Channel 4 presentó hace poco más de un mes un nuevo drama en su parrilla, a modo de miniserie, compuesta por cuatro capítulos, y en Los Lunes Seriéfilos os contamos que tras ver el piloto, creíamos que se merecía un voto de confianza por varios factores. ¿Quieres saber si ha merecido la pena? Entra y descúbrelo…
Uno de los inconvenientes de visionar tan sólo el piloto de alguna serie, es que casi con total seguridad nos vamos a perder detalles que el creador nos tiene guardados y que facilitan la comprensión del mensaje final que nos quiere transmitir con su historia. Este detalle es mucho más importante si estamos hablando de una miniserie como es el caso de Southcliffe. Por ello, cuando comentamos el piloto, hablábamos de que se merecía un voto de confianza, por factores varios, como la cadena (Channel 4) que la emite, los actores (algunos de ellos de sobra conocidos por todo buen seriéfilo) y la propia historia, que nos dejaba interrogantes de sobra como para querer saber más de los sucesos con que arranca Southcliffe y unos personajes bien construidos.
Y es precisamente por los personajes por donde hay que empezar a entender Southcliffe, ya que son gracias a ellos sobre los que se construye la narración, y no al revés.
Por un lado, Stephen Morton, un ex militar al que nadie toma en serio en esta pequeña comunidad, hasta que se topa con Chris, con el que entabla una extraña relación en la que comparten su añoranza por el mundo militar, y que lleva a Stephen a «jugar» hasta tal punto con su nuevo amigo que provoca que éste se vengue con una humillación que será el desencadenante de la historia, una matanza por toda la población de Southcliffe. Poco más vemos o sabemos de Stephen en los restantes capítulos, salvo la introducción del segundo (impactante).
Precisamente es Chris el que comparte protagonismo en este inicio de capítulo, y el que sirve de nexo de unión con el resto de personajes importantes de la trama. Pero sobretodo, gracias a él, tenemos el primer detalle de la principal idea que nos quiere transmitir Sean Durkin, el director, es cómo se enfrenta cada uno de los protagonistas a la ausencia, en unos casos de los seres queridos, y en otros, de esas partes de nuestra vida sin las que no estamos completos; en el caso de Chris, su vida en el ejército.
Ya en el tercer capítulo (para mi el mejor, con sus 5 minutos finales), conocemos más de la vida de Paul, (Anatol Yusef), que pierde a su mujer en la matanza, y que afronta de manera muy peculiar su muerte, (especial mención a la boda-funeral y a la escena de la vía del tren). Es en este personaje donde creo que mejor se ejemplifica esa idea de «enfrentarse a la ausencia», pasando por todos los estados posibles.
Además, en este capítulo terminamos de conocer a David, el periodista y su pasado, él se enfrenta a la ausencia de su padre en el pasado, y a la suya propia del pueblo del que es nativo, enfrentándose a viejos fantasmas. El círculo comienza a cerrarse cuando conocemos la amistad que ya existía entre él y Stephen de pequeños.
Finalmente, tenemos a Andrew y Claire, los padres de Anna, víctima también de Stephen, quienes tratan de superar su pérdida de maneras muy diferentes; uno, a través de la racionalización de los hechos, y Claire (que cuidaba de la madre de Stephen), buscando respuestas donde nolas hay (impactante escena la del piercing).
En definitiva, Southcliffe aporta mucho más de lo que en un principio aparenta, sí que merece esa segunda oportunidad que pedía a gritos el piloto, y consigue el aprobado, si bien es cierto que el propio ritmo de la narración no te mantiene sin respiración (puede generar algún bostezo por momentos).
Pero sin duda, lo que sí consigue es dejarnos un relato (breve), que se sale de lo convencional, y a eso, los británicos de Channel 4 nos tienen bien acostumbrados.
