Quien es San Jos�

San Jos� con Jes�sSAN JOS�
ESPOSO DE MAR�A y PADRE VIRGINAL DE JESUS

FIESTA: 19 de marzo

Modelo de padre y esposo, patr�n de la Iglesia universal, de los trabajadores, de infinidad de comunidades religiosas y de la buena muerte.

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San Jos�. el esposo de Mar�a, Francisco Fern�ndez
Virgen Mar�a
"hermanos de Jes�s"

A San Jos� Dios le encomend� la inmensa responsabilidad y privilegio de ser esposo de la Virgen Mar�a y custodio de la Sagrada Familia. Es por eso el santo que m�s cerca esta de Jes�s y de la Stma. Virgen Mar�a.

Nuestro Se�or fue llamado "hijo de Jos�" (Juan 1:45; 6:42; Lucas 4:22) el carpintero (Mateo 12:55).

No era padre natural de Jes�s (qui�n fue engendrado en el vientre virginal de la Stma. Virgen Mar�a por obra del Esp�ritu Santo y es Hijo de Dios), pero Jos� lo adopt� y Jes�s se someti� a el como un buen hijo ante su padre. �Cu�nto influenci� Jos� en el desarrollo humano del ni�o Jes�s! �Qu� perfecta uni�n existi� en su ejemplar matrimonio con Mar�a!

San Jos� es llamado el "Santo del silencio" No conocemos palabras expresadas por �l, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protecci�n como padre responsable del bienestar de su amad�sima esposa y de su excepcional Hijo. Jos� fue "santo" desde antes de los desposorios. Un "escogido" de Dios. Desde el principio recibi� la gracia de discernir los mandatos del Se�or.

Las principales fuentes de informaci�n sobre la vida de San Jos� son los primeros cap�tulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las �nicas fuentes seguras por ser parte de la Revelaci�n. 

San Mateo (1:16) llama a San Jos� el hijo de Jacob; seg�n San Lucas (3:23), su padre era Heli.  Probablemente naci� en Bel�n, la ciudad de David del que era descendiente. Pero al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciaci�n), San Jos� viv�a en Nazaret.

Seg�n San Mateo 13:55 y Marcos 6:3, San Jos� era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero. San Justino lo confirma (Dial. cum Tryph., lxxxviii, en P. G., VI, 688), y la tradici�n ha aceptado esta interpretaci�n.

Si el matrimonio de San Jos� con La Stma. Virgen ocurri� antes o despu�s de la Encarnaci�n aun es discutido por los exegetas. La mayor�a de los comentadores, siguiendo a Santo Tom�s, opinan que en la Anunciaci�n, la Virgen Mar�a estaba solo prometida a Jos�.  Santo Tom�s observa que esta interpretaci�n encaja mejor con los datos b�blicos.

Los hombres por lo general se casaban muy j�venes y San Jos� tendr�a quiz�s de 18 a 20 a�os de edad cuando se despos� con Mar�a. Era un joven justo, casto, honesto, humilde carpintero...ejemplo para todos nosotros.

La literatura ap�crifa, (especialmente el "Evangelio de Santiago", el "Pseudo Mateo" y el "Evangelio de la Natividad de la Virgen Mar�a", "La Historia de San Jos� el Carpintero", y la "Vida de la Virgen y la Muerte de San Jos�) provee muchos detalles pero estos libros no est�n dentro del canon de las Sagradas Escrituras y no son confiables.

Amor virginal

Algunos libros ap�crifos cuentan que San Jos� era un viudo de noventa a�os de edad cuando se cas� con la Stma. Virgen Mar�a quien tendr�a entre 12 a 14 a�os. Estas historias no tienen validez y San Jer�nimo las llama "sue�os". Sin embargo han dado pie a muchas representaciones art�sticas. La raz�n de pretender un San Jos� tan mayor quiz�s responde a la dificultad de una relaci�n virginal entre dos j�venes esposos. Esta dificultad responde a la naturaleza ca�da, pero se vence con la gracia de Dios. Ambos recibieron extraordinarias gracias a las que siempre supieron corresponder. En la relaci�n esposal de San Jos� y la Virgen Mar�a tenemos un ejemplo para todo matrimonio.  Nos ense�a que el fundamento de la uni�n conyugal est� en la comuni�n de corazones en el amor divino. Para los esposos, la uni�n de cuerpos debe ser una expresi�n de ese amor y por ende un don de Dios.  San Jos� y Mar�a Sant�sima, sin embargo, permanecieron v�rgenes por raz�n de su privilegiada misi�n en relaci�n a Jes�s.  La virginidad, como donaci�n total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compart�an entre s� los frutos del amor que recib�an de Dios.

El matrimonio fue aut�ntico, pero al mismo tiempo, seg�n San Agust�n y otros, los esposos ten�an la intenci�n de permanecer en el estado virginal. (cf.St. Aug., "De cons. Evang.", II, i in P.L. XXXIV, 1071-72; "Cont. Julian.", V, xii, 45 in P.L.. XLIV, 810; St. Thomas, III:28; III:29:2).

Pronto la fe de San Jos� fue probada con el misterioso embarazo de Mar�a. No conociendo el misterio de la Encarnaci�n y no queriendo exponerla al repudio y su posible condena a lapidaci�n, pensaba retirarse cuando el �ngel del Se�or se le apareci� en sue�o:

"Su marido Jos�, como era justo y no quer�a ponerla en evidencia, resolvi� repudiarla en secreto. As� lo ten�a planeado, cuando el Angel del Se�or se le apareci� en sue�os y le dijo: �Jos�, hijo de David, no temas tomar contigo a Mar�a tu mujer porque lo engendrado en ella es del Esp�ritu Santo. Despertado Jos� del sue�o, hizo como el Angel del Se�or le hab�a mandado, y tom� consigo a su mujer." (Mat. 1:19-20, 24).

Unos meses mas tarde, lleg� el momento para S. Jos� y  Mar�a de partir hacia Bel�n para apadrinarse seg�n el decreto de Cesar Augustus. Esto vino en muy dif�cil momento ya que ella estaba en cinta. (cf. Lucas 2:1-7).

En Bel�n tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. All� naci� el hijo de la Virgen. El atend�a a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual ser�a su estado de admiraci�n a la llegada de los pastores, los �ngeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentaci�n de Jes�s en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se dec�a de �l".(Lucas 2:33).

Despu�s de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al ni�o. San Jos� escuch� el mensaje de Dios transmitido por un �ngel: �Lev�ntate, toma contigo al ni�o y a su madre y huye a Egipto; y estate all� hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al ni�o para matarle.� Mateo 2:13.  San Jos� obedeci� y tomo responsabilidad por la familia que Dios le hab�a confiado.

San Jos� tuvo que vivir unos a�os con la Virgen y el Ni�o en el exilio de Egipto.   Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no ten�an el apoyo de familiares o amigos, ser�an v�ctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San Jos� acept� todo eso por amor sin exigir nada. 

Una vez mas por medio del �ngel del Se�or, supo de la muerte de Herodes: "�Lev�ntate, toma contigo al ni�o y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del ni�o.�  El se levant�, tom� consigo al ni�o y a su madre, y entr� en tierra de Israel.  Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir all�; y avisado en sue�os, se retir� a la regi�n de Galilea". Mateo 2:22.

Fue as� que la Sagrada Familia regres� a Nazaret. Desde entonces el �nico evento que conocemos relacionado con San Jos� es la "p�rdida" de Jes�s al regreso de la anual peregrinaci�n a Jerusal�n (cf. Lucas 2, 42-51).  San Jos� y la Virgen lo buscaban por tres angustiosos d�as hasta encontrarlo en el Templo.  Dios quiso que este santo var�n nos diera ejemplo de humildad en la vida escondida de su sagrada familia y su taller de carpinter�a.

Lo mas probable es que San Jos� haya muerto antes del comienzo de la vida p�blica de Jes�s ya que no estaba presente en las bodas de Cana� ni se habla mas de �l. De estar vivo, San Jos� hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con Mar�a. La entrega que hace Jes�s de su Madre a San Juan da tambi�n a entender que ya San Jos� estaba muerto.

Seg�n San Epifanius, San Jos� muri� en sus 90 a�os y la Venerable Bede dice que fue enterrado en el Valle de Josafat. Pero estas historias son dudosas. 


La devoci�n a San Jos� se fundamenta en que este hombre "justo" fue escogido por Dios para ser el esposo de Mar�a Sant�sima y hacer las veces de padre de Jes�s en la tierra.  Durante los primeros siglos de la Iglesia la veneraci�n se dirig�a principalmente a los m�rtires. Quiz�s se veneraba poco a San Jos� para enfatizar la paternidad divina de Jes�s. Pero, as� todo, los Padres (San Agust�n, San Jer�nimo y San Juan Cris�stomo, entre otros), ya nos hablan de San Jos�.  Seg�n San Callistus, esta devoci�n comenz� en el Oriente donde existe desde el siglo IV, relata tambi�n que la gran bas�lica construida en Bel�n por Santa Elena hab�a un hermoso oratorio dedicado a nuestro santo.

San Pedro Cris�logo: "Jos� fue un hombre perfecto, que posee todo g�nero de virtudes" El nombre de Jos� en hebreo significa "el que va en aumento. "Y as� se desarrollaba el car�cter de Jos�, crec�a "de virtud en virtud" hasta llegar a una excelsa santidad.

En el Occidente, referencias a (Nutritor Domini) San Jos� aparecen  en el siglo IX en martirologios locales y en el 1129 aparece en Bologna la primera iglesia a �l dedicada.  Algunos santos del siglo XII comenzaron a popularizar la devoci�n a San Jos� entre ellos se destacaron San Bernardo, Santo Tom�s de Aquino, Santa Gertrudiz y Santa Br�gida de Suecia. Seg�n Benito XIV (De Serv. Dei beatif., I, iv, n. 11; xx, n. 17), "La opini�n general de los conocedores es que los Padres del Carmelo fueron los primeros en importar del Oriente al Occidente la laudable pr�ctica de ofrecerle pleno culto a San Jos�".

En el siglo XV, merecen particular menci�n como devotos de San Jos� los santos Vicente Ferrer (m. 1419), Pedro d`Ailli (m. 1420), Bernadino de Siena (m. 1444) y Jehan Gerson (m. 1429).  Finalmente, durante el pontificado de Sixto IV (1471 - 84), San Jos� se introdujo en el calendario Romano en el 19 de Marzo. Desde entonces su devoci�n ha seguido creciendo en popularidad.  En 1621 Gregorio XV la elev� a fiesta de obligaci�n. Benedicto XIII introdujo a San Jos� en la letan�a de los santos en 1726.

San Bernardino de Siena  "... siendo Mar�a la dispensadora de las gracias que Dios concede a los hombres, �con cu�nta profusi�n no es de creer que enriqueciese de ella a su esposo San Jos�, a qui�n tanto amaba, y del que era respectivamente amada? " Y as�, Jos� crec�a en virtud y en amor para su esposa y su Hijo, a qui�n cargaba en brazos en los principios, luego ense�� su oficio y con qui�n convivi� durante treinta a�os.

Los franciscanos fueron los primeros en tener la fiesta de los desposorios de La Virgen con San Jos�. Santa Teresa ten�a una gran devoci�n a San Jos� y la afianz� en la reforma carmelita poni�ndolo en 1621 como patrono, y en 1689 se les permiti� celebrar la fiesta de su Patronato en el tercer domingo de Pascua. Esta fiesta eventualmente se extendi� por todo el reino espa�ol. La devoci�n a San Jos� se arraigo entre los obreros durante el siglo XIX.  El crecimiento de popularidad movi� a P�o IX, el mismo un gran devoto, a extender a la Iglesia universal la fiesta del Patronato (1847) y en diciembre del 1870 lo declar� Santo Patriarca, patr�n de la Iglesia Cat�lica. San Leo XIII y P�o X fueron tambi�n devotos de San Jos�. Este �ltimos aprob� en 1909 una letan�a en honor a San Jos�.

Santa Teresa de Jes�s   "Tom� por abogado y se�or al glorioso San Jos�." Isabel de la Cruz, monja carmelita, comenta sobre Santa Teresa: "era particularmente devota de San Jos� y he o�do decir se le apareci� muchas veces y andaba a su lado."

"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo...No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a El se encomiendan...Solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y vera por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devocion..." -Sta. Teresa.

San Alfonso Mar�a de Ligorio nos hace reflexionar: "�Cu�nto no es tambi�n de creer aumentase la santidad de Jos� el trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron juntos?" Jos� durante esos treinta a�os fue el mejor amigo, el compa�ero de trabajo con qui�n Jes�s conversaba y oraba. Jos� escuchaba las palabras de Vida Eterna de Jes�s, observaba su ejemplo de perfecta humildad, de paciencia, y de obediencia, aceptaba siempre la ayuda servicial de Jes�s en los quehaceres y responsabilidades diarios. Por todo esto, no podemos dudar que mientras Jos� vivi� en la compa��a de Jes�s, creci� tanto en m�ritos y santificaci�n que aventaj� a todos los santos.

Bibliograf�a: Souvay, Charles L., Saint Joseph, Catholic Encyclopedia,   Encyclopedia Press, Inc. 1913.

Foto: San Jos� con el ni�o Jes�s; Convento de las Visitantinas, Ciudad del Este, Paraguay. /- Padre Jordi Rivero.

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