El género del western es un viejo conocido de los hermanos Joel y Ethan Coen. El dúo dirigió un western “puro” como Valor de ley, hibridó el género con el thriller noir en No es país para viejos, y en una de sus mejores películas, El gran Lebowsky, el narrador era un cowboy interpretado por Sam Elliott. El nuevo proyecto de los autores de Fargo, titulado floridamente como The Ballad of Buster Scruggs, los devuelve al oeste americano, donde exploran las posibles variaciones del género en un film episódico formado por seis historias independientes que apuntan hacia diferentes tonos y registros.


La película comienza con un capítulo breve y abiertamente caricaturesco donde Tim Blake Nelson interpreta al personaje que da título a la película: un cowboy que pasea por escenarios luminosos y límpidos su personalidad cantarina y homicida, un asesino despiadado de sonrisa perenne e impoluto traje blanco. Por su parte, la cumbre de la película llega con el episodio titulado The Gal Who Got Rattled, el más largo de todos –podría haber alumbrado un largometraje–, donde Zoe Kazan lucha contra un presente y un porvenir aparentemente aciagos mientras descubre lo que significa la complicidad y el compromiso durante una travesía en caravana.

El abanico de historias es tan dispar que el conjunto acaba siendo inevitablemente irregular. Los amantes de la cara más misantrópica de los Coen disfrutará con Buster Sruggs o con el episodio protagonizado por James Franco, donde los directores de Sangre fácil emplean la figura del cazador cazado, un clásico de su repertorio. Mientras que los interesados en la cara más afectiva del cine de los Coen, la de Inside Llewyn Davis, podrán regodearse en la ternura que emana del personaje de Tom Waits, un ingenioso buscador de oro, en el episodio titulado All Gold Canyon. La diversidad de temáticas y perspectivas sobre el género es muy amplia, pero aun así hay elementos recurrentes, siendo el más llamativo de todos la fatalidad y la muerte, que surge como la más elocuente portavoz de una visión nihilista de la existencia.

The Ballad of Buster Scruggs coenpinterest
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Desde el principio, las imágenes de The Ballad of Buster Scruggs dejan bien claro el sustrato literario de la película: las transiciones entre capítulos muestran las páginas de una colección de relatos bellamente ilustrados. Así, es posible imaginar el film como el imposible encuentro entre los imaginarios de Mark Twain, con su ingenio desenfadado, y Cormac McCarthy, con su implacable visión de la cara más siniestra de la naturaleza humana. A nivel estético, la película resulta tan extravagante en sus texturas –en ocasiones impera una especie de hiperrealismo digital– que parece más adecuado vincularla al universo de la viñeta que al ámbito de lo cinematográfico. A la postre, la artificiosidad de ciertos recursos (los chorros de sangre digital, las “noches americanas”, una iluminación fuertemente expresiva) convierte la película en un objeto ensimismado, que permite a los Coen refugiarse en el interior de su mundo e ir en busca de su esencia filosófica.

Dirección: Ethan Coen, Joel Coen
Reparto: James Franco, Liam Neeson, Tim Blake Nelson, David Krumholtz, Brendan Gleeson, Zoe Kazan, Stephen Root, Katy Bodenhamer, Harry Melling, Tom Waits, Ralph Ineson, Tyne Daly, Matthew Willig, Saul Rubinek, Bill Heck, Stephen R. Estler
Título en V.O: The Ballad of Buster Scruggs
Nacionalidad: USA Año: 2018 Fecha de estreno: 16-11-2018 Género: Western Color o en B/N: Color Guión: Joel Coen, Ethan Coen
Sinopsis: Seis capítulos independientes componen una forma distinta de interpretar el Salvaje Oeste.

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Manu Yáñez

Manu Yáñez es periodista y crítico de cine y está especializado en cine de autor, en su acepción más amplia. De chaval, tenía las paredes de su habitación engalanadas con pósteres de ‘Star Wars: Una nueva esperanza’ de George Lucas y ‘Regreso a Howards End’ de James Ivory, mientras que hoy decora su apartamento con afiches de los festivales de Cannes y Venecia, a los que acude desde 2003. De hecho, su pasión por la crónica de festivales le cambió la vida cuando, en 2005, recibió el encargo de cubrir la Mostra italiana para la revista Fotogramas. Desde entonces, ha podido entrevistar, siempre para “La primera revista de cine”, a mitos como Clint Eastwood, Martin Scorsese, Angelina Jolie, Quentin Tarantino y Timotheé Chalamet, entre otros.

Manu es Ingeniero Industrial por la Universitat Politécnica de Catalunya, además de Máster en Estudios de Cine y doctorando en Comunicación por la Universitat Pompeu Fabra. Además de sus críticas, crónicas y entrevistas para Fotogramas, publica en El Cultural, el Diari Ara, Otros Cines Europa (escribiendo y conduciendo el podcast de la web), la revista neoyorkina Film Comment y la colombiana Kinetoscopio, entre otros medios. En 2012, publicó la antología crítica ‘La mirada americana: 50 años de Film Comment’ y ha participado en monografías sobre Claire Denis, Paul Schrader o R.W. Fassbinder, entre otros. Además de escribir, comparte su pasión cinéfila con los alumnos y alumnas de las asignaturas de Análisis Fílmico de la ESCAC, la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña. Es miembro de la ACCEC (Asociación Catalana de la Crítica y la Escritura Cinematográfica) y de FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica), y ha sido jurado en los festivales de Mar del Plata, Linz, Gijón, Sitges y el DocsBarcelona, entre otros. 

En el ámbito de la crítica, sus dioses son Manny Farber, Jonathan Rosenbaum y Kent Jones. Sus directores favoritos, de entre los vivos, son Richard Linklater, Terence Davies y Apichatpong Weerasethakul, y su pudiera revivir a otros tres serían Yasujirō Ozu, John Cassavetes y Pier Paolo Pasolini. Es un culé empedernido, está enamorado de Laura desde los seis años, y es el padre de Gala y Pau.