Suicidio

6 de septiembre de 2023 | Preguntas y respuestas

El suicidio es un problema de salud pública mundial. Cada año, más de 700 000 personas pierden la vida como consecuencia del suicidio. La mayoría de estos fallecimientos (77%) se producen en países de ingreso bajo y mediano. Además, el suicidio tiene un efecto dominó que afecta a las sociedades, las comunidades, los amigos y las familias que han perdido a un ser querido por suicidio.

Hay indicios de que, por cada persona adulta que muere por suicidio, podría haber más de 20 que intentan suicidarse. Esta proporción difiere ampliamente según el país, la región, el sexo, la edad y el método.

Poder contar con apoyo emocional en el momento adecuado y restringir el acceso a medios de suicidio altamente letales para ganar tiempo mientras se lidia con sentimientos suicidas puede prevenir el suicidio. Existen intervenciones eficaces. El enfoque VIVIR LA VIDA, de la OMS, recomienda cuatro intervenciones clave que han demostrado ser eficaces:

  • velar por que se limite el acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, restricciones a plaguicidas tóxicos y armas de fuego);
  • interactuar con los medios de comunicación para que informen de forma responsable sobre el suicidio;
  • desarrollar las aptitudes socioemocionales para la vida de los adolescentes, y
  • detectar, evaluar, gestionar y hacer seguimiento a tiempo de cualquier persona con conductas suicidas.

Los pilares básicos de las intervenciones en materia de prevención del suicidio son el análisis de la situación, la colaboración multisectorial, la sensibilización, el desarrollo de las capacidades, el financiamiento, la vigilancia, y el monitoreo y la evaluación.

Hablar abiertamente sobre el suicidio puede servir para que la persona vea que hay otras opciones o para ganar tiempo y que se replantee su decisión, evitando así el suicidio.

Los estudios sugieren que las personas con sentimientos suicidas a menudo tienen sensaciones encontradas acerca de vivir o morir y buscan aliviar su dolor. Algunas pueden actuar de manera impulsiva y morir al cabo de unos días, a pesar de que les habría gustado seguir viviendo. El acceso a apoyo emocional en el momento adecuado puede prevenir el suicidio. Los estudios con personas que han llevado a cabo intentos de suicidio en los que han estado a punto de acabar con su vida indican que muchas de ellas se sienten contentas tiempo después de haber sobrevivido.

Muchas personas que tienen pensamientos suicidas no sufren problemas de salud mental, y muchas personas con problemas de salud mental no tienen deseos de morir. En situaciones de crisis relacionadas con el suicidio, se deben considerar muchos factores subyacentes y causas concomitantes, como el malestar psíquico grave, el dolor crónico, una experiencia de violencia y los determinantes sociales.

Los comportamientos suicidas no son fáciles de explicar. Nunca son el resultado de un solo factor o evento. Los factores que llevan a una persona a quitarse la vida son múltiples y complejos. Al tratar de comprender un comportamiento suicida hay que tener en cuenta la salud, la salud mental, los sucesos vitales estresantes y factores sociales y culturales.

¿Está experimentando alguno de los sentimientos siguientes?

  • un dolor que parece abrumador o insoportable;
  • sentimientos de inutilidad o desesperanza;
  • soledad;
  • pensamientos negativos constantes;
  • dificultad para imaginar una manera de hacer frente a los problemas que no sea el suicidio;
  • la sensación de que a todo el mundo le iría mejor si usted no estuviera, o
  • dificultad para entender por qué piensa o se siente de esta manera. 

Esto es lo que debe saber

  • No está solo. Mucha gente ha pasado por esto y encontró ayuda.
  • Está bien hablar del suicidio. Hablar puede ayudar a aliviar algunos de los sentimientos que está experimentando.
  • Tener pensamientos suicidas o relacionados con conductas autolesivas es señal de malestar psíquico grave.
  • Pensar en el suicidio no es una debilidad, ni algo de lo que haya que sentirse culpable.
  • Puede mejorar.
  • Existe ayuda. 

¿Qué puede hacer?

  • Cuéntele a alguien de confianza cómo se siente.
  • Hable con un trabajador de la salud, como un médico o un profesional de la salud mental, o un consejero o un trabajador social.
  • Únase a un grupo de apoyo.
  • Si cree que existe el peligro de que, a muy corto plazo, pueda hacerse daño, póngase en contacto con los servicios de emergencia o con una línea de atención telefónica para situaciones de crisis.

Recuerde: No está solo. Si siente que no merece la pena vivir, busque ayuda.

Esto es lo que debe saber

  • Está bien hablar del suicidio.
  • Preguntarle a una persona si está pensando en suicidarse no la lleva a actuar siguiendo sus sentimientos. De hecho, a menudo reduce la ansiedad y la ayuda a sentirse comprendidas.

Signos de alerta

  • cambios drásticos de humor;
  • retraimiento social;
  • expresar pensamientos, sentimientos o planes para terminar con su vida;
  • decir cosas como «Nadie me echará de menos cuando me haya ido» o «No tengo razones para vivir»;
  • buscar formas de suicidarse;
  • despedirse de familiares y amigos cercanos, y
  • regalar posesiones valiosas.

Grupos de riesgo

  • las personas que ya han tratado de quitarse la vida en el pasado;
  • las personas con malestar psíquico grave o depresión;
  • alguien que está socialmente aislado;
  • alguien con problemas de alcohol o de drogas;
  • las personas que viven con dolor crónico o padecen una enfermedad crónica;
  • las personas que han sufrido violencia, abuso u otro trauma;
  • las personas pertenecientes a grupos sociales marginados o discriminados.

¿Qué puede hacer?

  • Encuentre un momento apropiado y un lugar tranquilo para hablar con la persona que le preocupa. Hágale saber que usted está allí para escucharla.
  • Anímela a buscar ayuda de un trabajador de la salud, como un médico o un profesional de la salud mental, o un consejero o un trabajador social. Y ofrézcase a acompañarla a una cita.
  • Si cree que alguien está en peligro a muy corto plazo, no lo deje solo. Póngase en contacto con los servicios de emergencia, una línea de atención telefónica para situaciones de crisis, un trabajador de la salud o un familiar.
  • Si la persona que le preocupa vive con usted, asegúrese de que no tenga acceso en el hogar a medios con los que pueda infligirse lesiones.
  • Compruebe periódicamente cómo se encuentra. 

Recuerde: Si conoce a alguien que pueda estar pensando en suicidarse, hable con esa persona al respecto. Escuche sin prejuicios y ofrezca su apoyo.