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Qué ver y hacer en Santo Tomé y Príncipe

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Salvaje, exuberante y remoto, la cantidad de atractivos que ver en Santo Tomé y Príncipe deja al descubierto un país fascinante en el que la naturaleza es la completa dueña de todo y en el que el viajero tiene la sensación de haber llegado a uno de los lugares más remotos de la tierra, aunque en realidad se encuentre justo en el centro del mundo.

También es África, pero aquí no se pueden vivir experiencias como un safari en el Parque Nacional Etosha, ver a los gorilas de montaña en Uganda o recorrer el Parque Nacional Kruger en un safari por libre; tampoco hay playas como las que hay que ver en Seychelles.

Sin embargo, no hay más que hacer una lista para darse cuenta que en Santo Tomé y Príncipe todo está por descubrir y que esa es parte de su magia, pero también que tiene atractivos suficientes para cautivar a los viajeros más exigentes con sus playas custodiadas por baobabs, senderos adentrándose en el Parque Natural Obô y un “leve leve” (o lo que es lo mismo, una llamada a la pausa) que es el ritmo estipulado.

Pico Cao Grande tras la carretera
La foto de la carretera con el Cao Grande de fondo es una de las cosas mas típicas que hacer en Santo Tomé y Príncipe (aunque a mí se me dé fatal posar)

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Índice

El este de Santo Tomé: hogar del gran icono que ver en Santo Tomé y Príncipe

La mayor de las dos islas principales del archipiélago es tierra de roças, cascadas y una costa virgen siempre vigilada por el imponente Pico Cão Grande, una gigantesca columna volcánica que surge en mitad de la selva y que marca el paisaje de Santo Tomé y Príncipe.

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Boca do Inferno

Sugerente nombre el que recibe esta maravilla natural cuyos orígenes radican en una erupción volcánica.

Se trata de una especie de calzada formada por la lava enfriada en el contacto con el agua y que ha creado un conjunto de columnas de basalto que parecen grandes piezas colocadas en el suelo que, por momentos recuerda a la famosa Calzada del Gigante en Irlanda del Norte.

Boca do Inferno
La mires desde donde la mires, la Boca do Inferno es impresionante

En el extremo derecho hay una especie de pasadizo de rocas culminado por un puente natural y un agujero por el que el agua se adentra a toda velocidad hasta chocar contra las rocas.

Es la atracción turística más antigua de la isla y no es de extrañar, ya que el escenario es idílico, con el negro del basalto y las palmeras de fondo, formando uno de los paisajes más extremos que ver en Santo Tomé y Príncipe.

De hecho, tal es su historia, que la leyenda dice que el Barón de Agua Izé utilizaba este agujero para viajar a Portugal desde aquí, aunque personalmente prefiero quedarme con el deleite que supone para la vista y no comprobar a dónde me conduciría ese salto al vacío.

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Roça Agua Izé, uno de los lugares más fotografiados de Santo Tomé y Príncipe

Justo antes de llegar a la Boca do Inferno, pasado el animado complejo de Santana (todavía cerrado por reformar tras el covid), se encuentra una de la roças más grandes de la isla, junto con la Roça Agostinho Neto.

El tamaño de esta comunidad es enorme y todavía cultiva cacao para subsistir, aunque sorprende ver la cantidad de edificios originales que conserva en buen estado y que, en algunos casos como el de los almacenes, sirven hoy de base para  una actividad extraescolar en la que educar a los más pequeños en el respeto hacia la naturaleza y el mar (de hecho recogen plásticos y basura cada día y forman divertidos recuerdos para los turistas que se acercan a la roça).

Hospital de Agua Ize, uno de los grandes emblemas que ver en Santo Tomé y Príncipe
Es imposible hacerte esta foto sin niños xD

Visitar algunas de sus roças es una de las actividades más interesantes que puedes hacer en Santo Tomé y Príncipe y, en este caso, durante el paseo por el interior de la explotación también se pueden ver varios edificios originales, almacenes, maquinaria antigua y hasta los raíles que servían para trasladar el cacao hasta el muelle y de ahí hacia el mundo.

El momento culminante de la visita se demora hasta llegar a la parte más alta de la comunidad, dónde se situaba el antiguo hospital de la Roça Agua Izé, cuya fotogénica escalera da paso a un edificio ruinoso en el que viven varias familias cuyos impetuosos niños te acompañarán el resto de la visita. 

Desde arriba, por cierto, hay una visión espectacular de todo lo que abarca esta explotación.

Comer en la Roça Agua Izé

Existe la posibilidad de comer en un restaurante que abrió hace poco y que gestionan personas de la propia roça, cuyas vistas hacia Praia Izé son fabulosas.

Está justo al lado del antiguo hospital (si visitas la roça con alguien de allí te lo enseñará) y el único requisito es que debes avisar con al menos un día de antelación para que tengan comida, pues no suelen recibir muchos visitantes. Si conoces a alguien cerca, vas con guía o lo dices en el hotel en el que te alojes, pueden intentar llamar para avisar.

vistas agua ize
Vistas desde el bar de Agua Izé

Praia Micondó

Por muchos motivos, la de Micondó es probablemente la mejor playa que ver en en este de Santo Tomé y Príncipe.

Se encuentra a medio camino entre São João dos Angolares y Agua Izé, por lo que es una parada perfecta para darse un chapuzón entre palmeras.

Praia Micondó
Praia Micondó es una de las más bonitas del este de Santo Tomé y Príncipe

Si una cosa tiene Praia Micondó es precisamente esto, que al contrario que otras playas de la zona, en las que se hace complicado el baño, esta es perfecta para nadar o tumbarse a tomar el sol en su amplio tramo de arena.

El acceso, como casi siempre en Santo Tomé y Príncipe, no es demasiado bueno, pero al menos es muy corto. Desde la carretera principal sale un camino (no está indicada) que, en apenas unos metros te deja junto a un pequeño puente por el que hay que seguir caminando y llegar a la playa en pocos metros.

UNA PLAYA PARA PRACTICAR SURF: Alguna playas con mucho encanto por la zona, aunque la más famosa tras Micondó es la Praia das Sete Ondas, famosa por su oleaje y que atrae a los aficionados al surf que llegan a Santo Tomé y Príncipe. En la misma playa hay un pequeño chiringuito en el que alquilan tablas de surf y ayudan a los novatos.

Vistas del Pico Cão Grande, el gran icono que ver en Santo Tomé y Príncipe

La imagen del Cão Grande fue posiblemente lo que me acabó llevando hasta Santo Tomé y Príncipe, por lo que encontrarme por fin frente a él era cumplir uno de esos pequeños retos viajeros.

Los puntos panorámicos desde los que se puede ver este peculiar capricho de la naturaleza se encuentran en el tramo de carretera que va desde São João dos Angolares hasta la pequeña localidad de Monte Mario.

Pico Cao Grande en Santo Tomé y Príncipe
Una de mis vistas favoritas del Cao Grande

Sencillamente recorre esta carretera sin prisas. El primer punto está cuando la carretera empieza a ascender, mientras que el siguiente spot será la evocadora imagen del pico apareciendo tras la carretera. Después viene un pequeño puente sobre un riachuelo, un poco más adelante el del palmeral y por último el del río, justo al cruza un puente.

Vistas del Pico Cao Grande desde Praia Grande
Desde Praia Grande hay una de las grandes vistas del Cao Grande

Por último, 1 kilómetro exacto después de pasa el puente en sentido sur, si tomas el desvío hacia Praia Grande, puedes dejar el coche a un lado del camino paralelo a la playa y seguir caminando hasta el punto en el que desemboca el río, a escasos 300 metros y tener otra gran perspectiva.

De hecho, personalmente esta fue una de las mejores, porque además de la descomunal e inesperada vista, nos permitió conocer allí a Tomás, un madrileño que llevaba varios años viviendo en la isla y que está haciendo un alojamiento con bungalows en la misma arena de Praia Grande (tiene previsto abrir para diciembre 2022 y pintan de maravilla). 

Seguro que hay más, pero estos fueron los que nosotros pudimos ver.

Cascada de Praia Pesqueira

Esta encantadora cascada situada a poca distancia del pueblo de Ribeira Peixe, en Praia Pesqueira, es una de las pequeñas joyas del este de Santo Tomé.

A la cascada también se la conoce como Cascada de Ribeira Peixe y parte de su encanto radica, además de en las formaciones de basalto, en que se encuentra a pocos metros del mar en una estampa idílica.

Se accede a través de un camino a unos metros de distancia de la pista que conduce a Ribera Peixe (también se puede llegar desde aquí) que atraviesa un pequeño pueblo con casas de madera a ambos lados de una calle polvorienta y un montón de niños que te darán las indicaciones oportunas para aparcar el coche.

Cascada de Pesqueira con un grupo de niños
Hay algunos sitios que es imposible visitarlos sin (mucha) compañía

Por supuesto, en cuanto salgas del coche, esos mismos niños y adolescentes serán tus compañeros de camino hasta la cascada.

Desde hace poco hay un pequeño bar apostado en la parte alta de la orilla que da a Ribera Peixe (aparece señalizado en la carretera como Complexo Miobá), con vistas directas a la cascada y también se están construyendo un par de cabañas que en teoría servirán como alojamiento.

Roça São João dos Angolares

En realidad, la parada no es tanto por el interés de la Roça en si misma, sino por la posibilidad de dormir en ella y vivir una excelente experiencia gastronómica.

En la actualidad es posible alojarse en el edificio de los antiguos administradores de la explotación, una bonita mansión colonial de tonos azulados con varias habitaciones sencillas, pero bien acondicionadas (eso sí, al menos la nuestra, con un colchón que parecía una piedra).

Roça Sao Joao dos Angolares
Vale mucho la pena alojarse en la Roça Sao Joao dos Angolares

El otro punto fuerte de esta roça es su restaurante, con unas vistas sensacionales de Praia Santa Cruz y una oferta gastronómica vanguardista que brinda la opción de comer un menú degustación por 30 euros a base de platos de tradición local y productos de la isla, elaborado por el reconocido chef João Carlos Silva, que tuvo su propio programa de televisión en Portugal.

También se pueden contratar actividades, excursiones, visitar su pequeño museo o incluso hacer clases de cocina, aunque lo mejor es disfrutar de la experiencia de dormir en un edificio con tanta historia.

Muy cerca también puedes dormir en la encantadora Roça Santo Antonio Ecolodge, un alojamiento que cuidan con esmero y con un buen restaurante.

ALTERNATIVA PARA COMER: A pocos metros se encuentra el restaurante Miónga (que significa “mar” en un dialecto local), donde es posible comer un menú variado y con productos de calidad por unos 12 euros por persona (bebida incluida). Es uno de los mejores sitios para comer en la costa este, muy recomendable.

El Interior de Santo Tomé: entre roças y cascadas

En el corazón de la isla encontramos algunas rutas para adentrarnos en el Parque Natural Obô y un enorme legado cultural en algunas de sus roças, aunque es cierto que no guarda el mismo interés que otras partes, sí que hay varios lugares que se encuentran entre los imprescindibles que ver en Santo Tomé y Príncipe.

Roça Monte Café

Es una de las roça más antiguas que se pueden ver en Santo Tomé y Príncipe y gracias a Mady, quien nos interceptó en la entrada y nos hizo de guía por la comunidad, pudimos conocerla a fondo (los guías de esta roça tienen un precio establecido de 3 euros por persona).

La Roça Monte Café fue fundada en 1858 por un brasileño que, tras ver las condiciones del terreno, pensó que eran ideales para el cultivo de café y por eso decidieron dedicar sus esfuerzos a ello en detrimento del cacao. El resultado es un café de las variedades robusta y arábica de primera calidad.

Nuestra guía en Monte Café
Mady fue neustra guía en Monte Café

En la actualidad todavía se produce café y cacao a pequeña escala y la gestión y los beneficios van para la propia comunidad, que tiene una escuela primaria y recientemente creó también una secundaria, como bien nos explicó Mady durante nuestra visita a la Roça Monte Café.

Allí mismo, además de un entramado de calles sin asfaltar con casas de madera a ambos lados y animales y niños deambulando a sus anchas, es posible visitar el Museo del Café y tomar una deliciosa taza de cosecha local.

También puedes comer o tomar un delicioso café con aromas a vainilla del que presumen en el restaurante Efraim, un pequeño local gestionado con mucho cariño en el interior de la explotación.

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Cascada São Nicolau

Un camino sin asfaltar y pedregoso conduce hasta la base de esta hermosa cascada que, con 30 metros de altura, es una de las cascadas más altas que se pueden ver en Santo Tomé y Príncipe.

Pese a las malas condiciones del camino (en época seca no está tan mal), lo peor son los niños de los alrededores, que pueden llegar a ser un incordio importante (a nosotros hasta se nos subieron literalmente encima del coche en marcha).

Cascada de Sao Nicolau
En época seca, la Cascada de Sao Nicolau baja con muy poca agua

Dejando esto a un lado, la Cascada de São Nicolau es una visita imprescindible y si el tiempo lo permite, hasta puedes darte un pequeño chapuzón.

Otras cascadas como Bombaim, Milagrosa o la pequeña cascada Blu Blu, son opciones alternativas en la zona, aunque ninguna tan espectacular como la Cascada de São Nicolau.

Casa Museo Almada Negreiros

Restaurada y convertida en museo desde el año 2015, esta antigua casa colonial de la familia de Almada Negreiros ofrece la posibilidad de conocer la obra del artista y a la vez, de disfrutar de una apasionante experiencia gastronómica.

Elaboran un menú degustación con dos entrantes, un plato principal y un postre que cuesta 17 euros por persona, a lo que hay que sumar la bebida.

Café y cacao, piezas fundamentales de la gastronomía de Santo Tomé y Príncipe
Café y cacao, piezas fundamentales de la gastronomía de Santo Tomé y Príncipe

La experiencia es una delicia, con productos locales y platos tradicionales presentados y explicados con cariño y atención. Un lujo por muy poco dinero.

Puedes acabar con un intenso café local y acompañado de unas delicias de cacao, la culminación perfecta a este viaje con el paladar.

Nosotros fuimos sin reserva y había sitio, pero si podéis avisar en el alojamiento en el que estéis que llamen para reservar, mucho mejor.

Lagoa Amélia, ruta hasta uno de los lugares más curiosos que ver en Santo Tomé y Príncipe

Fue una de las primeras cosas que decidimos hacer en Santo Tomé y Príncipe y nos pareció una maravilla.

Cuando empezábamos a dudar de si habíamos cogido el camino correcto, llegamos hasta el Jardín Botánico de Bom Sucesso, donde acaba la carretera y empieza la ruta hasta el cráter del Lagoa Amélia.

El camino se adentra de lleno en el Parque Nacional Ôbo y tiene una duración de entre 2 y 3 horas en total, contando ida y vuelta.

La experiencia fue fabulosa, de las que reconcilian a uno con el mundo, pues más allá de la belleza de los paisajes o la flora y fauna local, saber que éramos los únicos en hacer la ruta aquel día (nos lo dijo el guarda del Jardín Botánico), nos hacía sentir en el lugar remoto y salvaje que veníamos buscando en Santo Tome y Príncipe.

Descansando durante nuestra ruta hasta el Lagoa Amélia
La ruta hasta el Lagoa Amélia es una excursión sencilla y muy bonita

La meta es un antiguo cráter volcánico que llegó a ser una laguna (de ahí su nombre), pero que hoy está seco. O casi seco, porque si entras en el cráter, notarás como el suelo se vuelve frágil y gelatinoso, mientras los pies empiezan a hundirse lentamente. Todavía hay agua allí abajo, si vas solo, ¡pisa con cuidado!

Aunque casi todas las rutas en la isla es mejor hacerlas con guía, lo cierto es que esta es muy sencilla y puedes ahorrártelo.

Nosotros decidimos hacerla por nuestra cuenta y es muy fácil seguir el sendero con una aplicación como Maps.me, una de las aplicaciones que siempre usamos en nuestros viajes.

DORMIR EN EL INTERIOR DE SANTO TOMÉ
Hay un pequeño alojamiento con cuatro habitaciones en plena naturaleza y a pocos minutos de todos los lugares que hay que visitar en esta parte de Santo Tomé. Las habitaciones son muy cómodas, amplias y están decoradas con mucho gusto. Además, puedes cenar allí mismo, cocinan de maravilla. El alojamiento se llama Eden Valley Ecolodge and Farming y puedes reservar aquí.

El Norte de Santo Tomé: de playas y una frenética capital

Una de las zonas que atrae menos turismo (si cabe) es el norte de la isla, donde sin embargo hay algunas playas excepcionales y una de las roças con más historia de todas las que se pueden ver en Santo Tomé y Príncipe, además de, por supuesto, la capital nacional.

Santo Tomé, una capital frenética e intensa

Frenética, animada y colorida, la capital saotomense en un hervidero de gente que va y viene, de furgonetas y coches amarillos que hacen de taxis compartidos y de motos, muchas motos.

No es que tenga un gran interés, pero si tienes unas horas al principio o final de tu viaje, vale la pena empaparse de la otra Santo Tomé, la de una ciudad africana, aunque en miniatura.

La vida transcurre alrededor de sus dos mercados, el Mercado Nuevo y el Mercado Viejo, apenas diferenciados por los colores de sus fachadas, ya que, en realidad fuera de ellos es dónde más gente hay.

Bandera de Santo Tomé y Príncipe
Aquí, junto a la bandera de Santo Tomé y Príncipe

Muy cerca, la coqueta Iglesia Conceiçao, de fachada rosada y bonitos tonis azules en el interior, o la más grande Catedral de Nuestra Señora de Gracia, la iglesia más antigua del país, son los centros religiosos de la ciudad, aunque carecen de historia.

Desde allí puedes enlazar con el degradado paseo marítimo, un decadente paseo que transcurre junto al mar en el que puestos de fruta y pescadores se suceden entre bocinas de coches que intentan adelantar a motocicletas y unas vistas a varios barcos naufragados o varados. La estampa es cuanto menos curiosa.

Al final del paseo se encuentra el Fuerte de San Sebastián, una bonita construcción colonial del siglo XVI que hoy alberga el Museu Nacional de Santo Tomé y Príncipe entre sus muros.

LA HORA DEL CAFÉ: La chocolatera Diogo Vaz tiene una bonita tienda-cafetería junto a su fábrica en la Avenida Marginal 12 Julho. Abre todos los días de 8 am – 8 pm y sirven buen café y dulces hechos con cacao. Especialmente recomendable el brownie y las cookies, una auténtica delicia. La cafetería se encuentra en un encantador jardín y es el lugar perfecto para tomarse un respiro. También puedes comprar todos sus productos, incluidas sus famosas tabletas de chocolate o una delicada selección de bombones.

Dónde comer en Santo Tomé capital

La oferta gastronómica es amplia en la capital y hay varios restaurantes interesantes con vistas al mar, como el Filomar, con Praia Lagarto de fondo, o el O’Pirata, más céntrico y tocando el mar.

En ambos abundan los platos de pescado fresco y hay alguna opción vegetariana, aunque escasa en ambos casos, limitándose a un plato de verduras hervidas, arroz y huevos y a un plazo de pasta en el caso del O’Pirata.

En el centro, en la Avenida das Naçoes Unidas, hay dos buenos locales con una carta que combina platos locales e internacionales.

Restaurante Papa Figo
Los platos del Restaurante Papa Figo son una delicia

El primero es el Papa Figo, que personalmente lo considero el mejor sitio donde comer en Santo Tomé capital. Sirven buenas raciones y hacen unas sabrosas pizzas. Hay una buena oferta vegetariana, otro punto a favor.

El segundo, a unos metros de distancia, es el 90 graus Esplanada Bar, regentado por el italiano Nicola y bastante frecuentado por turistas, hace unas buenísimas pizzas al horno de piedra y tiene un café de primera.

Dónde dormir en la capital

Hay alojamientos de varios tipos y para todos los gustos, pero yo te voy a dar el nombre de dos de ellos: el mejor de la capital y el que creo que tiene mejor calidad-precio.

El mejor hotel para dormir en la capital Santo Tomé es, sin duda, el Omali Lodge, un alojamiento con todas las comodidades en el que evadirse del alboroto capitalino. Habitaciones amplias, piscina y buena comida a un precio elevado, aunque no prohibitivo.

El otro alojamiento es el Sweet Guest House, un pequeño hotel boutique de estilo africano con habitaciones no demasiado grandes (aunque de buen tamaño) y bien situado, a pocos metros del centro de la ciudad. El transfer al aeropuerto cuesta 7 euros por persona y trayecto.

Aunque solo sea por nombrarlas, los hoteles de la cadena Pestana suelen ser los preferidos para grupos internacionales y turistas que buscan el trato más exclusivo de la ciudad. El Hotel Pestana Miramar se ubica en la zona más noble, mientras que el Pestana Sâo Tomé está al otro extremo de la avenida, ambos frente al mar.

Lagoa Azul, una de las playas más pintorescas que ver en Santo Tomé y Príncipe

Ubicada tras un corto desvío de la carretera principal a unos 20 minutos de la capital, se encuentra una de los mejores sitios para bañarse en esta parte de la isla, la bonita Lagoa Azul.

Su belleza no es únicamente por ser una de las playas más bonitas de Santo Tomé y Príncipe, sino por todo lo que la envuelve: una costa repleta de imponentes baobabs y un faro sobre la colina adyacente, hacen de la Lagoa Azul una estampa idílica.

Lagoa Azul
¡La Lagoa Azul es irresistible!

Dos cosas innegociables: subir hasta el faro (apenas 5 minutos a pie) y deleitarse con las vistas que brinda de esta pequeña laguna y darse un baño en sus aguas transparentes, a poder ser con unas gafas de snorkel para disfrutar de la vida marina.

Suele ser una escapada perfecta desde la capital junto con Praia dos Tamarindos y Praia dos Gobernadores, dos de las playas tortugueras por excelencia en el norte del país.

Esta fue una de las primeras imágenes que pudimos ver en Santo Tomé y Príncipe que de verdad nos impactó, una combinación sublime de colores y una postal extraordinaria.

Roça Agostinho Neto

Fundada en 1865, esta roça es una de las que guarda más historias entre sus muros.

Por tamaño, la de Agostinho Neto fue una de las explotaciones que más cacao producía en las islas y fue capital en el desarrollo de esta industria para Santo Tomé y Príncipe.

La importancia de la roça fue tal que llegó a aparecer en los antiguos billetes de 5.000 Dobras hasta el año 2018.

Antiguo hospital Roça Agostinho Neto
El antiguo hospital de la Roça Agostinho Neto es una de las imágenes que más impactan de Santo Tomé y Príncipe

Una de esas historias que guarda la roça es precisamente sobre su nombre, ya que no siempre se llamó así, pues su nombre original era el de Roça Rio do Ouro, pero en 1979, tras la muerte del Primer Presidente y Héroe Nacional de Angola, Agostinho Neto, se cambió su nombre en homenaje a una figura que tuvo gran relevancia en a independencia saotomense.

El resto de historias es mejor descubrirlas in situ, caminando por la gran avenido que conduce al antiguo hospital, hoy en ruinas, aunque hogar de varias familias. Una de las imágenes más impactantes que ver en Santo Tomé y Príncipe y que habla por si sola de lo que fueron y lo que son las islas.

Cuidado, que en nuestra visita a la Roça Agostingo Neto descubrimos que, ¡también tiene su propia cascada y puedes bañarte!

Praia dos Gobernadores

Fiándonos del GPS, llegamos a la Praia dos Gobernadores de una manera un tanto descontrolada, atravesando varios caminos de cabras casi impracticables y cruzando por mitad de su campo de fútbol la aldea de Canavial, donde nos miraban con caras de extrañeza y curiosidad mientras nos indicaban la dirección correcta.

Pero llegamos. Y allí nos esperaba una maravillosa playa de arena blanca en la que no había un alma y que tuvimos para nosotros solos.

Praia dos Gobernadores
Praia dos Gobernadores fue una de las primeras que conocimos en nuestro viaje por Santo Tomé y Príncipe

Esta playa, por cierto, inspiró al escritor Miguel Sousa Tavares en su best seller “Ecuador” y a nosotros nos dio la bienvenida a las solitarias playas del norte.

Para llegar, el camino correcto es ir hasta Guadalupe y allí tomar el desvío hacia la derecha que conduce a la playa.

Praia dos Tamarindos

Esta playa de fina arena blanca y rodeada de árboles de tamarindos (un fruto delicioso, por cierto), se encuentra a tan solo un kilómetro de Praia dos Gobernadores, aunque el camino hace que tardes al menos 10 minutos en coche.

Es más pequeña que la anterior y suele haber algunos niños merodeando siempre la playa, pero también nos pareció más bonita.

Aquel día, Praia dos Tamarindos era un remanso de paz, con varios niños jugando en la arena y nosotros embobados con la belleza de una de las primeras playas que fuimos a ver en Santo Tomé y Príncipe.

El Sur de Santo Tomé: un paraíso para las tortugas

Por fin en el paraíso. El sur de la isla es uno de los lugares más mágicos que ver en Santo Tomé y Príncipe, en el que las playas vírgenes son el hogar de tortugas y ballenas.

Praia Inhame

Pasada la costera población de Porto Alegre, se llega a este pequeño paraíso tortuguero conocido como Praia Inhame.

La playa es encantadora, con finísima arena y flanqueada por enormes palmeras, mientras el Islote de Rolas se mantiene siempre presente en el horizonte. 

Esta ya serían motivos suficientes para venir hasta aquí, pero más allá de su innegociable belleza, lo mejor de esta playa es que es uno de los principales puntos de anidación de tortugas en el sur de Santo Tomé y Príncipe.

Praia Inhame
Pasamos unos días geniales en Praia Inhame

Para ello, nada mejor que quedarse en uno de los bungalows del Ecolodge de Praia Inhame, ideal vivir esta fascinante experiencia en temporada (de octubre a abril) o para ver ballenas jorobadas desde la terraza del mismo bungalow (de julio a octubre).

Nosotros nos alojamos aquí cuatro noches y vimos más de diez ballenas pasar, saltar y juguetear a pocos metros de la costa, una experiencia que no se puede vivir todos los días.

Otro punto a favor de Praia Inhame es que desde aquí salen botes cuando lo necesites hasta el Islote de Rolas (10 euros ida y vuelta por persona) y así evitas desplazarte hasta Porto Alegre.

VER BALLENAS JOROBADAS EN EL SUR: Entre los meses de julio y octubre las ballenas jorobadas pasan por las costas de Santo Tomé y Príncipe en lo que es un fabuloso espectáculo natural. El mejor lugar para verla es desde Praia Inhame, puesto que suelen pasar entre esta playa y el Islote de Rolas. Para verlas, puedes alojarte en el ecolodge o tomar algún bote desde la playa. Si estás allí alojado y ves pasar una, puedes decirles que te acerquen en bote a verla en el mismo momento (cuidado, siempre de manera respetuosa con el animal; motor apagado y distancia prudencial).

Praia Jalé, la playa más tortuguera que ver en Santo Tomé y Príncipe

Pasada la entrada hacia Praia Inhame, si sigues el pedregoso camino llegarás hasta Praia Jalé, la playa tortuguera por excelencia en Santo Tomé y Príncipe.

Suele haber bastante oleaje, por lo que no es la mejor playa para bañarse, aunque es una maravilla para la vista, con uno largo tramo de arena custodiado por altas palmeras y probablemente el mejor sitio para ver el proceso de desove o nacimientos de las tortugas marinas.

Praia Jalé
Agua, sol y arena, un plan que nunca falla

Hay varios bungalows en la misma arena desde donde vivir la experiencia tortuguera es de lo más auténtico: el Jalé Ecolodge y el más reciente Domus Praia Jalé, que además tienen un pequeño restaurante.

Praia Piscina

Situada entre Praia Inhame y Praia Jalé, esta es una de las playas más espectaculares que ver en Santo Tomé y Príncipe.

A nosotros, Praia Piscina fue una de la que más nos sorprendió porque rompe con lo que uno espera al ir a una playa y de hecho, la sorpresa fue tan grata que no dudamos en volver varias veces.

Praia Piscina
¡Praia Piscina es una pasada!

Una enorme masa rocosa de basalto ha invadido la parte izquierda de la playa creando una especie de piscinas naturales que se alimentan del agua del océano. Una postal completada por bonitas palmeras y acantilados con caprichosas formas rocosas de fondo.

Puedes llegar caminando en 15 minutos desde Praia Inhame o hacerlo en coche a través de una pista sin asfaltar y pedregosa.

Piscina artificial en Praia Piscina
En Praia Piscina se forman piscina artificiales como esta

Como os decía, nosotros fuimos varias veces y la diferencia entre un día y otro eran abismales. El paisaje cambia por completo en función de si hace sol o no, así como de si hay mejor o peor mal. ¿Notáis las diferencias?

Praia Vánhá (Va Inha) y un caprichoso jardín

Pasada Praia Jalé, cuando el camino parece haber acabado, este sigue adelante por una estrecha pista hasta una bifurcación de caminos donde deberás dejar el coche.

A Praia Va Inha, salvaje y casi engullida por la naturaleza, se llega descendiendo por un camino a la izquierda, mientras que en el lado opuesto encuentras un pequeño alojamiento con un par de bungalows y otros tantos espacios para gampling.

El chiringuito de Praia Va Inha
En este chiringuito encuentras todo lo que te puedas imaginar

El alojamiento en cuestión es propiedad de un francés, pero lo más interesante es que tiene su propia plantación de vainilla, cacao, canela, jengibre y otros productos locales con los que experimentan en una pequeña cabaña y de donde salen algunos resultados asombrosos, como el licor de cacao o vainilla, su salsa picante malagueta o una deliciosa y casera ginebra.

Si tienes suerte puedes encontrar aquí a Bastien y Delicia, que han creado su propia marca que denominan “Delicias das Ilhas” y que también comercializan en la capital y si no la tienes, no dudes en preguntar igualmente, porque siempre habrá alguien dispuesto a mostrarte este peculiar lugar y dejarte probar alguno de sus inventos (se pueden comprar).

São Miguel, la última aldea y una cascada escondida

A medio camino entre Santa Catarina y Porto Alegre, cuando las últimas pistas para coches han sigo engullidas por la vegetación muchos kilómetros antes, aparece la diminuta comunidad de São Miguel, el lugar más aislado y remoto que visitamos en nuestro viaje a Santo Tomé y Príncipe.

Solo se llega a pie (en un camino de varias horas) o en algún bote desde cualquiera de los dos extremos que tarda aproximadamente entre hora y hora y media.

Praia Sao Miguel
La solitaria Praia Sao Miguel fue todo un descubrimiento

Nosotros preguntamos en Praia Inhame y tomamos allí mismo un bote que nos llevó hasta São Miguel a través de una costa cada vez más abrupta en la que el basalto y el verde se entremezclaban en un paisaje propio del jurásico.

Una vez allí, nos recibía una playa virgen y las miradas curiosas de las apenas 10 personas que viven de manera permanente allí, en mitad de la nada. 

Cascada de Sao Miguel
Llegar hasta la cascada de Sao Miguel es una de las alternativas menos comunes, pero el premio es una pasada

Además de la exuberante playa, una espectacular cascada con perfectas columnas de basalto y una ermita escondida entre la maleza son patrimonio suficiente para afirmar que São Miguel es uno de los lugares más enigmáticos y a la vez espectaculares que pudimos ver en Santo Tomé y Príncipe.

Pero las sorpresas no acaban aquí y desde la playa hay que volver a subirse al bote para llegar en apenas 10 minutos a la cascada de São Salvador, en realidad una especie de tesoro secreto que ni siquiera la mayoría de locales conocen y que surge del espeso verde dejándose caer hasta el mar.

Si el sur de Santo Tomé te parece lejano y remoto, São Miguel es el sur del sur.

Submarinismo en Santo Tomé y Príncipe

El fondo marino de las islas, igual que su superficie, es salvaje e inexplorado, por lo que bucear en Santo Tomé y Príncipe es una experiencia que, sin llegar a la espectacularidad de otros lugares, dota de una nueva dimensión al viaje.

El norte y el sur son los mejores lugares para explorar el fondo saotomense y la agencia afincada en los hoteles Pestana, Dive Tribe (110 euros por dos inmersiones con todo incluido), es la mejor compañía para lanzarse al mar, que cuenta con un centro de buceo en la capital y otro en la Isla de Rolas, habiendo mantenido su sede en las antiguas instalaciones del resort que había en la isla.

Nosotros elegimos el sur, donde hay mayores posibilidades de avistar fauna marina, mientras que en el norte destacan las inmersiones en pecios. Eso sí, lleva siempre un buen seguro de viaje que cubra estas actividades.

Delfines en Santo Tomé y Príncipe
El avistamiento de cetáceos es una de las actividades más famosas que se pueden hacer en Santo Tome y Príncipe

En el sur hay varios puntos interesantes para bucear, principalmente alrededor del Islote de Rolas, con sinuosas formaciones rocosas, pequeñas cuevas, túneles naturales y fauna, mucha fauna. Diría que esta es la mejor zona con diferencia.

Fueron dos sesiones de buceo excelentes, aunque debo reconocer que todo es más precario que en otras partes del mundo. Una pequeña barca de pesca es suficiente para salir a buscar el punto de inmersión, cargados con los equipos y un oleaje de mil demonios. 

¿Compensa? Poco tiene que ver, por ejemplo, con bucear en Seychelles, pero diría que sí. Además, por el camino vimos hasta cinco ballenas jorobadas, un premio extra que no esperábamos, pero que disfrutamos igual o más que el buceo.

EXCURSIÓN EN CANOA POR LOS MANGLARES DE MALANZA: La comunidad de Malanza, justo antes de llegar a Porto Alegre, organiza excursiones en canoa por los manglares de la zona. Duran un par de horas y son ideales para ver macacos (de hecho hay pocos sitios más donde verlos). Cuestan 10 euros por persona y se pueden reservar in situ o en el Ecolodge de Praia Inhame. Los beneficios van para la comunidad de Malanza.

El Islote de Rolas (Ilhéu das Rolas): el centro del mundo está en Santo Tomé y Príncipe

No hay discusión, el Islote de Rolas (o Ilhéu das Rolas), la más pequeña de las tres islas habitadas del archipiélago, es uno de los sitios más bonitos y espectaculares que ver en Santo Tomé y Príncipe, y lo es por muchos motivos.

El primero es por su ubicación, que hacen de este pedazo de tierra el punto más próximo al centro del planeta, ya que es el territorio más cercano al punto en el que se cruzan meridiano de Greenwich y paralelo del Ecuador.

Centro del mundo en la Isla de Rolas
¡El centro del mundo está en la Isla de Rolas!

Por eso en Rolas encuentras un enorme mapa marcando justo ese lugar, una de las grandes curiosidades de Santo Tomé y Príncipe, y que han sabido adornar a las mil maravillas.

La isla es pequeña, apenas se necesitan un par de horas (sin correr demasiado) para recorrerla entera y solo deberás decidir si hacerlo por tu cuenta o acompañado por uno de los guías locales que te abordarán nada más bajar de la barca.

As Furnas y la enorme columna de vapor de agua
As Furnas es uno de los lugares más curiosos de la Isla de Rolas

Hasta antes de la pandemia Rolas era el hogar de uno de los hoteles más exclusivos de Santo Tomé y Príncipe, el Pestana Equador, pero se cerró meses después de que el covid irrumpiese en el mundo (no tiene fecha de reapertura) y en la actualidad apenas vive aquí una comunidad de 200 personas, casi todas ex-trabajadoras del resort.

Acompañado o en solitario, no puedes perderte lugares como As Furnas, un enorme agujero en la roca por el que se filtra el agua del mar creando un curioso efecto géiser o Praia Escada, difícil para el baño, pero excelente para la vista y para ver tortugas cuando es época de desove, ya que esta es una de sus playas favoritas en el Islote de Rolas.

Praia Bateria
Praia Bateria es la más famosa del Islote de Rolas
Praia Café de la Isla de Rolas
Praia Café es una de las mejores para bañarse en la Isla de Rolas

Aquí también se encuentra una de las playas más fotogénicas que se pueden ver en Santo Tomé y Príncipe, Praia Bateria, un pequeño trozo de arena que emerge de un espeso verde y bañada por un agua de un turquesa casi deslumbrante.

Las últimas dos playas en la lista de imprescindibles en el Islote de Rolas son, sin duda, Praia Joana Praia Cafe, otra pequeña pero fabulosa playa que resulta irresistible.

El Oeste de Santo Tomé: dónde todo empezó

Escarpada y abrupta, la costa oeste de Santo Tomé una de las puertas de entrada al Parque Natural Obô, así como fue la puerta de entrada de los portugueses a esta isla hace ya varios siglos.

Dormir en el Mucumbli, un hotel con encanto

En esta parte de la isla se encuentra uno de los HOTELES (sí, con mayúsculas) de Santo Tomé y Príncipe.

Se trata del Mucumbli, un ecolodge encantador con cabañas frente al océano, un restaurante con vistas descomunales y una excelente cocina en su restaurante, donde combinan gastronomía local e italiana gracias al dueño de Mucumbli, el italiano Tiziano.

Hotel Mucumbli
Las cabañas del Mucumbli son la leche

Sin duda, alojarse en una de esas pintorescas cabañas y ver cada mañana la inmensidad del océano al levantarte, es una de las cosas que no olvidarás de la isla. Puedes leer mi artículo con todos nuestro alojamientos en las islas, pero te lo advierto, es imperativo, ¡alójate al menos un par de noches en el Mucumbli!

Roça Diogo Vaz, el mejor cacao de Santo Tomé y Príncipe

La mayor Roça de esta parte de la isla fue y sigue siendo a día de hoy una de las referencias a nivel mundial en la plantación y producción de cacao.

No entraba en nuestros planes iniciales conocerla, pero finalmente la visita a la Roça Diogo Vaz acabó brindándonos una grata sorpresa en la que pudimos descubrir sus bosques de cacao, sus instalaciones (secaderos, almacenes…) e incluso nos adentramos en las calles de su comunidad, formada por mayoría de descendientes de caboverdianos.

Nada más entrar, en la parte derecha, puedes ver de inmediato los edificios que formaban parte de la zona noble y la torre que marcaba el momento de iniciar la jornada con su campana.

diogo vaz
Nuestro guía durante la visita a Diogo Vaz

En una de las enormes mansiones han habilitado una guesthouse con unas pocas habitaciones y en el salón de la misma es donde nos recibe nuestro guía en el interior de la roça (la visita guiada tiene un precio establecido de 10 euros por persona e incluye una cata de algunos chocolates y una taza de café).

Nos cuenta que la roça hace años que la adquirió el grupo francés Kennyson, que es quien la gestiona junto con la tienda-cafetería de la capital, decorada con muy buen gusto, por cierto, y que contrasta con las polvorientas y destartaladas chabolas en las que vive aquella comunidad.

OTRAS ROÇAS EN LA ZONA: Igual que la mayoría de la isla, esta parte también está llena de roças que hoy se han convertido en pueblos. Dos de las más importantes son Ponta Figo, muy cerca de Neves y de gran importancia en el pasado, todavía viven unas 1000 personas que trabajan en el cacao o el Mucumbli, y Monte Forte, que ha habilitado uno de sus mayores edificios en un modesto hotel-restaurante con unas vistas de escándalo y dónde puedes alojarte.

Fin de la carretera

Pasado el pueblo de Santa Catarina, la carretera sigue hasta toparse con el Río Lembá y allí, un enorme puente totalmente en ruinas marca que aquel es el final de la carretera en esta parte de la isla.

No es más que un hecho anecdótico, ya que en realidad la carretera tan solo continuaba en su tramo original 2 kilómetros más hasta la Roça Punta Furada, pero me pareció uno de esos lugares curiosos que ver en Santo Tomé y Príncipe.

Puente destruido al final de la carretera de Santo Tomé
Aquí se acaba la carretera…

Decenas de niños juguetean entre las ruinas del puente y algunos locales te dicen que puedes cruzar en coche por el río y enlazar de nuevo con la carretera que, en realidad no lleva ya a ninguna parte, por lo que ni siquiera nos paramos a pensarlo.

Túnel de Santa Catarina, uno de los iconos más fotogénicos que ver en Santo Tomé y Príncipe

Poco después de pasar la roça Diogo Vaz y antes de entrar en Santa Catarina, aparece uno de los iconos más fotografiados de la isla y de todo Santo Tomé y Príncipe: el famoso túnel de Santa Catarina.

Túnel Santa Catarina de Santo Tomé y Príncipe
El túnel que todo el mundo conoce en Santo Tomé y Príncipe

No es más que un túnel excavado en la roca, pero la pintoresca carretera que transcurre a pocos metros del mar flanqueada por esbeltas palmeras se ha convertido en parada obligatoria de todos los viajeros que llegamos a la isla y una postal que nadie quiere olvidar.

Anambó, el inicio de la historia de Santo Tomé y Príncipe

Una pequeña placa recordatoria y un pilar de piedra blanco con el escudo de armas portugués coronado por una cruz que, en realidad es una copia del monumento que marca cada tierra conquistada por los portugueses desde el siglo XV, recuerdan aquel hito en esta descuidada explanada frente al mar.

Fue aquí donde los navegantes lusos desembarcaron y descubrieron a finales del siglo XV un pedazo de tierra hasta entonces ignoto.

Anambo recuerda donde llegaron los portugueses
Anambo recuerda donde llegaron los portugueses

Hoy cuesta un poco menos llegar, porque han habilitado un camino pedregoso que esquiva un antiguo puente que cayó derrumbado tras un desbordamiento del río que atravesaba y que servía para acceder a la zona.

No suele ser un lugar muy visitado, pero con algo de tiempo y curiosidad, nos pareció uno de esos planes interesantes que puedes hacer en Santo Tomé y Príncipe para salir de las rutas más trilladas, si es que las hay en estas islas.

Cascada Angolar y el Camino del Agua

Adentrarse en el Parque Natural Obô es hacerlo en un bosque primario en el que puedes hacer una profunda inmersión en la flora y fauna local.

De entre todas las rutas que hay en el interior del área protegida, la denominada como ‘Camino del Agua’ es una de las más espectaculares.

Entrada al túnel previo a la Cascada Angolar
Y tú, ¿entrarías o no?

La ruta son apenas dos horas y media en total y su singularidad radica en que atraviesa cinco túneles de la antigua central hidroeléctrica portuguesa (que todavía hoy está en funcionamiento) hasta llegar a la imponente cascada Angolar, de 30 metros de altura y enmarcada en una especie de habitación rocosa.

No cabe duda que la cascada es el principal atractivo de la ruta y de hecho diría que es una de las más altas que se pueden ver en Santo Tomé y Príncipe, pero atravesar esos túneles en completa oscuridad (el más largo mide 400 metros), con agua hasta las rodillas y esquivando murciélagos, atribuye al camino una divertida dosis de aventura.

Cascada Angolar
Hasta llevando poca agua, la Cascada Angolar es una maravilla

Por supuesto, para esta ruta hasta la Cascada Angolar (o Angolares) es capital llevar un guía. En el Mucumbli puedes contratarlo por unos 30 euros por pareja (desconozco el precio si es grupo es mayor).

Otras rutas que puedes hacer son la que lleva hasta el Pico São Tomé (normalmente se tardan dos días y una noche) y la que lleva hasta la base del Pico Cão Grande, que dura unas 6 horas entre ida y vuelta.

Qué ver en la Isla de Príncipe

La pequeña de las islas fue nuestra cuenta pendiente en este viaje, ya que nos cancelaron el vuelo varios días seguidos hasta confirmarnos que no saldría un vuelo hacia Príncipe hasta el viernes siguiente y nosotros volvíamos a casa el sábado.

Aquello fue un pequeño traspiés, porque lo teníamos todo bien organizado y unas ganas inmensas de descubrir todos los atractivos de la isla de Príncipe, sin duda, una de las joyas que hay que ver en Santo Tomé y Príncipe. ¡Tocará volver!

Pese a que no puedo profundizar, he querido compartir de una manera breve toda la información que reuní para visitar la isla.

Isla de Príncipe
Foto extraída de un banco de imágenes

Todo parte en la pequeña Santo Antonio, centro neurálgico de la isla y donde se sitúan la mayoría de alojamientos y restaurantes.

Pero no íbamos hasta la isla de Príncipe para quedarnos en Santo Antonio, sino para gozar con su flamante naturaleza. Y para ello, lo mejor es hacerlo desde algunos de los puntos panorámicos alrededor de la isla.

No podían faltar el mirador de Oqué Daniel o el de São Joaquim, en el costado oeste de la isla, muy cerca del majestuoso hotel Roça Sundy, uno de los más exclusivos de todo Santo Tomé y Príncipe.

En el lado este, no íbamos a perdernos sus dos miradores más populares: Terreiro Velho y Nova Estrela.

Isla de Príncipe
Foto extraída de un banco de imágenes

Y no íbamos a dejarnos el mirador por antonomasia de la isla de Príncipe, el que brinda las mejores vistas de Praia Banana. ¡Un clásico!

Más allá de los miradores, hay tres playas entre las mejores que ver en Santo Tomé y Príncipe y donde es posible darse un baño: Praia Banana, Praia Macaco y Praia Boi, todas ellas muy accesibles desde otro de los mejores alojamientos de la isla de Príncipe, la Roça Belo Monte.

Finalmente, no pensábamos dejar pasar la oportunidad de navegar hasta la Bahía de las Agujas en un bote desde el que, con algo de suerte y teniendo en cuenta que era buena época, existían posibilidades de volver a ver ballenas

Con esta lista en tus manos y ahora que ya sabes todo lo que puedes hacer en Santo Tomé y Príncipe, ¿te aventuras a descubrir uno de los países más singulares del continente africano? Si todavía tienes dudas, este artículo con mis 10 razones para viajar a Santo Tomé y Príncipe, ¡te acabará sacando de dudas!

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