El caso de las comisiones de Deco en el Barça que visibiliza la fina línea roja entre agencias y clubes: "Esto no es el PC Fútbol" | Relevo
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El caso de las comisiones de Deco en el Barça que visibiliza la fina línea roja entre agencias y clubes: "Esto no es el PC Fútbol"

El caso del portugués no es el único en un deporte que depende cada vez más de los representantes y los intermediarios.

El vicepresidente Rafa Yuste, Vitor Roque y el director deportivo, Deco. /AFP
El vicepresidente Rafa Yuste, Vitor Roque y el director deportivo, Deco. AFP
Alberto Martínez

Alberto Martínez

"El fútbol se basa en relaciones de amistad y de confianza", explica un profesional acostumbrado a lidiar con agencias de representación, direcciones deportivas e intermediarios, ese triángulo necesario para comprar y vender futbolistas, con las pertinentes comisiones reguladas por la FIFA (entre un 3% y un 10%) que suponen un negocio redondo mientras los clubes, asfixiados por los controles del juego limpio financiero, sufren para cuadrar los límites y los presupuestos.

"Las grandes agencias o con aquellas con las que tienes relación te facilitan el trabajo. Esto no es el PC Fútbol. Es muy difícil fichar. Todos quieren a Cubarsí, pero ¿quién se lo lleva? Por eso en ocasiones te vas a las agencias que conoces, a la gente de confianza", explica otro de los representantes que ha estado en los dos lados de las negociaciones.

La semana pasada el director deportivo del FC Barcelona, Deco, dio explicaciones sobre las comisiones que debió cobrar del club azulgrana cuando era representante de Raphinha. En el verano de 2022, Joan Laporta ya era presidente de un Barça que pagó 55 millones al Leeds United más otros en variables por firmar al brasileño por un periodo de cinco años. Un fichaje que recomendó Jordi Cruyff y selló Mateu Alemany, aunque Deco ya revoloteaba por el entorno del Barça desde febrero. El agente portugués dijo que renunció a los cuatro millones de euros que le tocaban en comisiones por la delicada situación económica azulgrana, pero en cambio sí que sigue percibiendo el porcentaje estipulado del salario de Raphinha.

Deco explicó que cuando entró en el Barcelona vendió ese porcentaje a un fondo de inversión, y que el club le paga a este y no a él. "Tenía un acuerdo con el Barça. Hice las cosas bien, todo lo he hecho por mi trabajo. He cobrado por lo que trabajé", comentó en el programa Què t'hi jugues de la Cadena SER. "Si quisiera haber escondido algo, lo hubiera hecho mejor", dijo, mientras recalcó que perdió dinero al entrar en el Barcelona y que mantiene otras empresas abiertas para percibir lo que se le debía de otras operaciones pasadas.

La llegada de Deco por sus relaciones con Echevarría y Laporta

Deco dio el salto de ser representante a entrar en un club como el Barça por esas "relaciones de confianza" del fútbol. Con negocios empresariales con Alejandro Echevarría, cuñado de Laporta y con ascendencia en la entidad, y amigo del presidente desde su etapa de jugador, Deco aterrizó en el Barça y a los pocos meses se marcharon tanto Alemany como Cruyff. Ahí se hizo con todo el área deportiva con fichajes como los de Joao Félix y Joao Cancelo, representados por Jorge Mendes, con quien Deco aprendió el oficio antes de montar su propia empresa. Y su gran apuesta, Vitor Roque, en una operación arriesgada teniendo en cuenta las necesidades deportivas y económicas del Barça, y gracias a sus tentáculos en Brasil.

De la misma forma que a Laporta se le han asociado representantes 'amigos' como en su momento Mino Raiola, Jorge Mendes y ahora Pini Zahavi ("me insisten en Flick", dijo en una entrevista en Mundo Deportivo la semana anterior),, en los clubes vascos como Real Sociedad o Athletic Club tiene mucho peso la agencia Idub Global, mientras que Promoesport controló entidades como el Nàstic de Tarragona, y tuvo facilidad para surtir de jugadores a clubes como el Sporting, cuando Javi Rico, ex scouter de la agencia, se convirtió en director deportivo del club asturiano; o en el Espanyol de la mano de Francisco Rufete. "Estas relaciones fluctúan", detalla el profesional del sector.

 

Bucero, Piru o Arantegui, otros casos entre dos vasos comunicantes

Otro de los ejemplos claros es el de Lalo Arantegui, que de 2017 a 2020 fue director deportivo del Zaragoza, después dio el salto como ejecutivo a Promoesport y ahora se ha convertido en el director deportivo del Albacete. Y hay dos mucho más claros. El primero de ellos es Carlos Bucero, ahora en el Atlético de Madrid y antes socio de Jorge Mendes, quien controlaba a profesionales como Julen Lopetegui, Rafa Mir o Sergio Asenjo; mientras que el Granada tuvo a Javier Torralbo, Piru, como director deportivo cuando antes estaba asociado a la empresa Media Base de Pere Guardiola, el hermano del entrenador del Manchester City.

"Cada vez hay más directores deportivos o personal de clubes que cuando no encuentran una posición en una entidad deciden irse a una agencia de representación. El fútbol es un negocio de relaciones", comentan ambas fuentes, quienes conocen de primera mano que la delgada línea roja del caso Deco es frecuente y lo será cada vez más en un fútbol atrapado por una telaraña de relaciones personales.