Spike Lee: “Creo que las historias más auténticas las cuentan las personas a las que les atraviesan”

Ha dirigido innumerables películas, ha ganado dos Oscars y también es famoso por su firme compromiso social. Pero la verdadera pasión de Spike Lee es enseñar a hacer cine.
Spike Lee, director y mentor de jóvenes cineastas. Spike Lee lleva un modelo Oyster Perpetual Yacht Master de Rolex.Arnaud Montagard. Cortesía de Rolex

Que dirigir sea la vocación de Spike Lee se nota en la manera en que decide dónde hay que sentarse, ya sea para entrevistarlo o para fotografiarlo. El cineasta y productor estadounidense se encuentra en Los Ángeles en el momento de la entrevista para asistir a la gala del Academy Museum of Motion Pictures, que celebra el primer aniversario de la apertura de un museo que la capital del cine lleva esperando más de un siglo. Desde ahora, el impresionante edificio esférico diseñado por Renzo Piano es el primer destino para quienes llegan a la ciudad con la misión de preservar, celebrar y transmitir el conocimiento de la industria del cine. Y visitarlo permite descubrir la maravillosa historia del cine y de sus creadores. Precisamente a Spike Lee se dedicó la primera exposición de Stories of Cinema, que profundiza en el mundo tras sus películas y en aquello que las inspira. Desde Nola Darling, de 1986, hasta Infiltrado en el KKKlan, de 2018, que le valió un Oscar al mejor guion adaptado (ya había recibido uno honorífico en 2015).

El patrocinador y cofundador del museo es Rolex, que también ha contado con el director afroamericano en su Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos, recientemente concluida, y cuenta con seguir colaborando con él tanto en el ámbito cultural como en el educativo. No en vano, la célebre maison suiza también apoya la Film Foundation de Martin Scorsese, una organización sin ánimo de lucro que se dedica a restaurar películas y educar sobre la importancia del cine. Y Spike Lee ahora forma parte de ella porque "mi amigo Marty me lo pidió".

Lleva años enseñando en la Universidad de Nueva York, ¿qué ve de especial en las nuevas generaciones con respecto al cine?
Me gradué en esa universidad en 1982, llevo 20 años enseñando allí y soy el director artístico de su Programa de Postgrado de Cine. Ernest Dickerson estudió conmigo en aquella época [eran los dos únicos estudiantes afroamericanos y fue su director de fotografía] y trabajamos juntos en Haz lo que debas, Cuanto más, ¡mejor!, Fiebre salvaje y Malcolm X. Me gusta la enseñanza, puede que sea en parte porque en mi familia hay muchos educadores. Pero no podría responderle si estos jóvenes pueden cambiar el rostro del cine. La pregunta que hay que hacerse es: ¿qué es el nuevo cine?

También ha enseñado en la Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos, un programa recientemente finalizado en el que un maestro y su estudiante emprenden juntos un viaje que dura dos años. ¿Cómo fue la experiencia?
Hice lo que sé hacer, que es enseñar. Y especifiqué que quería trabajar con un joven cineasta nativo americano porque son la única gente realmente nativa de este país. Rolex me facilitó varios nombres y todos ellos eran buenos perfiles. Elegí a Kyle Bell, me gustó lo que hace y también él como persona. Creo que es necesario que los nativos estadounidenses cuenten su historia, que no es la que nos ha contado Hollywood desde los comienzos del cine, y más adelante en la televisión. He intentado ayudarle sin amedrentarle, algo que siempre procuro hacer. Se puede hacer una crítica válida sin destruir la seguridad de una persona. Hay que aprender a criticar de manera constructiva.

¿Y qué ha aprendido de su alumno?
Cuando empecé a dar clases enseguida me di cuenta de que si no aprendes de tus alumnos no estás haciendo bien tu trabajo. Tiene que funcionar en ambas direcciones.

En los últimos años hemos presenciado una mayor apertura hacia la diversidad. ¿Cree que estos cambios son significativos o suelen ser únicamente una muestra, un mero gesto simbólico?
¿Estamos hablando de la representación de Hollywood? Creo que las historias más auténticas las cuentan las personas a las que les atraviesan. Ciertamente, ahora hay más oportunidades para otras voces, aunque la suya siga siendo una participación baja en comparación con las cifras totales.

En este sentido, el archivo del museo de la Academia también trabaja por mejorar la inclusión para que las minorías estén representadas, e incluso se indiquen los términos o escenas ofensivas de las películas. ¿Qué opina de la cultura de la cancelación con ciertas películas antiguas?
No creo que deban cambiarse. De niño veía los dibujos animados de Bugs Bunny en los que hacían blackface [N. del T.: la práctica racista de maquillarse como si se fuese de raza negra sin serlo]. También en aquella película con Judy Garland y Mickey Rooney. ¿Por qué cambiarlos? Te cuentan lo que estaba sucediendo en aquel momento. También hubo un lío por Huckleberry Finn de Mark Twain, pero hay que conservarlas tal y como son.

¿No cree que a veces el compromiso político de Hollywood genera demasiadas divisiones?
No creo que sea responsabilidad del cine. La división está por todas partes en todo el mundo, así que lo que sucede es lo que se refleja en el arte, la música, las películas y los documentales. La gente escribe sobre los tiempos que está viviendo.

Y después todo se amplifica con las redes sociales.
Tienen un impacto en todo, no solo en el arte. Ahora todo el mundo tiene voz para expresar su opinión, ya sea buena, mala o indiferente.

El año pasado inauguró la primera sección de Stories of Cinema, en el marco del nuevo Museo de la Academia. Después publicó un libro que recogía lo que le ha inspirado. En él también menciona el neorrealismo italiano.
Aquellas películas... la dirección, la actuación, el realismo de la ciudad. No había estudios, únicamente estaba Roma. Los aliados estaban lanzaban bombas porque Italia formaba parte del Eje, junto a Alemania y Japón, y aquellos valerosos directores salieron con sus cámaras y contrataron a gente que nunca antes había actuado. Hicieron un gran, grandísimo cine. Ladrón de bicicletas y Roma, ciudad abierta están entre mis películas favoritas.

¿Es cierto que también conoció a Federico Fellini?
Sí que lo es. Estábamos de gira promocionando una de mis películas y le pregunté a mi publicista si sería posible reunirnos con él. Nos llamó y nos invitó a cenar de improviso. Aquello pasó tres años seguidos, cada vez que iba a Roma. Una vez fui con unos carteles gigantes que me firmó. Fue una gran inspiración, además de muy útil. Pero sucede mucho. Ahí aprendí que estos grandes directores y artistas a veces piensan que los han olvidado cuando ya están en la vejez, y siempre están dispuestos a conocerte. Cuando nos veíamos, intercambiábamos ideas y hablábamos de cine. Siempre quería saber en qué estaba trabajando.

Por cierto, está trabajando en un documental sobre Colin Kaepernick, el jugador de fútbol americano que en 2016 se arrodilló durante el himno para protestar contra la brutalidad policial hacia la comunidad negra.
Llevo un año trabajando en este proyecto. Espero que esté listo pronto, pero aún no tenemos fecha. Colin lleva seis años sin jugar. Ningún equipo le ha dado una oportunidad y es un buen jugador, pero esto no tiene nada que ver con el fútbol, sino con la manera en que ha elegido arrojar luz sobre la injusticia. Especialmente en el caso de las personas asesinadas por la policía.

¿Cuál es la mayor lección que ha aprendido sobre tener poder?
La de poder contar tu historia y no dejar que los demás definan quién eres.

Es una buena lección. Usted tiene su propia productora independiente, ¿qué le impide dirigir un gran estudio de Hollywood a una persona negra? 
¡Habrá que preguntarles! Pero puedo asegurar que seríamos capaces. Somos capaces de hacerlo.

Como mujer entiendo lo que dice.
Bueno, pero Sherry Lansing fue directora general de Paramount y Donna Langley es presidenta de Universal. Las mujeres sí han estado allí, pero nunca una persona negra.

Ya llegará. ¿Se esperaba tener un presidente afroamericano en 2008?
No, y no creo que fuese el único. No creí que fuera a ocurrir mientras estuviese vivo. Pero el resultado de haber tenido un presidente negro es que luego llegó Trump. Esa es la reacción.

Obama suele recordar algo que le decía su madre: “hay que ser excelente en todo lo que uno hace”.
Diez veces mejor. Los padres negros llevan décadas diciéndoles a sus hijos que tienen que trabajar el doble para llegar a conseguir la mitad que sus homólogos blancos. Ahora les dicen a que cuando los policías de tránsito les paran deben poner las manos en el volante y escuchar. Temen no volver a casa esa noche. Ese es uno de los motivos por los que Colin Kaepernick se arrodilló.

Mi escena favorita suya es aquel monólogo de Edward Norton, la famosa escena frente al espejo en el que pone “fuck you” ("Que te jodan"), en La última noche. Hace veinte años, justo después del 11-S, aquello fue un "a la mierda" dirigido al mundo. ¿Ha llegado el momento de rodar otro?
[Ríe] ¡También es una de mis escenas favoritas!

ROLEX Y EL CINE
El compromiso de Rolex con el cine nace de su misión de preservar y celebrar la excelencia en el trabajo y la transmisión del conocimiento cinematográfico. Rolex colabora con la Academia y patrocina los Oscar desde 2016, y más adelante se convirtió en patrocinador y uno de los fundadores del Museo de la Academia de las Artes Cinematográficas. La marca suiza de relojes también apoya a The Film Foundation de Martin Scorsese, cuya misión es preservar y restaurar copias de muchas películas, además de organizar programas de tutoría a través de la Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos, en la cual han participado el propio Scorsese y Spike Lee, entre otros.

Artículo original publicado por Vanity Fair Italia y traducido y adaptado por Darío Gael Blanco. Accede al original aquí.

Esto también te interesa: