El último baile de Samantha Stosur

El último baile de Samantha Stosur

Australia, próxima parada de la campeona del US Open 2011, podría dar paso a un año de felicidad viajando con su esposa y su hija. 

Carlos Navarro | 12 Dec 2022 | 15.01
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Samantha Stosur. Fuente: Getty
Samantha Stosur. Fuente: Getty

La carrera de Samantha Stosur es una de las más ilustres dentro del circuito femenino a lo largo de la última década. La campeona australiana divisa los grandes focos desde la barrera, pero se mantiene extremadamente competitiva a sus 38 años, y no tiene planes de dejar el tenis a corto plazo. Parecía que los tiempos estaban bastante claros: retirada del individual en el Open de Australia 2022 y réplica un año posterior en la categoría de dobles... pero, a solo un mes del comienzo de la acción en Melbourne Park, Stosur podría darse una nueva oportunidad más y consumar un último baile que involucra directamente a su familia.

Y es que ha sido un año de subidas y bajadas para la campeona del US Open 2011, que comenzó diciendo adiós al individual en casa, no sin antes darlo todo y despedirse con una victoria ante Robin Anderson. Aquello, según comenta en declaraciones a The Age, fue la mejor forma de decir adiós a la modalidad que tantas alegrías le había dado. "El año pasado fue enorme, aquel era mi último torneo de singles. Anunciar mi retirada fue una decisión importante, pero sentí que me estaba quitando un gran peso de encima. Me encantó, no podría haberme despedido de una mejor forma. Sinceramente, no pensaba que a estas alturas seguiría jugando y estaría aquí de nuevo, así que tener la oportunidad de volver a casa parece algo extra, un bonus".

El convencimiento de que el final está cerca dejó paso a una época de puro disfrute personal. Ya habían sido dos las cargas que Stosur se había quitado de encima: el desgaste y la exigencia del circuito WTA en individual y, meses antes, anunciar por fin al mundo su relación con su esposa, Liz Astling. Ambas tienen una hija, Evie, quien se convirtió en el motor principal de Stosur. La australiana tomó la decisión de viajar con ellas por todo el circuito, algo que puede llegar a ser estresante en ciertas ocasiones, pero que acabó por convertirse en una maravillosa satisfacción. "En el tercer y último viaje, por fin lo clavamos. Estaba un poco preocupada por estar en Nueva York con ella, ya que es una ciudad caótica y ruidosa, pero se vino arriba y le encantó. Estaba con muchas ganas de ver la Gran Manzana, aunque jamás haya visto una gran manzana", afirma con ternura Stosur sobre su hija.

La guinda en el pastel del año fue la sorprendente llamada a la Billie Jean King Cup, donde formó parte de la inesperada aventura australiana. En la final no pudieron con Suiza, pero Stosur fue una más en el equipo y contribuyó al punto decisivo de dobles ante Gran Bretaña en las semifinales. El peso en el vestuario es tan claro que le ha llevado a ser cocapitana, junto a Lleyton Hewitt, en la edición inaugural de la United Cup, un extra de motivación más para alguien que se ve con más fuelle para continuar.

INCERTIDUMBRE Y GANAS DE CONTINUAR

Volver a casa es señal de felicidad para Stosur, pero un nuevo año también supone nuevos comienzos... y eso ya no lo tiene tan claro. "Veremos. Primero competiré en enero, después de eso no lo tengo claro. Es un poco extraño: siento que mi vida y la de mucha gente discurre así en los últimos tiempos. Estoy simplemente fluyendo. Solo me centro en llegar a enero y hacerlo lo mejor posible tanto en el dobles como en el dobles mixto. Quiero disfrutar, salir ahí una vez más, con la adrenalina de ver qué ocurrirá".