The Beach House (2019), de Jeffrey A. Brown

Emily, a punto de iniciar estudios de postgrado en Biología, sufre una crisis con su novio, Randall, quien desencantado de la vida académica, ha abandonado las aulas. Éste propone pasar unos días en la casa de su familia en la playa, donde él pretende instalarse después de forma definitiva, para remontar la situación. Pero cuando llegan al inmueble, descubren que allí vive otra pareja, con permiso del padre de Randall. Enseguida envolverá la zona una espesa niebla proveniente del mar, que altera a las personas y animales a los que alcanza. 

Debut del realizador y guionista estadounidense Jeffrey A. Brown, que no tiene muchas pretensiones, pero consigue crear un mínimo de intriga, y desarrollar con cierta profundidad a los personajes. Consigue que resulte eficaz su desconocido reparto, encabezado por Liana Liberato (Lo mejor de mí) y Noah Le Gros (Ajuste de cuentas) que salen airosos de secuencias con diálogos más largos de lo habitual en una producción de este tipo.

Frente a la mayoría de muestras del género, que aprovechan que dan más miedo los escenarios claustrofóbicos, tiene mérito que Brown consiga asustar en las escenas que transcurren en un espacio abierto, una playa enorme pero vacía. Se sugiere un mensaje ecológico, que advierte por enésima vez de los riesgos de los excesos del ser humano. Pese a que el joven realizador logra durante parte del metraje disimular su reducido presupuesto, le traicionan al final algunos efectos especiales, un tanto cutres, que sacan un poco al espectador de la trama.