David Fincher. Solo con decir su nombre no hace falta mucho más. Sí, ha tenido traspiés en su prolífica carrera aunque ‘Alien 3’ sea una película bastante reivindicable, y a ella le debemos el maravilloso plano del xenomorfo tratando de ¿comer? ¿besar? a Ripley. Pero es verdad que no está a la altura de su filmografía posterior.

Después de los duros enfrentamientos que tuvo con los productores durante la entrega de ‘Alien’, Fincher decidió que eso acababa ahí. Ya no aceptaría películas con mega presupuestos. Ahora le tocaba a él ser el que mandara. Y, aunque le tocó volver a lidiar con problemas de rodaje y de montaje en el videoclip ‘Who is it’ de Michael Jackson, Fincher no volvió a claudicar ante ningún agente externo, o eso parece echando un vistazo a sus películas.

Cualquiera en su lugar, después de haber reinventado el thriller de terror con ‘Se7en’, habría apostado a lo seguro y habría seguido por ese camino, pero hemos dejado claro que Fincher es diferente, y decidió hacer algo diferente: jugar, hasta las últimas consecuencias.

EL COMIENZO

Principio de The Gamepinterest
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Desde que comienza ‘The Game’ sabemos que estamos ante una película diferente, con unas imágenes grabadas como una super8, sobre una familia rica y feliz, que podemos ver durante los créditos… hasta que llega el último de los nombres, el de David Fincher, y lo ilustra con el suicidio de un hombre, tirándose desde lo alto de su casa al vacío, como avisándonos de lo que va a pasar y de la decisión que está tomando. Ya desde los primeros planos de la película, cuando podemos ver al personaje interpretado por Michael Douglas, sabemos que su vida es de soledad, que es un personaje duro, frío y al que no le importa nada más que él mismo. Y eso lo sabemos en los primeros cinco minutos.

EL PROTAGONISTA

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Nicholas Van Orton es un ser despreciable. No podemos sentir ningún tipo de empatía por él, y David Fincher tampoco busca que lo hagamos, porque lo usa como un simple peón para crear su juego macabro. El personaje no es importante. Lo que le pasa, sí lo es. Y le utiliza para su particular persecución. El viaje del héroe, en el que suponemos que el personaje evolucionará y será mejor persona está presente, pero no es el centro de la acción.

EL ACTOR

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Michael Douglas hace un verdadero ‘tour de force’ y su interpretación es el alma de la película, básicamente porque nos representa a nosotros. Su confusión, su indecisión, su cara de ‘no entiendo nada de lo que pasa’, es la cara que tenemos nosotros al presenciar la película. Somos los protagonistas, y Fincher juega con nosotros de una forma tramposa y perversa. Porque no es lo mismo coger para esta película a Tom Hanks que a Michael Douglas. No busca alguien amable de cara al público. No. Fincher logra que te caiga simpático un personaje que no lo es.

EL ESTILO

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La banda sonora minimalista de Howard Shore apuesta por unos pequeños acordes a piano que buscan generan nervios, incomprensión, misterio. Pinceladas maravillosas de un tema que no recuerda el gran público, pero que envuelven la película de una atmósfera opresora y claustrofóbica, al igual que la paleta de colores, fría, dura, con tonos oscuros. A lo largo de la cinta, la fotografía también va oscureciéndose según la trama se va complicando, y los tonos dorados, que reflejan el poder de Nicholas Van Orton, van desapareciendo poco a poco hasta la fiesta final, donde el color regresa de golpe, pero en un tono diferente, mucho más mate que al comienzo.

Fincher además busca crear una claustrofobia desde el principio, y nos afecta casi de manera inconsciente, sobre todo por su gusto de oscurecer las esquinas de los planos, para así dar la sensación de estar atrapado.

También tenemos el uso de los primeros planos por parte de Fincher, que nos quiere decir desde un principio las claves de la película, pero también jugar con ello y decir: sí, sí, os estáis fijando en algo que no tiene nada que ver con lo que viene a continuación.

Porque, al final, ‘The Game’ es una metáfora del mundo del cine. Nosotros, al entrar en una sala, firmamos un ‘contrato’ en el que sabemos que lo que vamos a ver es mentira, es ficción, pero según avanza la historia, nos vemos envueltos, nos metemos tan dentro de la trama que llegamos a olvidar que estamos viendo una película… hasta que llega el pitido final que nos recuerda aquel contrato que firmamos al principio: ‘Oye, esto es una peli’.

Payaso en The Gamepinterest
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CRS es como un gran estudio, donde hay actores, maquilladores, efectos especiales… y Michael Douglas es el espectador que se entrega a la película. De hecho, podría ser perfectamente el típico espectador que reniega de las historias de superhéroes. Las mira con recelo, acaba comprando la entrada, o bien por presión social, o le acaban invitando y oye, por el camino, acaba entregándose.

LOS SECUNDARIOS

Michael Douglas y Deborah Kara Ungerpinterest
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Nos encontramos con Sean Penn haciendo de hermano histriónico y gritón de Michael Douglas, pero no siempre fue así. La primera opción fue Jodie Foster, pero no salió adelante la opción ya que Foster quería interpretar a la hija de Douglas, no a la hermana. Cuando el plan de contar con la mítica actriz no salió adelante, el estudio trató de fichar, sin éxito, a Jeff Bridges, que también se cayó del proyecto, optando finalmente por Sean Penn.

Deborah Kara Unger consiguió el papel tras enviar un reel de una escena de sexo suya en la película ‘Crash’ de David Cronenberg.

EL SIGNIFICADO DE FINCHER

David Fincher ha insistido muchas veces en que es una reformulación, una especie de versión de ‘Cuento de Navidad’ de Charles Dickens, con Michael Douglas como un Scrooge de los 90, y que tiene que pasar una serie de traumas para poder cambiar al fin. Pero quiza también esté jugando con nosotros cuando nos dice eso. Uno de los personajes dice al final a Michael Douglas: “Gracias a Dios que saltaste. Si no, te tenia que empujar yo”. Es decir, nos venden primero que el personaje de Nicholas Van Orton tiene que tomar una decisión, y la que toma es lanzarse al vacío. Pero se contempla la opción de que no la tomara. Lo importante realmente es que Michael llegue a la marca que tienen preparada para él.

EL FINAL

Si algo es culpable de que esta película esté tan infravalorada, es el polémico final, en el que Fincher nos tiene agarrados por el cuello y está dispuesto a soltarnos al vacío. Ya no sabemos nada. No tenemos ni idea de si lo que va a pasar a continuación es real o no. No distinguimos nada más. ¿Y si salta Michael Douglas? ¿Ha matado realmente a su hermano? ¿Era todo un juego dentro del juego? El problema es que vista la película, la sorpresa final ya no tiene efecto en próximas revisiones y la gente se enfadó. Unos defienden que todo debía ser una mentira, mientras que otros se extrañaban y afirmaban que Fincher no había sido suficientemente arriesgado. Pero cuando Michael Douglas salta, todos saltamos con él.

LA ESCENA

El payaso colocado en la entrada principal de su casa, en la misma pose que quedó su padre después de suicidarse, es macabro y duro. Y tremendamente perturbador cuando Van Orton está sentado en su salón y se alternan primeros planos de la cara del payaso con la televisión, donde vemos cómo el presentador de las noticias también participa del juego. Es ahí cuando nos damos cuenta que no hay reglas, que todo es posible, y que Michael Douglas va a sufrir las consecuencias de una vida fría y calculada, apartada de todo contacto social.