Quedamos en París una tarde de primavera. Tommy Hilfiger Eyewear ha organizado un evento internacional con motivo del lanzamiento de su nueva colección Polo Piquet en el Palais de Tokyo. La nave está llena de luces de neón, pantallas retro, barras de cócteles y hologramas. El anfitrión –y modelo de portada– es Sergio Ramos (Camas, Sevilla, 1986). Llega sonriente y puntual. Le damos unos claveles que recoge con gracia y se coloca las gafas, listo para capear el flash.

Es su segundo año como embajador de Hilfiger y la relación pinta duradera. Nada más empezar la charla confirma nuestras sospechas: “La verdad es que vuelvo a ser embajador de Tommy porque estoy contento. Somos muy buenos partners”. Futbolista y marca se entienden, fluyen, seguramente debido a una cuestión de principios. Tommy Hilfiger es sinónimo de herencia, de liderazgo. Una compañía con una trayectoria cargada de valores, capaz de unir diferentes generaciones a golpe de esfuerzo y compromiso. Lo mismo que el eterno 4.

En 2010 levantó la Copa del Mundo en Sudáfrica, el equipo de “aquellos locos bajitos” que cambiaría las reglas del juego para hacer historia, regalándole a España la gloria de toda una vida. Hombre relevo, del Madrid de los galácticos a capitán de los cristianos. Héroe de la Décima y otras tres Champions consecutivas. El chico de oro. Caballo ganador, un pura sangre que aunque lo haya ganado todo no termina de quedarse satisfecho: “Creo que nunca me he tomado el tiempo necesario para saborear las victorias. Después de cada temporada intento resetear, ‘olvidar’ en cierto sentido, y empezar de cero. El día que me pare quizás lo disfrutaré de golpe, pero mientras tanto pienso seguir luchando, aprendiendo y ganando. La ambición y la ilusión de continuar añadiendo títulos a mi palmarés son lo que me pone en marcha cada mañana”, cuenta convencido.

entrevista y fotos sergio ramos
Sergio Ramos, con total look de Tommy Hilfiger y gafas de Tommy Hilfiger Eyewear.
Luis de las Alas
"Cuando volvía a Sevilla con mis pantalones pesqueros me decían si se me habían quedado chicos"

El deporte le ha dado tantas alegrías que las penas se difuminan. Preguntarle por el futuro a medio plazo conlleva una respuesta un poco incierta, aunque el lugar está claro: siempre alrededor del fútbol. Este apasionante mundo también le brindó su peculiar forma de asomarse al estilo: “La moda es la manera de decir ‘aquí estoy’, de expresar tu personalidad y de reflejar cómo te sientes”. Quizás por ello suele apostar por ropa de sport, “pero cuando la ocasión invita a llevar un buen traje, me lo pongo encantado”, matiza. Confiesa que ha pasado muchísimo tiempo viajando, y que ciertos sitios como Los Ángeles, Londres o Italia influyen bastante en su armario. “Recuerdo que al principio, cuando empecé a ser conocido, volvía a Sevilla con mis pantalones pesqueros y me preguntaban si se me habían quedado chicos”, relata riendo. “Luego, un par de años más tarde, los llevaban igual de pesqueros que yo, ¡eh! Sin embargo, eso ocurría antes. Ahora, gracias a las nuevas tecnologías y a las redes sociales, la información se ha globalizado y cualquiera tiene acceso a las tendencias del momento”, comenta. A pesar de tener un estilo propio y estar bastante vinculado al universo fashion, Ramos prioriza en “que la gente vista como le dé la gana. Lo importante no es tanto ser atrevido sino saber llevarte las prendas o los complementos a tu terreno. Darles tu toque, tu flow”, opina.

Para flow, el del arsenal de anillos que maneja entre los dedos.“¿Te gustan? Soy bastante fanático”, admite, tanto que los incluye en su lista de esenciales diarios: “Anillos, algunos relojes, zapatillas, mi cámara hiperbárica [imprescindible para las recuperaciones y el descanso] y, por supuesto, mi familia. Sin estos básicos no me voy a ningún lado”. Okey. Lo pillamos.

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Sergio Ramos, fotografiado en exclusiva para Esquire en el Palais de Tokyo en París, con total look de Tommy Hilfiger y gafas de Tommy Hilfiger Eyewear.
Luis de las Alas

MADRID, SIEMPRE MADRID

Hay personas que están asociadas a lugares de una forma tan magnética que así pasen los años siempre sale en un tema de conversación. Y no podíamos dejar de preguntarle, con motivo de este número especial de Esquire dedicado a Madrid, algunas cosas sobre la ciudad en la que vivió –y fue rey– durante 16 años y a la que llegó con apenas 19 años, tras fichar por el Real Madrid procedente del Sevilla. “Cuando llegas siendo tan joven todo te pasa muy deprisa. Te tienes que instalar y adaptar a una ciudad nueva mientras entrenas, compites y te adaptas a un nuevo club y un nuevo vestuario. En mi caso, todo fue muy fácil, gracias sobre todo a mi familia, que me acompañó y me ayudó en todo desde el principio”, cuenta. Eso sí, reconoce que aunque había visitado la ciudad previamente en alguna convocatoria con las categorías inferiores de la selección española, “vi muy poco, porque nos quedábamos en un hotel al lado del aeropuerto de Barajas”. No fue hasta su fichaje por el Real Madrid cuando empezó a conocer la ciudad: “Recuerdo que me impresionó el Paseo de la Castellana”.

Dicen los que la visitan o se instalan en Madrid que desde el primer minuto uno se siente en casa. Sergio Ramos corrobora esa teoría: “Cuando llegué ya era una gran ciudad y ahora es mucho más, incluso. Lo que no ha cambiado es el ambiente, esa ciudad tan abierta y especial. Y eso se vive y se respira en todas partes. Soy un gran enamorado de Madrid”. Venga, Sergio, que te vemos lanzado: tres palabras que definan Madrid: “Abierta, integradora y cultural”.

"Madrid es una ciudad muy abierta y especial. Soy un gran enamorado de Madrid"

Sabe de lo que habla el sevillano, porque si algo ha movido su vida en los últimos años, además del fútbol, es su amor por el arte. Es un gran coleccionista y tiene obras de artistas de primer nivel, y otros más desconocidos, que hacen de su casa en Madrid un auténtico museo privado. Para saciar su ‘apetito’ artístico, la verdad es que no ha podido dar con dos lugares mejores para ello: Madrid y París. “Las dos se parecen en esa grandeza, esa sensación de ciudad con historia, con mucha vida, con barrios y zonas muy diversas. Y ambas son ciudades con una gran riqueza cultural”.

¿Cómo ha sido, precisamente, ese cambio de Madrid a París? “París es una ciudad que lo tiene todo y su gente me ha hecho sentir en casa desde que llegué. Por otro lado, obviamente, Madrid es Madrid y me encanta por su ambiente, los museos, restaurantes… Pero, sobre todo, por la gente, la familia y los amigos de todos estos años. Sigo teniendo mi casa de Madrid, así que, cuando el calendario me lo permite, voy de vez en cuando con mi familia o con mis amigos. En cualquier caso, hablamos de dos de las ciudades más importantes y bonitas del mundo”. No es el único que piensa así. En una reciente entrevista para Esquire, David Beckham también admitía que echaba de menos Madrid.

No nos queda casi tiempo –Sergio tiene que atender otros compromisos–, pero nos vestimos de Luka Modric en el minuto 93 de la final de la Champions League 2014 en Lisboa frente al Atlético de Madrid y le lanzamos un último córner: si Madrid fuera un futbolista, ¿quién sería? Cabezazo a la escuadra de don Sergio Ramos García: “No era madrileño de nacimiento, pero don Alfredo Di Stéfano representaría muy bien la ciudad de Madrid”.

Gol. Y campeones.

*Este número aparece publicado en el número de mayo de 2023 de la revista Esquire, a la venta el 21 de abril

sergio ramos en portada de esquire
Esquire