4. Bad Place Alone
5. You're My Temptation
6. Stolen Prayer
7. Unholy War
8. Lullaby
9. It's Me
10. Cleansed by Fire

'La vida es como un espectáculo de fenómenos. Todo el mundo acude a contemplar a los monstruos y los anómalos...
...Pero nadie ríe cuando el espectáculo termina
'

A mediados de los ochenta, Alice Cooper se desprendió de parte de su estética de horror de la Hammer y se reinventó a sí mismo como un nuevo villano musical. El galante embajador de las sombras, sin marcharse del todo, adopta un look más urbano y salvaje, respondiendo a la perfección a las nuevas necesidades musicales de un público mucho más atraído por el heavy metal en boga. Alice ya no es Vincent Prince, sino el Freddy Krueger que se alimenta de los terrores y perturba las mentes a través de la música. Constrictor, Trash y Hey Stoopid! devolvieron a Vincent su merecido reconocimiento tras un período artístico experimental que pasó bastante desapercibido.

Pero la relativa fama de la MTV no domesticó a la bestia negra. En lugar de acomodarse, Alice continuó siendo el avatar y el azote de los horrores de la vida moderna. Las convulsiones políticas de Occidente y Oriente, los grotescos espectáculos televisados de los conflictos bélicos, la decadencia de la fe cristiana, las frustraciones y la creciente alienación de una nueva generación, todos estos infortunios quedaron impregnados en la mente de Fournier. De esta manera, a inicios de los noventa, Alice nos ofreció un billete de ida y vuelta a su tren de la "última tentación" del mundo del espectáculo, antes de sumirse de nuevo en los pozos más oscuros y degradantes del "planeta brutal"...

The Last Temptation representa una historia conceptual - más o menos hilvanada - que gira en torno a los desventuras del muchacho Steven. Enfrentándose, no a los terrores ocultos de su subconsciente, sino a los perversos designios del misterioso propietario de un teatro itinerante. Ante el esplendor de las luces de neón, Steven no puede rechazar la invitación de este desconocido a entrar en su mundo de oropel. 'Le Grand-est Guignol, ladies 'n' gentlemen' ¡Un espectáculo sin fín donde nadie envejece y los sueños nunca terminan..!

Las teatralidades arrancan con 'Sideshow' y su circo de esplendor. El telón se abre y Alice nos embelesa cantando acerca de las benevolencias y maravillas de este mundo. Un tema anímico y totalmente festivo que se complementa con su contraparte, 'Nothing's Free', donde la jovialidad anterior deja paso a la oscuridad. 'Nada es gratis' reza nuestro anfitrión. Todo tiene un precio. Y el show business, por más diversión que te pueda atraer, también tiene un lado oscuro que Alice retrata a la perfección. Pero para cuando la música deje de sonar, continuaremos bailando en el fuego, y seguiremos deleitándonos con éste seductor sonido. Sólo confía en mí...

El máximo exponente - y absoluto hit del disco – es la satírica 'Lost in America'. Un pegadizo trallazo rockero donde el personaje de Steven parece darse cuenta de la cruda realidad que le rodea, no sin cierta socarronería. No puedo conseguir una chica porque no tengo un coche / No tengo trabajo porque no tengo coche / Así que me buscaré una chica con trabajo y coche...'. Pero aunque esta clase de inconvenientes son una distracción para una criatura de la noche, la bluesera e insinuante 'Bad Place Alone' nos devuelve a los sucios suburbios de la sociedad. Donde asesinos, ladrones y otros truhanes se dan cita cada noche, en los callejones más fríos que concentran a todos aquellos de la más ruin calaña: muertos en vida que conforman el siniestro reflejo de una sociedad enferma. Pero la endémica enfermedad de esta sociedad no sólo se encuentra en sombríos arrabales, sino también en las esferas más altas. En 'Unholy War' Alice mira con desprecio a los demonios trajeados que orquestan, desde sus torres de marfil, todo el espectáculo de aquello que los esperanzados llaman “civilización”. Un poso de desesperación sonoro, cuasi grunge, que cuenta con la colaboración de la desgarradora voz de Chris Cornell en este particular Nunca Jamás de perversión, obscenidad y desperdicio.

Finalmente, ante las aterradoras visiones contempladas, Steven se da cuenta de la falsedad de las promesas, y de la cruel realidad que ante sus ojos ahora se presenta. Y antes de continuar corrompiéndose por su propia locura, 'Cleansed by Fire' es el opresivo epílogo de este esperpéntico tour de lo grotesco, reflejando la desesperada huida de nuestro protagonista de esta pesadilla. Steven se marcha con más interrogantes que respuestas: ¿Qué es la vida y la muerte?¿Qué hay de cierto y de falso?¿Qué pasa con el amor y la paz? Como decían Black Sabbath, '¿es Dios sólo un pensamiento en tu cabeza o una parte de ti? Quizás lo terrorífico de este circo no sean sus vanas promesas, sino que todo su decadente inmundicia sea la única realidad de un presente enfermo. La certeza de este pensamiento llevará a Alice a un exploración más introspectiva de los abismos de la condición humana, manifestada en los sucesivos Brutal Planet y Dragontown que, igualmente, inaguraron un nuevo período para este artista.

La odisea grotesca de The Last Temptation es un disco genial del villano más grande que ha dado el Rock. Su efectividad y dureza lo hacen un digno sucesor del sucio Trash, desprendiéndolo de la melodía mostrada en Hey Stoopid!. No alcanza la perfección de no ser por la presencia de baladas como 'Lullaby' o la acaramelada 'It's Me' que, sin ser malas, no terminan de encajar en un disco como éste. Además de estar muy lejos de la belleza de obras clásicas como 'Only Women Bleed'. Por otra parte, gran parte de la grandeza del disco se debe a los músicos que acompañan al bueno de Alice. Stef Burns hace gala de una gran habilidad a la guitarra y, por su parte, Derek Sherinian, es un hombre que ha sido apodado como el “Calígula de los teclados” por el propio Alice. ¿Qué más se puede decir?

Quizás este circo ambulante – ejemplo ficticio del esperpento de Valle Inclán – se haya marchado de la ciudad, pero mientras éste siga nutriéndose de sinvergüenzas, mentirosos y criminales, el tren de la inmundicia nunca se detendrá...

Alice Cooper: Voz
Stef Burns: Guitarra, coros
Greg Smith: Bajo, coros
Derek Sherinian: Teclados, coros
David Uosikkinen: Batería
--
Chris Cornell: Cantante invitado en “Stolen Prayer” y “Unholy War”
Don Wexler: Guitarra en “Lost in America”
Rick Marty: Guitarras adicionales
John Purdell: Teclados en “You're My Temptation”, “It's Me” y “Lullaby”
Lou Merlino, Mark Hudson, Craig Copeland, Brett Hudson: coros

Sello
Epic Records