Por: Jhon Carlos Flores
Tras 6 años de juicio, finalmente se esclarecieron las circunstancias de la muerte de Rumaldo Totora Rivera, cuyo cuerpo fue encontrado flotando en un pozo del sector de Canahuayto del distrito de Zepita el 19 de febrero de 2018.
En consecuencia, el Juzgado Penal Colegiado de Puno condenó a 20 años de cárcel efectiva a Percy Chambilla Pereyra (27), su madre, Rosa Pereyra Cotacora (49), y su padre, Néstor Chambilla Quiñónez (56).
EL AMANTE
A sus 49 años de edad, el comerciante Rumaldo Totora Rivera parecía muy mayor para una aventura amorosa; sin embargo, para inicios del año 2018, su relación con Rosa Pereyra Cotacora era un secreto a voces entre los comuneros de Canahuayto.
Los rumores habían alcanzado a los hijos de ambos. Rumaldo tenía tres hijos, uno de 28, la siguiente de 24 y el último de 19, mientras que Rosa tenía un hijo de 27, dato no menor, ya que este último sería uno de los verdugos de su amante.
La más humillada era la comerciante Teresa Fernández Aguilar, esposa de Rumaldo, pues cuatro años antes del asesinato tuvo que enfrentarse a Rosa Pereyra por el enredo con su esposo.
Otro que estaba perfectamente enterado era el músico Néstor Chambilla Quiñonez, quien cargaba el peso de ser conocido como el cornudo de la comunidad.
EL CRIMEN
Así se cocinaba la tragedia y esta llegó un 15 de febrero de 2018. Percy Chambilla llegó al domicilio de sus padres cerca de las 3 de la tarde. Cuando estaba por entrar a la habitación donde estaba su madre, notó que hablaba con alguien y entró sin anunciarse. La madre se puso nerviosa, el hijo le quitó el celular y confirmó que hablaba con Rumaldo.
Habría sido suficiente para mantener cuidado pero, en horas de la noche, los amantes volvieron a comunicarse por teléfono y concertaron una cita en la casa de Rosa, creyendo que el esposo de Rosa seguía tocando música en un pueblo de la zona.
Mientras esto pasaba en la comunidad, en la ciudad de Zepita, Percy Chambilla le contaba todo a su padre y, este último, despechado, decidió acabar con la vida de su rival. Ambos abordaron una moto y se dirigieron a la comunidad.
La tragedia fue silenciosa. A las 11:30 de la noche, Néstor Chambilla y su hijo entraron sigilosamente a la casa y encontraron plácidamente acostados a los dos amantes.
Néstor actuó de forma sumaria. Le bastó coger un palo y dar un preciso golpe en la cabeza a Rumaldo, quien jamás logró enterarse de lo sucedido. A los pocos minutos, su cuerpo, aún con vida, fue sumergido en las frías aguas de un pozo cercano, donde permaneció hasta el 23 de febrero.
COARTADA
Los asesinos regresaron al pueblo en la moto. Rosa dijo que sí se había comunicado con su amante, pero que luego de algunas llamadas, no supo más de él.
A los efectivos policiales les bastó practicar la prueba de luminol en su habitación para encontrar restos de sangre y pelos de Rumaldo. Las evidencias hablaron muy claramente y los tres fueron condenados.
Si no están en la cárcel, es porque aún falta una instancia judicial. Así, una pasión desbocada destrozó dos familias y acabó con una vida.
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