El libro de las soluciones (2023), de Michel Gondry

Película bastante “marciana” del siempre extravagante, o al menos poco convencional, Michel Gondry, muestra de cine dentro del cine, o mejor aún, de cine marciano dentro del cine marciano.

Sigue a Marc Becker, director de cine muy especial, sobre cuya última película, aún en producción, se cierne la sombra de que se la quiten y la entreguen a un montador, para que salve lo que se pueda salvar y puedan estrenarla. Visto lo cual, roba todo el material con ayuda de dos de sus más estrechas colaboradoras, Charlotte y Sylvia, y se va a la casa campestre de su tía Denis con intención de terminarla por su cuenta. Auténtico paranoico, deja de tomar su medicación, de modo que la película, rarita de por sí, puede dar un paso más allá en su condición de “para una minoría entregada”. O, quién sabe, tal vez acabe resultando una obra de arte.

Estamos ante una cinta irregular, algo reiterativa, que al principio cae en gracia por tratarse de una declaración de amor al esfuerzo del artista por ser fiel a la integridad de su obra, desplegando su creatividad y defendiendo lo que hace. Despliega bromas surrealistas, por ejemplo con el libro de soluciones del título, y hasta recurre a la animación, pero no todo funciona ni está bien engrasado. Tiene encanto el cariño mostrado por Marc por su tía, a punto de cumplir 75 años, y las distintas ideas que va desarrollando el cineasta para sacar adelante su obra, locas y lúcidas al mismo tiempo. Especialmente brillante es el pasaje en que idea la banda sonora, con una orquesta contratada al efecto, y de la que Marc despide a un estupefacto director antes de dar él sus propias pautas.

Pierre Niney compone de un modo correcto al protagonista y sus desvaríos pero, seguramente no por culpa suya, cansa a ratos con su verborrea, y no emocionan demasiado sus relaciones con las mujeres, algunas con una paciencia casi infinita a la hora de soportar sus ocurrencias, a veces manifestadas en mitad de la noche. Entre los disparates del film está el de que Sting haga una pequeña aparición.