Crítica de Star Wars: El Despertar de la Fuerza

J. J. Abrams da con la tecla y no decepciona en el regreso de Star Wars, que inaugura una nueva trilogía muy prometedora

IMPORTANTE: Esta crítica NO contiene SPOILERS

Ha llegado el acontecimiento cinematográfico del año. Aunque pueda parecer una afirmación exagerada, las expectativas y hype que han despertado una película como El Despertar de la Fuerza no se habían visto en ninguna otra en muchísimo tiempo. Los datos son abrumadores: 1356 pantallas de 407 cines en toda España acogerán el fenómeno. Casi 300.000 entradas vendidas en preventa antes del estreno dan como previsión que el film arrase con todo y se lleve por delante, cual huracán, las cifras de títulos como Ocho apellidos catalanes, Los Vengadores 2: La era de Ultrón, Inside Out, Jurassic World, Los Minions o Mad Max: Furia en la Carretera, por citar algunos ejemplos importantes en taquilla de este año.

La dimensión de todo este concepto no debe empañar que, ante todo, lo que estamos intentando analizar es al fin y al cabo una película. Una película que se centra claramente en la búsqueda del entretenimiento y no en la profundidad de una cinta de arte y ensayo. Teniendo esto presente, y con una saga que apenas necesita presentación, lo primero que se aprecia tras el visionado de El Despertar de la Fuerza es su fidelidad e intento por mantener la esencia pura que contenían las películas originales de George Lucas (las que cronológicamente hacen las veces de episodio IV, V y VI).

Viendo el aspecto visual que ha trabajado J. J. Abrams, es satisfactorio comprobar que quedan lejos los batiburrillos de efectos digitales, en ocasiones sin sentido, que Lucas se sacó de la manga en la segunda trilogía (la que comprende los episodios I al III).

El testigo de continuar una franquicia de tan amplio calado recayó en manos del citado J. J. Abrams (Super 8, Monstruoso) quien ya resucitó la saga de Star Trek y en quien Lucas confió como nuevo pupilo para la ocasión. Abrams, quien casi tenía la obligación de hacer una buena película para no defraudar, no ha fallado y ha demostrado solidez.

Hay muchísimas referencias contenidas en El Despertar de la Fuerza que buscan directamente el agrado de los fans pero es que además existe una muy correcta incorporación de los nuevos personajes. Entre los nuevos rostros destaca ampliamente la joven chatarrera Rey (Daisy Ridley), seguida del experto piloto Poe Dameron (Oscar Isaac) y el renegado Finn (John Boyega), quien no está mal aunque su personaje sea casi un mero receptor de los momentos humorísticos.

Porque El Despertar de la Fuerza mantiene algunas dosis de humor, ritmo de aventura y un montaje de secuencias bien construido en el que apenas hay descanso o momentos para evadirse de la pantalla. Al ser un primer episodio de una nueva trilogía la historia se centra mucho en la presentación de personajes, alguno sorprendente: atentos a ese hallazgo robótico llamado BB8, que hereda el halo de simpatía entrañable que tenía R2D2. Por supuesto, también tenemos los esperados regresos de los personajes míticos.

Muy bien incorporados están Han Solo (simplemente sigue siendo el mejor), Chewbacca o Leia. También aparecen C3PO y R2D2 aunque de modo más testimonial. Algo más se echa en falta a Luke, quien en este título ejerce de mero Mac Guffin y es a quien todos buscan. Luke es realmente la excusa que nos tiene atrapados durante toda la película. Muchas son las teorías sobre su desaparición pero ¿dónde diablos está?.

Abrams ha conseguido revitalizar el mito y arrancar una nueva e interesante historia de la saga y sacarse de la chistera a Kylo Ren (Adam Driver), un villano muy bien trabajado y dignísimo sucesor de Darth Vader, del que cabe esperar mucho más en siguientes entregas.

En cuanto a Maz Kanata (Lupita Nyong'o) o Snoke (Andy Serkis) tienen dispares destinos. Lupita pone su voz a una entrañable criatura y Serkis hace lo propio con una de las cosas menos acertadas de la cinta. Snoke o el Lord Supremo es todo un conjunto de CGI que no termina de resultar del todo tenebroso. Por su parte, Max von Sydow, efectúa casi un cameo. A propósito, ¡qué música la de John Williams! (solo él podría repetir sus toques clásicos en esta saga).

En líneas generales Abrams ha construido una buena película, digna continuadora de la saga original. ¿Se echa en falta algo de riesgo? Quizás sí. Pero las secuencias de acción van bien medidas y son eficaces. Si tenemos en cuenta que el guión, bien escrito a seis manos por el propio Abrams junto a Michael Arndt y Lawrence Kasdan, tiene un par de giros imprevisibles y sorprendentes, estamos ante el mejor episodio de todo Star Wars, tras los tres originales.

Podemos al fin borrar de golpe el mal sabor boca que propició en general la segunda trilogía de Star Wars (episodios I al III) y empezaremos a disfrutar de una nueva aventura que continuará en el capítulo VIII y donde esperamos, como mínimo, tener un entretenimiento parecido a éste, donde los personajes y los retos a los que se enfrenten, funcionen igual de bien.

Comentarios