Shaedon Sharpe, un diamante en bruto para Portland

"Voy a ser uno de los m�s grandes de la historia". As� se vend�a de cara al pasado Draft. Para conseguir que te quieran los dem�s, primero debes quererte t� mismo. Esa parece ser la frase que resume la filosof�a vital de Shaedon Sharpe. Considerado el mejor proyecto para el Draft 2023, pero reclasificado para el 2022, se trata de un jugador dif�cil de definir y delimitar por la exigencia del baloncesto del cual ha formado parte hasta ahora, y su caso es todav�a m�s particular por el historial que arrastra desde su etapa universitaria. A pesar de esos interrogantes, Sharpe, escolta-alero de 198 cm de estatura y 19 a�os, se mantiene como un talento descomunal.

Era especialmente arriesgado para cualquier equipo escoger a un jugador sin tener una idea aproximada de qu� pod�a ofrecer en un rol marcado, sin haber podido verlo en un escenario exigente. Sin embargo, los Portland Trail Blazers, con el s�ptimo pick, se lanzaron a la piscina...y parecen haber hallado agua dentro. El de Ontario, teniendo en cuenta lo exhibido a estas alturas de temporada, podemos reconocerle dos virtudes nucleares: su capacidad para generarse y anotar tiros complejos y unas sobresalientes condiciones f�sicas que, precisamente, dan sentido y cohesi�n a la primera.

El rol en Portland

Shaedon Sharpe es un jugador dependiente del bal�n para producir. Y a partir de su llegada a la NBA se ha visto obligado a convivir con un volumen de acciones sumamente bajo. Es lo que conlleva compartir equipo (y posici�n) con dos de los mayores talentos ofensivos de la liga: Damian Lillard y Anfernee Simons. Tras 59 partidos, Shaedon est� registrando un USG% de 16,1. Recordemos que, esta m�trica, hace referencia al volumen de uso de un jugador dentro de las jugadas ofensivas del equipo. Esto se calcula a partir de las jugadas que terminan con tiro, p�rdida o falta a favor.

En esta faceta, al joven 'guard' de Portland lo ubicamos en la decimotercera posici�n entre los rookies que juegan, como m�nimo, diez minutos por juego. En 20' por partido, Sharpe est� promediando: 7,9 puntos, 2,5 rebotes, 0,7 asistencias, 47,1% en TC, 34,7% en T3, 66,7% en TL.

La rotaci�n de Chauncey Billups ha sufrido alteraciones en el �ltimo mes. La lesi�n de Anfernee y las llegadas de Cam Reddish y Mattisse Thybulle, principales factores de esas variaciones. Y, aunque en un principio se pod�a llegar a pensar que la lesi�n del jugador de Florida provocar�a el ascenso al quinteto titular de Shaedon, lo cierto es que sigue con el mismo rol.

Paciencia, el talento est� ah�

Los peque�os detalles, a veces, significan m�s que las acciones grandilocuentes. La verdadera esencia de Sharpe est� en esas cosas imperceptibles que va construyendo partido a partido. La NBA te da poco margen para el error. Por ello, y teniendo en cuenta el hecho que no compiti� en NCAA, hacerse una idea de su encaje en un engranaje colectivo desde un rol concreto y una producci�n eficiente desde un primer momento, era inviable. Por ello, el foco adecuado que debe establecerse sobre Sharpe es el que se centra en sus capacidades y la relaci�n entre las condiciones f�sicas y sus h�bitos con bal�n.

Shaedon es el atleta m�s explosivo de su generaci�n. Y uno de los exteriores mejor dotados f�sicamente de los �ltimos a�os. L�gicamente esto desemboca en una cantidad enorme de jugadas destacadas y v�deos que se viralizan con el paso de los partidos. Estas cualidades tienen tambi�n gran incidencia en el despliegue funcional de su juego. Con un tronco inferior privilegiado que le permite ganar espacios horizontales con relativa facilidad, ha respondido bien a la brecha f�sica que hay entre el instituto y la NBA, y es capaz de repetir esfuerzos sin complicaci�n. Esta mezcla de agilidad gestual, verticalidad y consistencia en las piernas lo convierten en un jugador con las cualidades corporales ideales para ser un anotador a tres niveles.

Otro factor a comentar es su mentalidad. Lo �nico que tiene en mente es el resultado final, el objetivo a largo plazo. "Estoy deseando jugar y competir al m�s alto nivel. Uno de mis objetivos de cara a esta temporada ser� ganar el Rookie del A�o, luego llegar a ser All-Star, y m�s adelante ganarme un puesto en el Sal�n de la Fama", dec�a Sharpe. El jugador posee ese af�n de mejorar y ser el mejor. Algo que ha heredado de Lillard. Ambos tienen esa mentalidad "asesina".

Y es que, desde que Shaedon desvel� que no iba a participar en el concurso de mates para centrarse en la segunda parte de la temporada con Portand, el canadiense encaden� cinco partidos en los que promedi� 13,8 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias con unos fant�sticos porcentajes: 61,8% en TC y 56,3% en T3. Una peque�a muestra de todo lo que puede ofrecer.

Capacidad para el mate y el tap�n

En dos palabras, Sharpe flota. Un fen�meno especial e inconfundible. El t�rmino coloquial para esto es hang-time, y es su caracter�stica definitoria como matador. Lo que diferencia un extraordinario finalizador de un buen finalizador es la habilidad para ajustar su cuerpo en el aire, y Sharpe ciertamente marca esa casilla. Sus mates se caracterizan por el absoluto desaf�o a la gravedad y la abrumadora naturalidad con la que se emplea. Los narradores se maravillan con �l, el banquillo 'blazer' se deleita con �l. Es como un truco de magia; penetra en la mente del que lo contempla.

Las caracter�sticas que hacen que el nativo de London (Canad�) sea tan espectacular y efectivo como matador, tambi�n se prestan a otras facetas de su juego. El mismo sentido natural de la sincronizaci�n que usa para prepararse para los alley-oop, lo convierte en un m�s que interesante taponador.

Debilidades: toma de decisiones, manejo de bal�n e inconsistencia defensiva

La penetraci�n ha sido siempre un elemento esencial de su juego. Sin embargo, el joven jugador de Portland solamente realiza 1,8 penetraciones por partido. Hasta diez jugadores de su equipo sacan m�s r�dito de ese tipo de acciones. Pero lo peor llega en la toma de decisiones cuando las efect�a. Un jugador que, en la mayor�a de ocasiones, �nicamente ve la entrada a canasta como recurso para finalizar esas maniobras. Necesita adquirir esa capacidad de interpretar y dar el ritmo exacto a la jugada. Esa habilidad de escrutar el campo y encontrar la mejor soluci�n. Algo que, con el tiempo, acabar� adquiriendo.

Otro aspecto que Sharpe debe ir puliendo es su manejo de bal�n. No posee la mejor t�cnica. No tiene un bote de bal�n excelente. En muchas ocasiones se le nota una falta de fluidez que, a veces, acaba perjudic�ndole (p�rdidas de bal�n). A campo abierto es un avi�n, pero en est�tico, se le nota una falta de pulcritud en el manejo y bote. Otro aspecto que, como el anterior, ir� perfeccionando con el paso de los partidos.

Y, por �ltimo, hay que mencionar su inconsistencia defensiva. Es cierto que, en los �ltimos partidos, Sharpe ha mejorado en esa faceta. Pese a contar con unas cualidades f�sicas id�neas para la NBA (manos r�pidas, intuici�n y unas dimensiones para hacerse cargo de cualquier exterior) es un jugador que ha cometido errores de bulto en defensa. La irregularidad es su se�a de identidad. Shaedon necesitar� de orden y rigor para seguir evolucionando en este �mbito. El potencial lo tiene. Tiene margen suficiente para trabajarlo.

Exigencia inmediata en los Blazers

El proyecto de Portland as� lo demanda. Shaedon necesita de minutos y repeticiones. A diferencia de Banchero o Jabari Smith, Sharpe no tiene un equipo que le de la pelota e infinidad de minutos sin exigirle resultados inmediatos. Lo que s� tiene es otro generador primario al lado. Uno de los mejores de la liga, de hecho. Lo que provoca que su producci�n estad�stica no sea tan grande como la de otros rookies.

Pesa sobre el joven talento de los Blazers una doble apreciaci�n que tiene mucho de paradoja. De un lado, se celebra su baloncesto suicida y, de otro, se condena por imprudente. De moderar Shaedon sus potencias (lo que siempre es pasto del tiempo), perder�a exactamente aquello que le hace diferencial. Que un talento joven equivale a sus instintos y su negaci�n al desarraigo. Sharpe pertenece a la valiosa estirpe de jugadores que saltan a pista desnudos a batirse a la intemperie, a salvo de estimar el uniforme como un disfraz y no un trabajo.