Ayer y hoy: las modelos que cambiaron la pasarela en los 2000

Parece arriesgado comenzar con esta imagen de Carmen Kass (Tallin, 1978) del año 2000 para Dior, pero realmente esos fueron los primeros años de una meteórica carrera tras ser descubierta con 14 años. Su primera campaña fue en 1998 para Chloé, pero convertirse en una ninfa dorada fue sin duda, el principio de todo.

Quien se sube a las alas vuela al Olimpo, que dicen algunos: Kass desfiló para Victoria's Secret en 2002, además de cerrar los desfiles de Marni, Gucci, Óscar de la Renta y Valentino–. En 2003, además de posar ante el objetivo para Pedro del Hierro, Michael Kors, Versace o Chloé, se presentaba a las elecciones del Parlamento Europeo y fue presidenta de la Liga Nacional de Estonia de Ajedrez.

Prácticamente fue de las pioneras de esta generación, y ahora prefiere sentarse en el front row de desfiles como Chanel, o protagonizar portadas y campañas, dando a entender que ella sigue ahí. Su belleza etérea parece inmarcesible, porque Carmen Kass sigue en lo alto.

Con una altura inferior a la de sus colegas –175 centímetros–, Marina Pérez (Madrid, 1984) consiguió colarse en la pasarela de Miguel Palacio en la extinta Cibeles cuando aún no había cumplido la mayoría de edad.

Triunfó gracias a unas facciones marcadas y angulosas, unas cejas gruesas y una mirada oscura que poco se correspondía con su edad. Pronto dio el salto a Nueva York, donde desfilaría para firmas como Zac Posen y Proenza Schouler, en 2006. En la foto, Marina aparece desfilando para Chaiken en su desfile de NYFW para la primavera/verano de 2006.

"Algo relacionado con el mundo de la moda, como estudiar patronaje, que me interesa mucho". Eso respondía la modelo madrileña cuando le preguntaban por su futuro en una entrevista digital para El País. Entonces, en 2007, vivía su mejor momento sobre la pasarela y también en las páginas editoriales: esos dos años firmó contrato con Moschino, Jimmy Choo, Alessandro Dellacqua, Pucci y Bulgari, siendo la modelo predilecta de los diseñadores de la pasarela madrileña.

Su última aparición en un editorial de moda fue en 2013 e ídem con su recorrido en la pasarela, donde la vimos en la temporada de primavera/verano de 2013 desfilando para Amaya Arzuaga, Teresa Helbig o Delpozo.

Aún así, un recóndito perfil de Instagram parece pertenecer a la modelo, con fotos de escapadas a Cantabria y un hambriento gato que podría ser Julio, Agosto o Algodón, los tres que la modelo acoge en su casa.

Anja Rubik (Rzeszów, 1983) es una de esas modelos cuya mirada felinas –algo nostálgica incluso, cuando baja la guardia– se queda marcada en la retina. A principios de esta década se trasladaba a París con 17 años para trabajar de modelo, con la condición de hacerlo sólo cuando no tuviera colegio. Porque Anja tenía las cosas claras.

No fue hasta 2005 cuando se produjo el lanzamiento de su carrera, desfilando en la antigua Olympus Fashion Week para diseñadores como Kay Milla. Armani y Jimmy Choo también la elegían para protagonizar sendas campañas.

Es complicado decir cuál es el momento de mayor apogeo en la carrera de la modelo, pero si hay que resaltar un periodo, 2011 fue un año digno de medalla.

Ese mismo año se coronó tercera dentro del top 50 según el ranking de Models.com, fue imagen del perfume de DKNY, Lacoste y con sus medidas (179 cm y 84-61-90) desfiló para Victoria's Secret.

La primera campaña de Anja fue para Chloé, fotografiada por el dúo holandés Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin, y con un currículum así, era predecible saber dónde está ahora y por qué.

Sigue desfilando –para Chloé, por ejemplo–, protagonizando campañas –como Giuseppe Zanotti– y hasta ha lanzado su propio perfume Original by Anja Rubik, una fragancia inspirada en su propia personalidad y actitud, porque ella es un espíritu libre. Fue coronada el año pasado en el puesto 14 en la lista Forbes de las modelos mejor pagadas. Además, es cofundadora de la revista 25 y diseñó una colección para Mohito. Que Rubik es polifacética, resulta complicado rebatirlo.

Natasha Poly (Perm, 1985) o lo que es lo mismo, Natalya Sergeyevna Polevshchikova, es una de esas modelos imparables que lleva subida a una pasarela desde el año 2000. Su mandíbula marcada, su melena rubia y su imagen camaleónica –pero casi siempre sexy– le valieron para ganar el segundo premio del concurso New Model Today en Moscú.

Su altura (178 cm) y sus medidas (84-61-86) han sido dos de los factores que le valieron para subirse a la pasarela en el calendario oficial de desfile de la mano de Emanuel Ungaro en 2004. Sumar portadas y desfiles ha sido una constante desde entonces. En 2005 y 2006, su subida al Olimpo de Victoria's Secret confirmaba que Natasha estaba en lo más alto de su trayectoria.

En 2008 fue imagen de siete campañas, entre ellas Balmain, Nina Ricci, Gucci y Jil Sander. Además de ser embajadora de L'Oréal Paris desde 2012, encarna el espíritu de la fragancia Flash de Jimmy Choo y el de Ange au Démon de Givenchy. Esta temporada ha emulado la psicodelia de los 70 de la mano de Emilio Pucci y ha posado para la campaña de Isabel Marant.

Sasha Pivovarova (Moscú, 1985) comenzó en la moda en 2005, cuando un amigo fotógrafo y el que acabaría siendo su marido envió unas fotos suyas a la agencia IMG. A las dos semanas abría el desfile de Prada, firmaba con la marca un contrato publicitario de tres años y alzaba el vuelo.

Con unas medidas de 81-60-84 ha desfilado para numerosas firmas como Jean Paul Gaultier, Valentino, Dior o Elie Saab. 2006 fue su año de más actividad, desfilando para más de 60 diseñadores. De todos ellos, mantiene una relación especial con Karl Lagerfeld y la maison Chanel: en 2008 abrió el desfile Primavera-verano, cerró el desfile Primavera-invierno y pudimos verla por última vez en la #BrasserieGabrielle ideada por Karl Lagerfeld el mes pasado. 2008 fue sin duda, el año de su madurez.

Su aspecto frío y su mirada enigmática han sido sus armas para conquistar castings y protagonizar campañas. Incluso ha hecho un cameo en el séptimo arte en la película In time, junto a Justin Timberlake. Pero hablando de arte, la modelo siempre quiso ser pintora, pero en la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo conoció al fotógrafo que le cambió la vida. Esa imagen de ninfa misteriosa, propia de pinturas de Rubens o Camille Corot, se traslada a las campañas que protagoniza la modelo –pero en versión menuda–, como esta de Saint Laurent. Sasha ha vuelto para quedarse.

Daria Werbowy (Cracovia, 1983) es una de esas modelos cuya naturalidad al posar o caminar la han hecho valedora de una belleza al alza, gracias también a una altura (181 cm) que hace difícil no pararse a mirarla.

Nacida en Polonia y criada en Ontario, sus medidas (86-61-86) también sirvieron para empujarla al estrellato a comienzos del 2000: Luella Bartley, Marc Jacobs, Óscar de la Renta, Versace... Daria estaba en todos, porque todos querían a Daria.

Tras un comienzo accidentado (su debut en la pasarela coincidió con el 11S) su gran momento llegaría gracias a la campaña de otoño/invierno 2003 de Prada. Desde entonces, ha batido el récord de aperturas y cierres de desfiles en una sola temporada y ha llegado al puesto nº 9 entre las modelos mejor pagadas de la industria.

En 2011 decidió dejar la moda a los 30 años. Saturación, quizás, pensó que era el momento y continuó en la ciudad irlandesa de Cork una vida normal junto a su novio. 2014 sería el momento de un discreto regreso, volviendo a las páginas de campañas de la mano de Mango, Salvatore Ferragamo y al desfile primavera/verano de Balenciaga.

En 2002 y con tan solo quince años, esta joven de origen húngaro saltó a la fama al quedar cuarta en el concurso de modelos Elite Model Look. Por entonces no se imaginaba la carrera de desfiles y editoriales –es uno de los rostros favoritos del dúo de fotógrafos Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin– que le esperaba, y su debut en pasarela por la puerta grande: el desfile de Alta Costura de Chanel de 2006.

2009 fue sin duda el año en el que Eniko alcanzó su máxima expresión sobre la pasarela. Más de 50 desfiles durante la temporada Primavera–verano para firmas como Givenchy, Balmain, Moschino o Elie Saab y un desfile para Victoria's Secret lo confirmaban. Sin embargo, Eniko también supo hacerse un hueco en publicidad, prestando su imagen a marcas como Alberta Ferreti, H&M, Max Mara o a la casa de joyas David Webb en 2012.