El suicidio es un problema de salud pública mundial. Cada año, más de 700 000 personas pierden la vida como consecuencia del suicidio. La mayoría de estos fallecimientos (77%) se producen en países de ingreso bajo y mediano. Además, el suicidio tiene un efecto dominó que afecta a las sociedades, las comunidades, los amigos y las familias que han perdido a un ser querido por suicidio.
Hay indicios de que, por cada persona adulta que muere por suicidio, podría haber más de 20 que intentan suicidarse. Esta proporción difiere ampliamente según el país, la región, el sexo, la edad y el método.
Poder contar con apoyo emocional en el momento adecuado y restringir el acceso a medios de suicidio altamente letales para ganar tiempo mientras se lidia con sentimientos suicidas puede prevenir el suicidio. Existen intervenciones eficaces. El enfoque VIVIR LA VIDA, de la OMS, recomienda cuatro intervenciones clave que han demostrado ser eficaces:
Los pilares básicos de las intervenciones en materia de prevención del suicidio son el análisis de la situación, la colaboración multisectorial, la sensibilización, el desarrollo de las capacidades, el financiamiento, la vigilancia, y el monitoreo y la evaluación.
Hablar abiertamente sobre el suicidio puede servir para que la persona vea que hay otras opciones o para ganar tiempo y que se replantee su decisión, evitando así el suicidio.
Los estudios sugieren que las personas con sentimientos suicidas a menudo tienen sensaciones encontradas acerca de vivir o morir y buscan aliviar su dolor. Algunas pueden actuar de manera impulsiva y morir al cabo de unos días, a pesar de que les habría gustado seguir viviendo. El acceso a apoyo emocional en el momento adecuado puede prevenir el suicidio. Los estudios con personas que han llevado a cabo intentos de suicidio en los que han estado a punto de acabar con su vida indican que muchas de ellas se sienten contentas tiempo después de haber sobrevivido.
Muchas personas que tienen pensamientos suicidas no sufren problemas de salud mental, y muchas personas con problemas de salud mental no tienen deseos de morir. En situaciones de crisis relacionadas con el suicidio, se deben considerar muchos factores subyacentes y causas concomitantes, como el malestar psíquico grave, el dolor crónico, una experiencia de violencia y los determinantes sociales.
Los comportamientos suicidas no son fáciles de explicar. Nunca son el resultado de un solo factor o evento. Los factores que llevan a una persona a quitarse la vida son múltiples y complejos. Al tratar de comprender un comportamiento suicida hay que tener en cuenta la salud, la salud mental, los sucesos vitales estresantes y factores sociales y culturales.
¿Está experimentando alguno de los sentimientos siguientes?
Esto es lo que debe saber
¿Qué puede hacer?
Recuerde: No está solo. Si siente que no merece la pena vivir, busque ayuda.
Esto es lo que debe saber
Signos de alerta
Grupos de riesgo
¿Qué puede hacer?
Recuerde: Si conoce a alguien que pueda estar pensando en suicidarse, hable con esa persona al respecto. Escuche sin prejuicios y ofrezca su apoyo.