Qué ver en Sarrebruck, la capital del Sarre

Qué ver en Sarrebruck, la capital del Sarre

Sarrebruck es una ciudad donde podrás disfrutar de un ambiente diferente al del resto de Alemania, puesto que su proximidad al país galo y su relación histórica con él le dan un aire francés. En su casco antiguo predominan los edificios barrocos y el color blanco, y la colegiata de San Arnual guarda las sorprendentes tumbas de los condes de Nassau-Saarbrücken. La mejor manera de disfrutar de esta ciudad es con un vaso de Cremánt. ¿Nos acompañas?

Collage de 8 fotos sobre Una de las visitas qué hacer en Saarbrucken

Sarrebruck, Saarbrücken en alemán, es la capital del Sarre, uno de los estados más pequeños y menos conocidos del país. 

Situada en la frontera con Francia, la ciudad muestra una mezcla perfecta entre el modo de vida alemán y el francés. También puedes ver la influencia de estos dos países en su gastronomía, que puedes conocer en alguno de los numerosos restaurantes del centro de Sarrebruck. Y es que el lema de sus habitantes es «Hauptsach gudd gess», algo así como lo importante es comer bien. 

En Sarrebruck podrás conocer bellos edificios barrocos y disfrutar del «savoir-vivre». Además, es perfecta para hacer base y conocer, no solo el estado del Sarre, sino sus países vecinos, Luxemburgo y la región francesa de Lorena.

En este post vamos a contarte qué ver y hacer en Sarrebruck, pero si quieres saber más sobre el estado del Sarre, te recomendamos leer nuestro post qué ver en el estado alemán con aire francés, donde te contamos cómo llegar, su agitada historia, sus lugares de interés y sus platos típicos.

Qué ver en Sarrebruck

La poco conocida ciudad de Sarrebruck te va a resultar diferente a otras ciudades alemanas, ya sea porque oigas a mucha gente hablando francés, por su casco antiguo donde impera el color blanco, por su ambiente tranquilo o porque se acompañan las comidas con cremánt. Y aunque en esta ciudad no veas muchos edificios emblemáticos, es perfecta para que disfrutes de su buen ambiente en alguna de sus terrazas o junto al río que atraviesa la ciudad, el Sarre. 

Si te preguntas cuánto tiempo necesitas para conocerla, que sepas que su centro no es muy grande, por lo que en medio día puedes recorrerlo sin problema. Sin embargo, hay también varios museos y un par de lugares interesantes que están algo alejados, por lo que un día puede ser un tiempo adecuado para conocer la ciudad sin prisas y relajarte en alguna de sus terrazas y jardines.

La Sarrebruck que vemos hoy día es la unión de tres ciudades que fueron independientes hasta 1909, Sarrebruck, San Juan en el Sarre y Malstatt-Burbach. Dividida por el río, es en la margen izquierda donde se encuentra la parte antigua de la ciudad con los edificios históricos más importantes, la iglesia de Luis, Ludwigskirche y el palacio. Por otro lado, la margen derecha tiene un carácter más moderno y alberga la zona comercial de Sarrebruck, así como la mayoría de los restaurantes, especialmente en el mercado de San Juan y sus alrededores. Y es que la ciudad sufrió numerosos bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y, como consecuencia, el centro quedó destruido en un 90%. 

Tenemos que mencionar al arquitecto Friedrich Joachim Michael Stengel, que trabajó en los principales monumentos de Sarrebruck y en su trazado urbano. Y es que el príncipe Guillermo Enrique de Nassau-Saarbrücken decidió rediseñar su ciudad en el s. XVIII, embelleciéndola con edificios barrocos. Este trabajo le fue confiado a su maestro de obras, Stengel.

Y llegó el momento de contarte qué es lo que te espera si decides visitar Sarrebruck.

Comenzamos en la margen izquierda, en su pequeño casco antiguo de calles empedradas y casas de color blanco. Aquí se encuentra el edificio más representativo de la ciudad:

Ludwigskirche, iglesia de Luis

Esta iglesia protestante es la imagen de la ciudad y uno de los edificios barrocos más representativos de Alemania. Fue diseñada por Stengel en la segunda mitad del s. XVIII por orden del príncipe Guillermo Enrique de Nassau-Saarbrücken. Sin embargo, murió antes de verla acabada, siendo finalizada bajo el gobierno de su hijo Luis. De ahí el nombre de la iglesia. 

La iglesia sufrió muchas modificaciones a lo largo de su historia y durante la Segunda Guerra Mundial fue gravemente dañada. Por eso tuvo que ser reconstruida a mediados del s. XX. 

La balaustrada exterior está decorada por varias esculturas, de las cuales sólo una, el profeta Daniel, es original del s. XVIII. Pero puedes ver algunas de las originales en otras ubicaciones de la ciudad. Así, en el interior del palacio están las alegorías de la Fe y la Esperanza, y en la plaza del palacio, formando parte de una fuente, el apóstol Pablo.

Que no se te olvide entrar en la Ludwigskirche para admirar su delicado interior decorado con estucos, pero ojo, la iglesia cierra los lunes.

Pero Stengel no sólo diseñó el edificio de la iglesia, sino la plaza entera, en cuyo centro se encuentra la Ludwigskirche. Creó así una obra de arte total, una plaza en estilo barroco donde palacios de fachadas blancas rodeaban la iglesia. 

Además, también se encargó de diseñar el trazado urbano de la ciudad, usando principios de geometría y simetría. Así, la calle que sale de la plaza en dirección al centro de la ciudad, la calle Wilhelm Heinrich, fue planificada por el arquitecto y da visión a la otra orilla del Sarre.

Frente a la plaza está la Friedenskirche, iglesia de la Paz, que fue diseñada por Stengel a mediados del s. XVIII, aunque tuvo que ser reconstruida en la segunda mitad del s. XX al ser destruida en gran parte durante la Segunda Guerra Mundial. Su interior es moderno.

Palacio de Sarrebruck 

Otro de los edificios representativos de la ciudad es el palacio, que se encuentra muy cerca de la Ludwigskirche. 

La historia del palacio se remonta, al menos, a finales del s. X, cuando era un castillo medieval que tras muchas destrucciones y reconstrucciones llegó a ser un gran castillo renacentista fortificado. Pero cuando el príncipe Guillermo Enrique llegó al poder en el s. XVIII, este ya no cumplía los requisitos para ser la residencia de la familia principesca Nassau-Saarbrücken. Así que Stengel diseñó un palacio barroco, mucho más acorde a los gustos de la época. Para su construcción el arquitecto rellenó los antiguos fosos, demolió muros, desvió el curso del río y construyó una nueva muralla para el palacio a lo largo del río. 

Tras ser el centro administrativo y cultural del principado, fue parcialmente destruido durante la revolución francesa, por ello tuvo que ser reconstruido a comienzos del s. XIX. Durante la época nacionalsocialista, en su interior se encontraba el centro de control de la Gestapo. Durante la Segunda Guerra Mundial, una de sus alas fue parcialmente destruida, por lo que fue reconstruida. Pero en la segunda mitad del s. XX, el complejo del palacio estaba muy deteriorado, teniendo que ser renovado en la década de 1980. Fue entonces cuando se añadió la estructura moderna de acero y vidrio que vemos hoy día.

Actualmente el interior del palacio no refleja su pasado, pero merece la pena que entres para ver las dos esculturas de la Fe y la Esperanza del s. XVIII provenientes de la Lusdwigskirche, así como la pequeña sala donde hay un video sobre la historia del edificio. Además, dentro está la oficina de turismo y hay baños gratuitos.

Acércate a la parte trasera del palacio, desde donde puedes acceder a sus jardines barrocos bellamente decorados. Además, desde aquí tienes vistas al río y a la margen derecha de la ciudad, con sus numerosos edificios modernos. Frente a estos está el edificio del parlamento del Sarre, en cuyo jardín hay un fragmento del muro de Berlin.

Plaza del palacio

La plaza del palacio también fue diseñada por Stengel como un conjunto barroco en el s. XVIII. Así, diseñó el palacio del príncipe heredero y el antiguo ayuntamiento, que dejó de funcionar como tal cuando, a comienzos del s. XX, se fusionaron las ciudades de Sarrebruck y San Juan. Como el ayuntamiento de este último era más grande, la sede del alcalde se trasladó allí. Tras ser destruido duranta la Segunda Guerra Mundial, tuvo que ser reconstruido.

Desde la década de 1990 la plaza alberga el memorial invisible. Fue entonces cuando estudiantes de bellas artes, bajo la dirección de su profesor Jochen Gerz, comenzaron a grabar, en señal de protesta contra el racismo, los nombres de cementerios judíos en los adoquines de la plaza que, posteriormente y con las letras hacia abajo, insertaron de nuevo en el pavimento. En total hay 2146 piedras grabadas.

En la curiosa fuente de la plaza puedes ver la escultura del apóstol Pablo. Esta es del s. XVIII y proviene de la Ludwigskirche.

La plaza alberga dos museos interesantes. Uno es el museo Histórico del Sarre, donde puedes aprender sobre la agitada historia de este estado desde mediados del s. XIX hasta mediados del s. XX. La parte que trata de la época nacionalsocialista en el Sarre incluye una de las antiguas celdas de la Gestapo, donde puedes ver inscripciones de las personas que fueron allí encarceladas. Y es que, como ya hemos dicho, en el palacio estuvo la sede de la policía secreta.

Pero lo que diferencia a este museo es su localización, justo encima de los restos del antiguo castillo de Sarrebruck. Así, su planta inferior da acceso a las ruinas excavadas a principios del s. XXI y que están a 14 metros por debajo de la plaza. Es realmente interesante pasear por ellas descubriendo las fortificaciones, las casamatas del s. XVI y las antiguas salas de diferentes funciones. Además, puedes hacerte una idea de lo impresionante que llegó a ser gracias a una maqueta. 

Puedes encontrar la información sobre la visita en su página web. Una opción que nos pareció muy interesante fue la entrada express que costaba 2€ y permitía visitar el museo durante 30 min. Y es que puede que no te interese ver la exposición sobre la historia del Sarre, pero quieras descubrir las ruinas del castillo. 

También existe la opción de un ticket combinado que incluye la visita al otro museo de la plaza, el museo de Prehistoria e Historia Temprana de Sarrebruck. La colección permanente incluye objetos encontrados en las excavaciones arqueológicas realizadas en la zona. Estos van desde la Edad de Piedra hasta la Alta Edad Media e incluyen herramientas, monedas y valiosas joyas de oro. También puedes ver las pinturas que decoraban algunas de las villas romanas de la zona.

Además, tiene interesantes exposiciones permanentes. Nosotros coincidimos con la de Ötzi, el «hombre de hielo» que se encontró en los Alpes, entre Austria e Italia. Si visitas la ciudad italiana de Bolzano, te recomendamos que entres en el museo que trata sobre el descubrimiento de esta momia del neolítico. 

El museo está unido a la Schlosskirche, iglesia del palacio, que alberga monumentos funerarios de la familia de Nassau Saarbrücken del s. XVIII, además de ser un museo de arte Sacro. La entrada a esta iglesia es gratuita. Cierra los lunes.

Cerca de la entrada de la iglesia, en la muralla del castillo y junto al río, se encuentra una de las curiosidades de la ciudad, una cabeza de piedra que representa a un tacaño panadero. Según se dice, en la ciudad había un rico panadero que era tan tacaño que nunca ayudó a los más necesitados, ni siquiera en épocas de gran hambruna. Tras enterarse, la condesa de Sarrebruck se disfrazó de mendiga y se dirigió al panadero que la rechazó inmediatamente. Como castigo ordenó que su cabeza se pusiera en el viejo puente, donde tendría que vomitar el agua sucia del Sarre a través de su boca. Debido a la construcción de la autopista, la muralla del castillo tuvo que desplazarse y la cabeza del panadero se trasladó a su actual posición.

Es hora de dirigirse a la margen derecha. Una manera de llegar es cruzando el viejo puente, que fue construido en piedra a mediados del s. XVI. De sus 14 arcos originales quedan sólo 8. Parcialmente destruido durante la II Guerra Mundial, tuvo que ser reconstruido. 

Al cruzarlo fíjate en la grúa del Sarre, una grúa portuaria barroca que fue diseñada por Stengel en el s. XVIII. Hasta 1852 se utilizó para pasar las mercancías de los barcos a carros y vagones. La que vemos hoy día es una réplica de finales del s. XX, puesto que esta fue desmantelada cuando dejó de usarse.

Es por muchos conocidos la silueta del Ampelmännchen, hombrecillo del semáforo, que estaba en los semáforos de la desaparecida República Democrática Alemana. Lo que igual no sabe tanta gente, es que en varias ciudades alemanas, en algunos de sus semáforos, las siluetas que marcan el paso de peatones representan a personajes característicos de cada lugar. Así, en Bonn, Beethoven puede prohibirte cruzar la carretera, en Hamelín, el flautista sigue dirigiendo a la gente y en Friedberg se ha inmortalizado a Elvis Presley, donde el rey del Rock estuvo como soldado. Y Sarrebruck no iba a ser menos y el Saarlodris, un dibujo animado televisivo que tuvo mucho éxito en esta zona, marca el paso de peatones en el cruce entre el viejo puente y el distrito de San Juan.

Mercado de San Juan, Sankt Johanner Markt

El centro y corazón de la vida en Sarrebruck es el mercado de San Juan. Esta plaza está llena de restaurantes y bares y, cuando hace bueno, de terrazas repletas de gente. Es un lugar perfecto para sentarse y observar cómo se desarrolla la vida en la capital del Sarre.

A mediados del siglo XVIII, se le dio una nueva imagen a la plaza con casas barrocas según diseño de Stengel. De esta época es también la fuente del mercado. Desde esta se puede aprender un poco más sobre las normas de construcción del arquitecto. Y es que aquí hay una línea de visión al castillo y, antiguamente, a la Ludwigskirche, desde donde había otra al castillo. Este era conocido como el triángulo de Stengel.

Toda esta zona sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial y tuvo que ser restaurada.

Uno de los callejones que rodea la plaza es el de las ranas, Fröschengasse. Su nombre viene porque, según se dice, estos batracios llegaban desde el río a la ciudad siguiendo este camino. Aquí estaban los talleres de los artesanos adosadas a la muralla de la ciudad. Hoy día es el más bonito de la ciudad, con sus casas bajas de color blanco.

Cerca de la plaza se encuentran la basílica de San Juan y el ayuntamiento de San Juan.

La Basílica de San Juan fue diseñada por Stengel en estilo barroco en el S. XVIII. Antiguamente aquí estaba la primera capilla del pueblo de pescadores de San Juan en el Sarre. 

Los alrededores de la basílica nos parecieron muy agradables, con terraza llenas gente disfrutando de la mañana. 

El ayuntamiento de San Juan fue construido en estilo neogótico a finales del s. XIX por el arquitecto Georg von Hauberrisser, el mismo que el del famoso ayuntamiento de Múnich, así como del de Wiesbaden. En su fachada se pueden ver representados los antiguos trabajos, minero, herrero, curtidor, comerciante y agricultor. En su interior destaca el salón de fiestas.

La iglesia neogótica junto al ayuntamiento, la iglesia protestante de San Juan, es de finales del s. XIX y casi no sufrió daños durante la Guerra. En su interior se suelen organizarse conciertos y conferencias.

Otro edificio interesante del centro es la antigua dirección de la minería, Bergwerksdirektion. Y es que esta industria fue de gran importancia en el estado del Sarre y llegó un momento en que se necesitó un amplio edificio para albergar a las autoridades encargadas de dirigirla. Este le fue encargado a los arquitectos Gropius y Schmieden en la década de 1880, que lo diseñaron en estilo neorrenacentista. Durante la Segunda Guerra Mundial, parte del edificio fue alcanzado por las bombas. Hoy en día alberga una galería comercial, la Galería Europa.

Puedes descubrir la ciudad de Sarrebruck de una manera diferente con este juego de misterio por la ciudad.

Lugares interesantes alejados del centro

Colegiata de San Arnual

A unos 3 kilómetros se encuentra el distrito de San Arnual, una de las zonas más antiguas de Sarrebruck. Al llegar te da la sensación de estar en un pueblo dentro de la ciudad, con casas bajas y bonitos callejones.

Si merece la pena llegar hasta aquí, es para entrar en la colegiata de San Arnual. El monasterio fue mencionado por primera vez en el s. XII y la construcción del edificio actual comenzó a principios del s. XIV. En el s. XV se convirtió en el lugar de enterramiento de la familia principesca Nassau-Saarbrücken durante 180 años. Como no, en el s. XVIII, fue renovada bajo la dirección de Stengel.

Su elemento más interesante son las tumbas de la familia, siendo la más antigua la de la condesa Isabel de Lorena, que falleció en 1456. Era la segunda mujer del fundador de la dinastía Nassau-Saarbrücken, Felipe I, y se le considera una pionera de la novela en el nuevo alto alemán temprano, ya que tradujo y editó cuatro novelas cortesanas francesas.

La casa Nassau-Saarbrücken consiguió reinar en la ciudad durante un periodo de más de 700 años, gracias a la herencia de toda la Casa de Nassau, que estaba dividida en numerosas líneas. Y es de esta dinastía de donde descienden algunas de las familias que todavía reinan hoy, como los Grandes Duques de Luxemburgo o los Reyes de los Países Bajos.

Jardín alemán-francés

A unos 3 km se encuentra este bonito parque que fue diseñado en 1960 y es un símbolo de la amistad entre Francia y Alemania.

En los jardines se puede visitar el cementerio que conmemora a ciudadanos y dignatarios honorarios de Sarrebruck, así como a los que murieron en ambos bandos durante la guerra franco-prusiana de finales del s. XIX.

Memorial del campo de la Gestapo Neue Bremm

Este campo de la Gestapo, que se encuentra en la zona de Goldene Bremm, muy cerca de la frontera con Francia, se abrió en 1940 y se utilizó como campo de trabajo para trabajadores forzados, extranjeros y prisioneros de guerra. También se usó como campo de tránsito a los campos de concentración más lejanos. El campo de barracones, uno para hombres y otro para mujeres, no era muy grande y hoy hay numerosos paneles informativos donde puedes saber más sobre él y sus prisioneros. 

También puedes pasear a lo largo del río Sarre hasta llegar al parque de Staden, donde puedes descansar en su biergarten, cervecera al aire libre, en el pabellón Ulan.

Mapa con los puntos de interés de Sarrebruck

Mapa marcando las visitas más importantes qué hacer en Saarbrucken

Dónde comer en Sarrebruck

Para conocer un poco más la cocina de este país, puedes leer nuestro post sobre gastronomía alemana y para saber cuáles son los platos típicos de este estado, el post de qué ver en el Sarre

Encontrar un restaurante en Sarrebruck no es nada difícil. La mayoría se encuentran en el mercado de San Juan y sus alrededores. Los dos restaurantes que nosotros probamos se encontraban aquí y con ambos quedamos muy satisfechos.

Brauhaus zum Stiefel, donde probamos algunos de sus platos típicos como Gefillde o Lyoner. Además, como no, probamos su cerveza.

– El restaurante franco-alemán Gasthaus Zahm, donde comimos muy bien.

Dónde aparcar en Sarrebruck

Las áreas próximas a las zonas más visitadas son de pago, pero si te alejas un poco puedes encontrar aparcamiento gratuito. 

Los parkings del centro no son baratos, por ejemplo el de Karstadt, que se encuentra muy cerca del mercado de San Juan, cuesta 2€ la hora. 

 Si vas a viajar en coche por el país puede interesarte nuestros consejos para conducir por Alemania.

Dónde dormir en Sarrebruck

Sarrebruck es perfecto para hacer base y conocer tanto la ciudad como el estado del Sarre, que, gracias a su pequeño tamaño, es fácil de recorrer. La capital tiene todo lo que se necesita para pasar una buena estancia, buen ambiente y una buena oferta hotelera y gastronómica.

Nosotros nos quedamos en las afueras, en el Mercure Saarbrücken Süd, que está junto al memorial del campo de la Gestapo. Aunque no estaba en el centro, tenía parking incluido y, como íbamos a recorrer los alrededores en coche, de esa manera no teníamos que conducir dentro de la ciudad. Pero cerca de él casi no había restaurantes.

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2 comentarios en “Qué ver en Sarrebruck, la capital del Sarre”

  1. Qué arquitectura tan bonita tiene, sobretodo me ha encantado la iglesia de Ludwigskirche!! Además, toda la parte relacionada con la historia de la 2ª Guerra Mundial me parece super interesante para descubrirla in situ!!

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