Sin duda, Rusia no estaría donde está de no ser por Stanislav Cherchésov. En 2016, el actual seleccionador se hizo cargo de una selección que atravesaba uno de sus peores momento de su historia después de enlazar cuatro Eurocopas cayendo en la fase inicial.
Su meta era reflotar a al combinado ruso de cara al Mundial de 2018, que se celebraba en Rusia, y vaya si lo consiguió. Cherchésov endureció la selección y la clasificó entre las ocho mejores tras eliminar a España en cuartos. Sólo los penaltis frente a Croacia evitaron una proeza mayor.
Ahora, con el mismo bloque de futbolistas, la idea es tratar de repetir la gesta y superar ronda en un Grupo donde Bélgica es clara favorita.
Desde el Mundial, Cherchésov ha realizado variaciones tácticas, evolucionando el 5-4-1 de 2018 e introduciendo otros esquemas como el actual 4-2-3-1 o el 4-4-2.
Su equipo se encuentra cómodo jugando con diferentes planteamientos, como acreditan las ocho victorias en 10 partidos logradas en la fase clasificatoria. Únicamente perdió los dos duelos contra Bélgica, su primer rival en esta Eurocopa.
Aleksandr Golovin deberá asumir más protagonismo en una selección donde la referencia seguirá siendo el gigante Artem Dzyuba. Dennis Cheryshev aportará saliendo como revulsivo desde el banquillo.