Dinan es un precioso pueblo antiguo apiñado y asomado a un precipicio como un nido de golondrinas*. Si está Victor Hugo para describirlo tan bien… ¿para qué esforzarnos nosotros? Pero bueno, para algo estaremos, ¿no? Para contarte todo lo que hay que ver en Dinan sin perderte nada de uno de los puntos fuertes de nuestra ruta por la Bretaña francesa en coche.
Un paseo por el casco histórico de Dinan, en el borde de una meseta sobre el río Rance, es una inmersión en la Edad Media. Tres kilómetros de murallas –las más importantes que aún se conservan en Francia al norte del Loira–, una gran torre del reloj, un centenar de casas de entramado de madera… están ahí para recordarnos su importancia en el Medievo. Se fundó en el siglo X y, por su posición, ganó cada vez más importancia. Se sitúa al comienzo del estuario del Rance, en la intersección de una vía navegable que conectaba con Inglaterra y Flandes y otra terrestre. En el siglo XIV era una de las ciudades más prósperas de Bretaña, ¡que no es moco de pavo! Y hoy es, sin lugar a duda, uno de los pueblos más bonitos de la Bretaña francesa. Y, más aún, de los pueblos más bonitos de Francia.
La rue du Jerzual: lo primero que tienes que ver en Dinan
Si solo dispusieras de quince minutos en Dinan y pudieras recorrer una única calle, sin duda la rue du Jerzual, la más antigua de la ciudad, debería ser tu elección. Esta callejuela empedrada era la única vía de paso para trasladar las mercancías desde el puerto a la parte alta de la ciudad. La Porte du Jerzual, donde empieza, era también la principal puerta de acceso para los visitantes. En esta calle vivían los mercaderes y artesanos más ricos. Éstos, a partir del siglo XV, mandaron construir preciosas casas de entramado de madera a veces decoradas con esculturas. Muchas de ellas siguen ahí siete siglos después para deleite de los turistas como nosotros.
En la Edad Media, sus plantas bajas acogían los talleres de tejedores, curtidores y demás artesanos. Todavía hoy en día algún tejedor, vidriero y escultor trabaja en ellas, aunque también hay galerías de arte, tiendas de antigüedades, restaurantes y, como no, tiendas de souvenirs. ¿Estará más animada ahora con todos los turistas que en la Edad Media? Lo que es seguro es que tanto esta calle como su continuación hacia el puerto, la rue du Petit Fort, son de las más pintorescas y mejor conservadas de toda Bretaña.
La place des Merciers y la place des Cordeliers: el corazón del casco antiguo de Dinan
No nos encontramos con casas de entramado de madera solo en la rue du Jerzual y la rue du Petit Fort: las hay por todo el casco histórico de Dinan.
¿Sabías que…?
Hay más de cien casas de entramado de madera en el casco histórico de Dinan. Se construyeron desde el siglo XV hasta finales del XVIII. Una forma de reconocer su época es que las del siglo XV suelen tener voladizos, las del siglo XVI soportales y las de los siglos XVII y XVII grandes ventanales. Hasta el siglo XVIII muchas de ellas tenían todavía los techos de paja.
La place des Merciers y la place des Cordeliers se consideran el corazón del casco histórico y en ellas nos topamos con muchas de esas casas de entramado de madera. Algunas han sido transformadas en tiendas o restaurantes. Una de las más bonitas, una casa azul claro de finales del siglo XV, es ahora el restaurante Chez la Mere Pourcel, en el número 3 de la place des Merciers. En ella se puede ver bien como cada piso sobresale del anterior para proteger la madera de los incendios que se propagaban desde los techos de paja.
La place des Cordeliers toma su nombre del convento de los franciscano cordeleros que se encuentra ahí. Ahora es un colegio pero, si te dejan, echa un vistazo a su claustro gótico y a su patio de honor del siglo XV.
Más casas de entramado de madera que ver en Dinan, ¡es la guerra!
Alrededor de las dos plazas, en calles como la rue de l’Horloge, la rue du Petit Pain, la rue de la Cordonnerie o la rue de l’Apport, encontrarás otras casas de las más bonitas de Dinan. No dudes en recorrer todas esas calles, no te llevará mucho tiempo. Bueno, ¡depende del que “pierdas” en hacer fotos!
Rincón SaltaConmigo
Una de las casas de entramado de madera más curiosas y bonitas de Dinan es la Maison De La Harpe, la casa del arpa, en la rue de l’Horloge, 6. Se llama así porque desde 2003 es la sede de una asociación/museo que promueve el arpa celta.
La casa es de 1559 y lo más curioso es que, en su origen, no se encontraba en Dinan sino en el pueblo bretón de Lanvollon… ¡a unos 85 km de aquí! Corría peligro de ser derribada y, para salvarla, se desmontó y volvió a montar aquí pieza a pieza en 1939. La reconocerás, además de por la placa con el arpa celta, por su bonito soportal con tres grandes columnas de granito. Fíjate en las pequeñas tallas de madera pintadas que representan a personajes con trajes típicos del siglo XVI.
Por cierto, si quieres tomar algo, tu calle es la rue de la Cordonnerie. Todas las ciudades francesas tienen su “rue de la soif” –literalmente, “calle de la sed”– donde se encuentra la mayor concentración de bares. Pues la rue de la Cordonnerie es la de Dinan.
La torre del reloj y las vistas del casco histórico desde arriba
En la postal que componen las callejuelas del casco histórico en la que se suceden, una tras otra, las antiguas casas de entramado de madera y las de granito y pizarra, sobresale, con sus 46 metros de altura, la torre del reloj. La Tour de l’Horloge, así se llama en francés, lleva ahí nada más y nada menos que desde el siglo XV, recordando la importancia de los comerciantes y burgueses de la ciudad.
¿Sabías que…?
Solo quedan dos torres del reloj en Bretaña, la de Dinan y la de Fougères. La ciudad de Dinan fue una de las pocas con el privilegio, otorgado por el duque de Bretaña, de tener su propia torre del reloj. Fue la tercera en obtenerlo tras Rennes y Fougères y la de Rennes desapareció a principios del siglo XVIII a causa de un incendio.
Podemos asegurar que merece la pena subir sus 158 escalones para contemplar la ciudad desde su pequeño balcón. Además, durante el recorrido, podrás ver una película de la Dinan de 1750; descubrirás más sobre la historia de la ciudad y de la misma torre; visitarás sus salas, sedes en el pasado del poder ciudadano, y, sobre todo, podrás admirar de cerca el reloj “Hazmer” –el nombre de su creador alemán–, de 1498. Su mecanismo, conservado en la parte baja de la torre, es uno de los más antiguos de Europa. Por cierto, ¡el carillón sigue sonando cada cuarto de hora!
La entrada cuesta 4 € y abre solo en primavera y verano: de abril a mayo de 14 h a 18:30 h y de junio a septiembre de 10 h a 18:30 h.
La basílica de San Salvador, Saint-Sauveur
Hasta el siglo XIX, la torre del reloj era el edificio más alto de Dinan. El poder civil seguía ganando al religioso y ningún campanario de iglesia le superaba… hasta que se construyó el de la basílica de San Salvador, de 60 metros.
Este campanario es uno de los últimos “retoques” de la iglesia mayor de la ciudad, del siglo XII. A lo largo del tiempo, sobre todo en la época de esplendor de la ciudad –siglos XV-XVI–, no dejó de “evolucionar” desde su estilo románico.
Al visitar la iglesia, te darás cuenta de esa gran mezcla. En el exterior, su portal románico pero también su gran ventanal gótico en la parte superior. En el interior, podrás seguir “jugando” a buscar las diferencias. La nave sur, a la derecha, es románica, sus capiteles te darán una pista. La fuente bautismal también es del siglo XII. Por otro lado, a la derecha, te encontrarás con el más puro gótico flamígero, que también reconocerás en el coro y en el presbiterio. No faltan más estilos, como el renacentista de la estatua de alabastro de Notre-Dame-des-Vertus.
Las diferentes capillas estaban “patrocinadas” cada una por un gremio, desde los panaderos hasta los curtidores. Cada una tenía su altar con sus reliquias para tener sus propias misas. Sí, los comerciantes tenían mucho poder en Dinan.
Un par de cosas más en las que fijarte. La primera: los muebles de madera de mitad del siglo XIX donde se sentaban los feligreses. Cada uno está personalizado con el nombre de su ocupante y tienen espacio para dejar el sombrero. La segunda: las vidrieras. La única original, del siglo XVI, está dedicada a los evangelistas y a Saint-Yves, el patrón de Bretaña.
El cenotafio con el corazón de Bertrand du Guesclin
Lo más famoso de la iglesia es el cenotafio del siglo XIV que contiene el corazón de Bertrand du Guesclin. Condestable de Francia famoso por su odio a los ingleses contra los que batalló en más de una ocasión y a los que expulsó de la ciudad en la Guerra de los Cien Años.
Carlos V de Francia, en reconocimiento a su figura, lo hizo inhumar en la basílica de St. Denis, en la tumba de los Reyes de Francia. Pero el militar había dejado escrito en su testamento que quería ser sepultado en Dinan. Así que para respetar, al menos en parte, ese testamento, se trasladaron a la ciudad sus vísceras, dejando solo los huesos en París.
Eso sí, el proceso de momificación no acabó bien… y al final se quedaron solo con el corazón. Es lo único que queda de Bertrand du Guesclin ya que su tumba en París fue profanada durante la Revolución Francesa.
Otros rincones del casco histórico
Aunque hay mucho que ver en Dinan, todo está muy concentrado: podrás pasear por prácticamente todas las calles de su casco histórico. En el paseo, te encontrarás con unos cuantos lugares más que merecen una parada.
Uno de ellos es la iglesia gótica de Saint-Malo del siglo XV, en parte reconstruida tras los daños de la Revolución Francesa.
Otro es el Jardín Inglés, detrás de la basílica de Saint-Sauveur. Este apacible parque era originalmente un cementerio pero, después de una epidemia de cólera, los restos se trasladaron fuera del casco histórico. Eso sí, por lo visto no todos… ¡se siguen encontrando huesos!
¿Sabías que…?
Se llama Jardín Inglés porque, en el siglo XIX, muchos ingleses fueron a Dinan en busca de sus aguas termales que, se decía, combatían el paludismo que habían contraído en India. No debían ser tan buenas cuando el nombre ha quedado para un cementerio.
Hoy la ciudad sigue teniendo una de las colonias de ingleses más grandes de Francia, ¡a pesar de Bertrand du Guesclin!
Más allá del parque, está la Tour Sainte-Catherine. Una torre de 16 metros del siglo XIV que, por lo visto, tiene preciosas vistas sobre el río, el puerto y el viaducto. Además, la entrada es gratuita. Decimos por lo visto porque nosotros la encontramos cerrada. En cualquier caso, las vistas desde la Promenade de la Duchesse Anne, sin subir a la torre, también son preciosas.
El puerto y la ciudad baja de Dinan
Bajando las rue du Jerzual y la rue du Petit Fort, se llega al Vieux Pont, el puente viejo sobre el río Rance, y a la parte baja de la ciudad. Un poco más al norte se encontraba el antiguo puerto que tanta riqueza llevó a Dinan. Ahora queda un puerto deportivo desde donde, de abril a octubre, salen barcos turísticos y cruceros. Es una zona de restaurantes y cafés con bonitas vistas hacia el gran viaducto de Dinan.
Una vuelta alrededor de las murallas
Si, una vez llegado a la Porte du Jerzual, en lugar de bajar hacia el río, sigues hacia la izquierda, puedes empezar a rodear la muralla. Poco después, darás con la primera de sus catorce torres defensivas, Le Bastion Mercoeur, y, más adelante, con las otras tres puertas que se abren en ella. Son 3 km así que, si tienes tiempo, puedes rodearla entera paseando por los bulevares arbolados que siguen su perímetro.
El castillo de Dinan y la place Duguesclin
Bordeando la muralla, llegarás hasta la place Duguesclin, con la gran estatua dedicada al héroe local, Bertrand du Guesclin. Además de la estatua, la plaza no tiene mucho. Bueno, sí, el aparcamiento donde dejamos nosotros el coche y la oficina de turismo.
¿Sabías que…?
El escultor de esta estatua ecuestre, Emmanuel Frémiet, también es el autor del San Miguel situado en el Mont Saint-Michel y de la Juana de Arco de la place des Pyramides en París.
Cerca está también el castillo de Dinan, que se empezó a construir en el siglo XIII, hoy convertido en museo.
Mapa con todo los lugares que ver en Dinan
Aquí tienes un mapa con todos los lugares que ver en Dinan de los que te hemos hablado para que no te pierdas ni uno y organices el recorrido como más te convenga.
Hoteles en Dinan
Nosotros no dormimos en Dinan. Seguimos camino y pasamos la noche en Les Lierrus B&B, en Quédillac. Pero aquí puedes ver precios y disponibilidad de hoteles en Dinan, si quieres quedarte.
Uno de los pueblos más bonitos de Bretaña te espera, ¡a bucear por la Edad Media!
*Traducción libre del inicio de la carta de Victor Hugo a Adèle del 29 de junio de 1836, aquí está el original.
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