Cómo Ted Turner sobrevivió a la pérdida de Jane Fonda, la CNN, su fortuna y un imperio en un año

El magnate norteamericano cumple hoy 79 años reconvertido en filántropo, voz crítica, defensor del medio ambiente y una meta ambiciosa: salvar el planeta.

Ted Turner y Jane Fonda, una de las parejas más icónicas de la década de los 90.

© Getty Images.

Hubo un tiempo en el que Ted Turner (Cincinatti, 1938) era indestructible. Sobre la base de un saneado negocio familiar de vallas publicitarias había construido el imperio mediático que avanzó y cambió para siempre la forma de entender la información y el entretenimiento.

Aunque ya existía la televisión por cable en EE UU con HBO, él fue quien convenció al pueblo de que merecía la pena pagar por tener acceso a las noticias 24 horas al día, o ** convertir el salón en una sala** que repusiera en sesión continua el mayor catálogo de cine clásico.

Encarnando el sueño norteamericano, puso su apellido a un imperio, Turner Broadcasting System, que englobaba canales como TNT, TCM, TBS, Turner Sports y uno que no necesitaba llamarse como un hijo para ser "de todas mis creaciones, de la que más orgulloso estoy": CNN.

Cuando fundó Cable News Netwrok desde una pequeña emisora de UHF en Atlanta, Georgia, nadie se detuvo a pensar en si era una mala o buena idea. Básicamente porque nadie tenía las necesidades de Turner. Todavía.

Para un hombre que trabaja 19 horas diarias, de lunes a domingo, resultaba imposible llegar a casa a tiempo para ver los telediarios de las cadenas generalistas. También comenzaba a vislumbrar que los periódicos, con sus ediciones al cierre de madrugada y su la venta a primera hora de la mañana, daban noticias que en poco tiempo ya eran viejas. "Quería hacer el New York Times o el Washington Post, y esta era la plataforma perfecta para hacer algo a ese nivel", ha reconocido en infinidad de ocasiones. Así surgió CNN, el canal de información 24 horas que hacía de la actualidad política mundial su seña de identidad.

En 1990, con el estallido de la Guerra del Golfo, mientras las otras cadenas sintonizaban con sus estudios centrales y mostraban a Tom Brokaw, Peter Jennings o Dan Rather informando de un conflicto del que no tenían imágenes, la CNN mostraba en directo la lluvia de cohetes desde el escenario de la batalla. Turner contemplaba su victoria en casa, acompañado de la mujer de la que se había enamorado, Jane Fonda.

En principio, eran la pareja más improbable que podía imaginarse: él representaba los valores sureños, con plantación de algodón, criados negros y un gigantesco cuadro de Scarlett O´Hara en el salón; mientras que la hija de Henry Fonda y Frances Ford Seymour, formaba parte de la aristocracia de Hollywood, tradicionalmente liberal y bienpensante.

Sin embargo, tenían en común muchas más cosas de las que parecía. La fundamental, es que los dos eran estrellas. Ella llevaba más de tres décadas siéndolo en Hollywood; él había conseguido en 1991 ser el hombre del año en la portada de la revista Time y era un modelo de empresario en una nación en la que todos aspiran a poner su nombre a algo. Para ambos, era su tercer matrimonio y, a su manera, cada uno era célebre por defender sus ideas con uñas y dientes. La tragedia también les unía: los dos sentían una profunda culpa, Turner por el suicidio de su padre, y Fonda de su madre. Lo que era imprevisible era que la activista hiciese del millonario un progresista, y ella aceptase dejar su carrera para convertirse en una suerte de primera dama.

Nominada en siete ocasiones y ganadora de dos Oscar, Jane Fonda durante su matrimonio con Turner incluso decidió abandonar la interpretación para dedicarse por completo a la familia y las asociaciones benéficas que compartían.

En calidad de 'mujer de' viajó Fonda a Madrid en 1999, con motivo del estreno de CNN+, la marca española del canal 24 horas de Turner. Dos años antes, cuando se estaba fraguando el acuerdo con Canal+ y Prisa que permitió esta operación, los reyes Juan Carlos I y Sofía recibieron al matrimonio en el Palacio de la Zarzuela. Nadie podía imaginar entonces que una de las primeras presentadoras del canal, Letizia Ortiz, sería la futura inquilina de la residencia real.

Ted Turner y Jane Fonda recibidos por los reyes Juan Carlos y Sofia en el Palacio de la Zarzuela en 1997.

© Gtresonline.
ATRAPADO EN LA RED

¿Cuándo empezó todo a torcerse para Ted Turner? Ken Auletta escribió una crónica en abril de 2001 de la caída del empresario con un perfil que habría inspirado por igual al Orson Welles de Ciudadano Kane y al ** F. Scott Fitzgerald** de El gran Gatsby. Se titulaba The Lost Tycoon (El empresario perdido) y es una pieza de periodismo asombrosa. Incluye desde la carta que el padre de Turner le escribió al enterarse de que se había matriculado (a pesar de su consejo) en Literatura Clásica en la Universidad de Brown –"Ya te imagino metido en un bar, mojándote el gaznate y diciéndole a otro tipo sentado en la barra: 'Oye, ¿qué opina usted del viejo Leónidas?"–, a revelaciones enternecedoras de colaboradores cercanos_._

La historia de cómo perdió 7 mil millones dólares, el 80% de su fortuna, invertida en partipaciones del gigante surgido tras la fusión de AOL y Time Warner, que había absorbido en 1996 el imperio mediático de Turner, es farragosa y hay que contextualizarla dentro de la explosión de la burbuja de las puntocom. Por suerte, él tiene el resumen perfecto: "Me metí en una fusión sin estar bien preparado".

Era enero de 2001. Wall Street acababa de dejar sin valor sus participaciones y ya se hablaba de la peor operación de la historia. Él mismo la había apoyado de forma entusiasta. Creía que, como cuando dio los primeros pasos para la creación de CNN, se estaba adelantando a su tiempo.

Sin embargo, llevaba meses sin tener control alguno en su propia empresa. El cargo de vicepresidente que le habían concedido en 1996 ya no tenía funciones. Ahora tenía jefes que le invitaban insistentemente a "no hacer nada". Eso sí, bien pagado: un millón de dólares al año. "Les dije que si esas eran las condiciones, ya sabían bien por dónde se lo podían meter", recordó Turner en 2015 durante su discurso de agradecimiento por el Emmy honorífico que reconocía su carrera.

La nueva junta ni siquiera le permitió seguir al frente de una de sus propiedades más preciadas: los Atlanta Braves. Aquel equipo de beisbol que construyó desde la nada en 1976 y pasó de encadenar el peor récord de derrotas consecutivas de las grandes ligas a convertirse en campeón de las Series Mundiales en 1995, quedó abandonado. En 2006 Time Warner, demostrando su desinterés por el equipo, se lo vendió a Liberty Media, dueños de la F1, por 400 millones dólares. ** Lo único que queda de su legado** es el estadio en el que siguen jugando: Turner Field.

Pocos meses después, un accidente esquiando le destrozó un pie y sus dolores de espalda hicieron pensar que necesitaría cirugía. También su perro favorito, un labrador llamado Chief, enfermó. Sin embargo, lo más grave sucedió cuando a dos de sus nietos les diagnosticaron una enfermedad genética y una de ellas ** falleció.**

Sin trabajo, desprovisto de gran parte de su fortuna y propiedades, y afrontando una trágica pérdida familiar, no encontró tampoco consuelo en su esposa.

TOCANDO FONDO SIN JANE

En un primer momento se quiso hacer creer que la ruptura se debía a una diferencia de carácter religioso . Fonda se había hecho cristiana comunicándoselo a Turner cuando ya se había realizado el bautizo. Él se había enfadado porque creía que algo tan importante debía haberlo sabido antes. "Es un cambio que afecta a su vida", declaró.

Solo era una señal más de que la convivencia entre ambos estaba rota desde hace tiempo. Las infidelidades constantes de Turner eran uno de los motivos principales, como la escritora Patricia Bossworh se ocupó de revelar en _ Jane Fonda: The Private Life of a Public Woman _ en 2013. Unos años antes, la propia Fonda había narrado en su autobiografía My Life so Far un episodio que no dejaba en buen lugar a su ex marido.

"Él llevaba buscándome una sustituta durante el último año que estuvimos juntos. El día que nos separamos, tres días antes del comienzo del milenio, voló a Atlanta para dejarme. Mientras cogía en el aeropuerto un coche de alquieler para ir a casa de mi hija, mi sustituta estaba esperando en el hangar para subir a su avión. Mi asiento todavía estaba caliente".

"Lloré durante seis meses cuando me dejó", ha reconocido Turner sobre su divorcio de Jane Fonda. "Intenté que volviera conmigo, pero ya estábamos tan lejos el uno del otro que era imposible”, se ha lamentado.

Hombre de pocos amigos, su círculo íntimo aseguraba en 2001 que se había venido abajo, que incluso físicamente aquel tipo que se hacía pasar por una versión moderna de Rhett Butler había envejecido prematuramente. Auletta escribía que sus pocos amigos comentaban que "se le han caído los hombros, todo el cabello se le ha encanecido, cada vez oye peor, se queja de que le duele el pie y la espalda, y es más consciente que nunca de su edad. Su energía ha bajado tanto como su autoridad empresarial".

Ted Turner, por primera vez en su vida, había tocado fondo.

MISIÓN: SALVAR EL PLANETA

En un gesto suyo de 1996 encontraría el camino para la reinvención. Entonces donó mil millones dólares a las Naciones Unidas, un acontecimiento sin precedentes por la cantidad, el destinatario y el benefactor. Hasta entonces solo los paises podían hacer algo semejante. Aunque no todos lo recuerden hoy, ** fue un ejemplo para otros multimillonarios** como Bill Gates, Mark Zuckerberg o el español Amancio Ortega. Las donaciones privadas a entidades públicas no entraban dentro de lo previsto en un escenario solidario dominado por las funciones u organizaciones no gubernamentales.

Todo respondía a una filosofía vital inculcada por su padre. Como ha comentado en infinidad de ocasiones y escrito en su libro Call me Ted, él le dijo que se pusiera en su carrera metas muy altas, casi imposibles de alcanzarlas. Hablaba por experiencia, Turner padre cumplió las que se puso –tener una plantación, un yate y mucho dinero– y se pasó el resto de su vida sin ninguna meta, arrepintiéndose de no haber sido más ambicioso.

“Por eso yo he decidido que quiero salvar el planeta; si consigo un poco menos que eso será un éxito”, asegura hoy un renacido Turner, dedicado a tiempo completo a labores filantrópicas y a la protección del medio ambiente. Tratándose del hombre con más tierras de EE UU –posee alrededor de 2 millones de acres, 8 mil kilómetros cuadrados–, el creador de la serie de animación ecologista Capitán Planeta, alguien que hablaba del calentamiento global antes que Al Gore, su fracaso en 2001 puede haber significar una victoria global.

Conocido durante décadas como The mouth of the south, algo a medio camino entre la voz y el bocazas de los estados sureños, desde los sectores más conservadores le acusan de haberse convertido en un liberal progresista, que lo mismo defiende desde la sanidad universal –"somos el único país civilizado que no la ofrece"– a la limitación de hijos como en China o la desaparición de las armas nucleares.

Paradójicamente, uno de ellos, es su propio hijo, Teddy Turner, candidato republicano al Congreso por Carolina del Sur . "No puedes elegir a tus padres", bromeó el vástago, contrario al matrimonio homosexual, partidario de bajar los impuestos y poco dado a creer en el calentamiento global, en su primera aparición política.

"Hay que tener una actitud positiva incluso ante lo que te rompe el corazón", compartía este año , recuperando una enseñanza de su deporte favorito. "Si pierdes en el beisbol el viernes, tienes el sábado y el domingo para ganar, y si no el lunes y el martes..."

Ted Turner durante una reciente conferencia.

© Getty Images.

Embarcado en su defensa del medio ambiente y al frente de sus más de veinte ranchos a lo largo y ancho de EE UU, ha recuperado una especie en peligro de extinción como es el bisonte. Mientras a través de su web personal ofrece visitas guidas a quienes quieran ver a estos animales de cerca, su carne se sirve en la cadena de restaurantes que, como no podía ser de otra manera, lleva el nombre del propietario: Ted´s.

Tan identificado está para el ciudadano norteamericano Turner con el bisonte, que el actor Will Forte no dudó en aparecer subido a uno de pega en el programa de Conan O´Brien cuando imitó al magnate . "Se llama Teddy Junior y es mi mejor amigo desde el día que Jane Fonda lo dio a luz en un parto natural", aseguraba el falso Turner.

Hoy, cuando cumple 79 años, no puede ocultar que el tiempo y las pérdidas han hecho mella en él. “Estoy cansado, pero me estoy esforzando por no estarlo”, decía en una entrevista reciente. Puede que algo tenga que ver su estilo de vida. Al periodista Piers Morgan le aseguró que había encontrado la forma de llenar el vacío que dejó Jane Fonda. Ahora, como si le hubiera poseído el fantasma de Hugh Hefner, tenía cuatro novias . "¿Cómo lo logras?", le preguntaba. "Con mucha dificultad", respondió él.

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