Setúbal

Castillo de San Felipe

El Castillo de San Felipe es una fortaleza construida a finales del siglo XVI por Felipe II de España, que encargó su diseño al ingeniero italiano Filippo Terzi. Sin embargo, las obras de construcción fueron realizadas posteriormente por el arquitecto Leonardo Torriana. Hoy en día, todavía es posible admirar este complejo, que tiene forma de estrella y cuenta con una doble muralla defensiva. La fortaleza sirvió de defensa contra los ataques de los invasores ingleses y los piratas, y durante los años de dominio portugués se reforzaron las murallas y se construyó un túnel de piedra subterráneo para posibles huidas.

En el interior, la fortaleza ha conseguido conservar algunos edificios de su glorioso pasado, como la antigua residencia del gobernador y una pequeña capilla. La capilla aún conserva las decoraciones de azulejos del siglo XVIII que representan escenas de la vida de San Felipe. Desde el castillo también se puede disfrutar de una hermosa vista no sólo de Setúbal, sino también de la lejana península de Tróia. En el interior de la fortaleza hay actualmente una posada de lujo (pousada) con un restaurante donde se puede pernoctar.

Catedral de Setúbal

La catedral de la ciudad, también conocida como Iglesia de Santa María de las Gracias, está situada en el corazón de la villa medieval de Setúbal. Sus orígenes parecen remontarse al siglo XIII y fue en torno a la iglesia donde se desarrolló la ciudad. Sin embargo, el edificio que podemos admirar ahora es una reconstrucción del periodo renacentista entre 1565 y 1570. En el exterior puedes admirar una fachada manierista, mientras que en el interior hay azulejos blancos y azules realizados en el siglo XIX que representan escenas de la vida de la Virgen.

Museo Etnográfico y Arqueológico

El Museo Etnográfico y Arqueológico de Setúbal es un lugar de gran interés con dos secciones diferentes: arqueología y etnografía.

La sección arqueológica incluye materiales encontrados en la zona que van desde el Paleolítico hasta la época de los antiguos romanos. En particular, se pueden admirar monedas, ánforas y otros numerosos objetos de la época romana. En elárea etnográfica, en cambio, el yacimiento presenta materiales relacionados con la pesca, la producción de sal, la agricultura y la artesanía local.

Palácio da Bacalhôa

Los jardines de la Quinta da Bacalhôa son un bello ejemplo de jardín renacentista italiano en Portugal. Los jardines fueron construidos en el siglo XVI por Bràs de Albuquerque, un gran navegante que, tras visitar Italia, se enamoró de las villas renacentistas y los hermosos jardines de la península italiana. Así que Bràs quiso replicar el mismo estilo en Portugal y encargó la construcción de una villa y un jardín en una península al sur de Lisboa.

Inspirados en los jardines italianos, los de la Quinta da Bacalhôa son una verdadera obra maestra con plantas verdes, fuentes y estatuas. Desde mediados del siglo XX, la propiedad alberga también una productiva bodega, por lo que es posible no sólo hacer un recorrido de descubrimiento de los jardines y la villa, sino también de la finca vinícola. Aquí, además de descubrir el museo, podrás disfrutar de catas de vinos locales.

Parque Natural da Arrábida

El Parque Natural de la Arrábida es un oasis verde donde puedes pasar días de relax en la naturaleza. El verde intenso del parque se combina aquí con el azul del océano Atlántico para crear paisajes maravillosamente coloreados. El parque se puede descubrir a pie o en bicicleta y se caracteriza por bosques de corcho, pinos y eucaliptos y praderas cubiertas de arbustos aromáticos.

Las zonas verdes se combinan con acantilados escarpados donde se encuentran cuevas y calas. Tampoco faltan playas (como la Praia de Albarquel) que son ideales no sólo para los que toman el sol y se relajan, sino también para los buceadores, los que practican snorkel y los aficionados a los deportes acuáticos.

Igreja do Convento de Jesus

Esta iglesia fue erigida a finales del siglo XV en estilo gótico manuelino, la variante portuguesa del gótico tardío que se popularizó en el siglo XVI durante el reinado de Manuel I. Diseñada por el arquitecto Diogo Boitac en 1494, una visita a la iglesia revela la tendencia a utilizar motivos marítimos en la arquitectura, como las columnas entrelazadas que se asemejan a las cuerdas retorcidas de los barcos. Junto a la iglesia hay un convento que se ha convertido en un museo donde puedes admirar la colección de pinturas portuguesas y flamencas de los siglos XV y XVI.