‘Sin novedad en el frente’: los jóvenes en la I Guerra Mundial

‘Sin novedad en el frente’: la historia de miles de jóvenes durante la Primera Guerra Mundial

La nueva adaptación de la novela de Erich Maria Remarque es la candidata a los Óscar en representación de Alemania 

Fotograma de 'Sin novedad en el frente'

“No es así como me lo imaginaba”, dice asustado uno de los cuatro jóvenes amigos en su primer día en las trincheras. La nueva adaptación de la novela Sin novedad en el frente, disponible en Netflix bajo el mismo título, cuenta la historia de un joven soldado alemán que, animado por sus amigos y el propio Ejército, decide presentarse como voluntario para combatir en el frente de la que después se conocería como Gran Guerra o Primera Guerra Mundial. 

La película de Edward Berger, candidata a los premios Óscar en representación de Alemania, muestra la vida en el frente, donde más de tres millones de soldados perdieron la vida luchando en una guerra que se saldó con al menos 17 millones de víctimas, como recoge la propia cinta y algunos informes como el de REPERES, financiado con el apoyo de la Comisión Europea. 

El autor de la novela original publicada en 1929, Erich Maria Remarque, se basó en su propia vivencia cuando, en 1916 y con tan solo 18 años, fue reclutado por el ejército. En este Fact Fiction te contamos cómo fue la vida de los soldados y cómo se consiguió firmar la paz. 

“La juventud de hierro”, adolescentes en el frente de la guerra

La Primera Guerra Mundial dividió el mundo en dos grandes bandos entre 1914 y 1918. La película de Berger pone el foco en el frente occidental, en el norte de Francia, donde soldados alemanes y franceses combatieron frente a frente sin conseguir ninguno de los dos avanzar de manera notable. 

En el conflicto participaron millones de soldados, entre los que se encontraban jóvenes de entre 17 y 19 años, como el grupo de amigos que aparece en la película. La cinta arranca con el joven Paul Bäumer (interpretado por Felix Kammerer) que, falsificando la autorización paterna, acude con sus amigos a alistarse para servir al ejército alemán. 

Entre risas y cánticos, los jóvenes aplauden y vitorean a un general que les anima a luchar “por el Kaiser, por Dios y por la patria”, bajo el nombre de “la juventud de hierro alemana”. Mientras, otros militares miran cabizbajos hacia el suelo, conociendo el destino de la mayoría de esos jóvenes. 

Como señala Pablo Pérez, catedrático de Historia Contemporánea, en su ensayo Una generación destruida por la guerra: Sin novedad en el frente, los jóvenes fueron inculcados con una educación patriótica, “llegan al frente pensando en la guerra como algo heroico para encontrarse con la terrible realidad”. 

Como muestra la película y contó el autor de la obra, miles de adolescentes dejaron sus escuelas para luchar por su país. “Aprendimos la instrucción militar en diez semanas y en tan poco tiempo, nos transformamos más radicalmente que en diez años de colegio”, retrató Remarque.

‘Sin novedad en el frente’ refleja el armisticio que puso fin a la guerra

La película muestra uno de los momentos más importantes para el fin de la contienda: el Armisticio de Compiègne de 1918. Como explica a Newtral.es Emilio Sáenz-Francés, profesor de Historia de la Universidad Pontificia Comillas, el armisticio no era un tratado de paz (que llegaría un año después con los Tratados de Versalles), sino un documento que suponía el fin de las hostilidades a petición de Alemania

Pese a las críticas de algunos generales –como muestra la cinta–, la delegación alemana, encabezada por el político Matthias Erzberger (interpretado por Daniel Brühl), se reunió en el vagón de un tren con la francesa para negociar las condiciones del armisticio, pero Francia ya había decidido. 

En Sin novedad en el frente, los representantes franceses dan 72 horas para que los germanos acepten sus condiciones, un límite que se marcó también en la realidad, como se puede comprobar en la portada del periódico L’Echo de Paris del 9 de noviembre de 1918. Los diarios españoles también se hicieron eco de la noticia, como La correspondencia de España

Con la firma del armisticio, se dejaron las armas a partir de las 11:00 de la mañana del 11 de noviembre, pero, tal y como muestra la película, los ataques se lanzaron hasta los últimos minutos de su entrada en vigor. Augustin Trébuchon fue uno de los soldados franceses que perdió la vida diez minutos antes del fin oficial de la guerra.

Unas condiciones que favorecieron el ascenso del nacionalsocialismo 

A lo largo de la película, aparece un general que aboga por la guerra como la única solución. “Los socialdemócratas dejan tirado e indefenso a nuestro amado pueblo”, denuncia este tras la firma del armisticio. 

“Alemania intentó una última ofensiva: consiguió echar a los rusos y centrar todo su poder en el frente occidental, aun sabiendo de la llegada de los americanos: era su último cartucho para vencer”, apunta Sáenz-Francés. Sin embargo, ese ataque fue detenido. Como señala el profesor de Comillas, el armisticio “es la constatación de que la guerra ha terminado y de que Alemania es la derrotada”. 

Para algunos alemanes, entre ellos los futuros nacionalsocialistas de Adolf Hitler, este acuerdo fue “una puñalada por la espalda”, ya que consideraron que los políticos de Alemania habían forzado un armisticio sin haber sido derrotados ya que la batalla no se libraba en territorio alemán, pero, como aclara Sáenz-Francés, “no correspondía a la realidad”, Alemania había sido derrotada.  

De hecho, en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, Francia firma de nuevo un armisticio con Alemania pero, en esta ocasión a petición de los franceses. “Hitler quiso firmar el armisticio de 1940 en el mismo vagón en el que se firmó el de 1918”, explica el historiador. 

Sin novedad en el frente’, una vida marcada por la guerra plasmada en el papel y en la pantalla

La nueva versión de Sin novedad en el frente es la tercera adaptación al cine de la obra del escritor alemán Erich Paul Remark (1898-1970), cuyo seudónimo fue Erich Maria Remarque. Basándose en sus propias experiencias, Remark publicó la obra en 1929, 13 años después de ser llamado a filas con tan solo 18 años, como señala el catedrático de Historia Contemporánea en su ensayo. 

En 1930 salió la primera adaptación cinematográfica bajo la dirección de Lewis Milestone. La cinta se hizo entonces con dos premios Óscar (mejor película y mejor dirección), pero fue censurada en Alemania por la presión de la Sección de Asalto (SA), al mando de Joseph Goebbels, como cuenta Pérez.

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