El contratista (2022), de Tarik Saleh

James Harper se ha convertido en un militar de usar y tirar. Después de haber servido lealmente como marine en Irak y Afganistán, es expulsado del ejército sin contemplaciones porque en un test le han detectado sustancias que tomaba para poder seguir entrenando a pesar de una lesión. Para sacar a su familia adelante, y asesorado por su amigo Mike, también licenciado, acepta trabajar para un contratista privado que paga bien y hace trabajo sucio para el gobierno, en operaciones aprobadas por las altas esferas, pero sin cobertura legal. Ello le lleva a Berlín, donde como mercenarios a la postre deben eliminar a un científico iraní; pero aparte de que las motivaciones de la misión son más que dudosas, se produce un desastroso enfrentamiento con la policía local.

Debut en Hollywood del director sueco de origen egipcio Tarik Saleh, que antes hizo un potente film, El Cairo confidencial. Aquí maneja una trama de esas con las que a veces se autoflagela Estados Unidos a la hora de denunciar el modo en que se maltrata a las personas que se han sacrificado por su país combatiendo en mil conflictos, y la actuación de los servicios secretos.

De algún modo se ha puesto al día Acorralado, aunque este film era más sólido que el que nos ocupa. Y es que el guión pergeñado por J.P. Davis resulta bastante elemental. Llama la atención que el protagonista y su mejor amigo parecen, en el mejor de los casos, máquinas que realizan misiones sin cuestionarse su moralidad, que disparan sin ton ni son para luego descubrir con estupor que sus víctimas se parecen mucho a ellos, o incluso son grandísimos benefactores de la humanidad, que merecerían el Nobel y no una bala mortal. Se quiere destacar su patriotismo y el amor a sus familias, pero claro, todo resulta un tanto incoherente.

Dicho lo anterior, hay que decir que es una lástima, porque si uno no piensa demasiado y se deja llevar por las escenas de acción, se encontrará con una película medianamente entretenida, con buenos pasajes adrenalíticos y tensión con el telón de fondo de Berlín. La película cuenta con actores resultones, a Chris Pine se le dan estupendamente papeles como el del veterano James, y Ben Foster lo hace bien como su amigo. Más desaprovechados están sin duda Kiefer Sutherland y Eddie Marsan, o la actriz alemana Nina Hoss.