Simon Verhoeven ('Bienvenidos a Alemania') comienza por todo lo alto. Con los componentes de Milli Vanilli diciendo: “Puede que no lo creáis, pero una vez fuimos las estrellas más grandes del planeta. ¿Sabéis por qué? Porque os dimos lo que queríais”. El anzuelo resulta irresistible, sabiendo que el suyo sigue figurando como el mayor escándalo de la industria de la música. Bailaban como locos, eran guapos, las fans los adoraban. Pero un día se descubrió que no cantaban sino que hacían playback sobre las voces de otros, y el mundo se vino abajo. La generación más joven vive acostumbrada a niveles de artificio estratosféricos en la música, pero para quienes compraban discos y DC’s en los 80 aquello fue lo más parecido al final de la inocencia.

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Gordon Timpen

La historia desgrana la figura clave de Frank Farian (peculiar productor alemán creador también del fenómeno Boney M.) y traza el recorrido del engaño, convirtiendo a Fab Morvan y Rob Pilatus, los ‘cantantes’ de marras, más en víctimas que en villanos. "Aunque no éramos ningunos santos", aclaran mirando a cámara. El punto de vista resulta infalible: ellos mismos cuentan lo que pasó. Pero en el uso de este recurso la película tropieza una y otra vez.

Como lo hace a partir del segundo acto, cuando se adentra en la etapa del estrellato y la fama de unos chicos no muy espabilados a los que cegó el éxito. Ahí el kisch de los ricos de los ochenta, la superficialidad y el esperpento se descontrola por momentos.

Pero la película tiene sus virtudes, entre ellas contar con los derechos de todas las canciones originales para su banda sonora. Aunque parezca obvio son muchos los biopics de músicos que se han rodado sin ellos, casi siempre con malos resultados (entre los más recientes 'El joven Morrisey', sobre el cantante de The Smiths, 'Stardust', acerca de David Bowie o 'Priscilla', que no cuenta ni con un solo tema de Elvis). También la garantía de veracidad de la historia, al contar tanto con el apoyo de Morvan y la familia de Pilatus (fallecido en 1998), como con el de los verdaderos cantantes de sus éxitos. De hecho uno de ellos, Brad Howell, y la hija de otro, Jasmin Davis, ejercen de productores asociados. Tal vez este estreno empuje a que alguna plataforma a emitir en nuestro país el documental 'Milli Vanilli: El mayor escándalo en el mundo de la musica', presentado en el último festival de Tribeca.

De momento, esta ficción prueba que la evolución en el terreno de las coreografías ha avanzado más en los últimos 20 años que en los 2.000 anteriores. Esto, junto con los outfit del momento y los retazos de nostalgia (ojo al clip de Beatriz Pécker presentando 'Rockopop' en TVE), la convierte en un auténtico placer culpable para quienes vivieron esa época.

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Para darse un placer culpable recordando escándalos de los 80.

Lo mejor: Que tras varios intentos se lleve, al fin, esta rocambolesca historia al cine.

Lo peor: Que a medida que avanza el metraje tengamos más la sensación de que estamos viendo un videoclip de 1989.

Ficha técnica

Dirección: Simon Verhoeven Reparto: Matthias Schweighöfer, Tijan Njie, Elan Ben Ali: País: Alemania Año: 2024 Fecha de estreno: 27-3-2024 Género: Biopic Guion: Simon Verhoeven Duración: 123 min.

Sinopsis: Milli Vanilli, el dúo formado por el alemán Rob Pilatus y el francés Fab Morvan, se convirtió en un fenómeno del pop a finales de los 80 y principios de los 90. Hasta que se desveló que no eran ellos quienes cantaban, sino que solo hacían playback sobre las voces de otros. Su estrepitosa y mediática caída fue uno de los mayores escándalos de la historia de la música.

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YouPlanet Pictures
Headshot of Laura Pérez
Laura Pérez

Laura es crítica de cine y periodista cultural. La primera vez que fue al cine vio ‘E.T. el extraterrestre’, y eso no se olvida nunca.  Ha escrito sobre teatro, música, arte, fotografía, arquitectura y gastronomía en ‘Elle’ y ‘Harper’s Bazaar’. En ‘Fotogramas’ se especializa en lo que podríamos llamar ‘cine de autor’, aunque toca todos los palos.

Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y se especializó en el conflicto en Irlanda del Norte en la Queen University of Belfast. Lo que le llevó a verse ‘Agenda Oculta’ (Ken Loach, 1990), ‘En el nombre del padre’ (Jim Sheridan, 1997), ‘Bloody Sunday’ (Paul Greengrass, 2002) y todas las películas que tuvieran que ver con el IRA.

Viajó a Cuba para estudiar en la EICTV (Escuela Internacional de Cine y Televisión) de San Antonio de los Baños, donde vio mucho cine latinoamericano y bebió demasiados mojitos. También rodó un documental en la isla lleno de personajes maravillosos. Uno de sus primeros trabajos fue en el canal de televisión ‘Cineclassics’, donde coescribió el documental ‘El cine durante la Guerra Civil Española’.

Adora ‘El imperio del sol’ (Steven Spielberg, 1987), ‘Drácula de Bram Stoker’ (Francis Ford Coppola, 1992), ‘Thelma & Louise’ (Ridley Scott, 1992) y ‘La edad de la inocencia’ (Martin Scorsese, 1993). Pero, en general, siente predilección por las películas pequeñas que cuentan historias en las que nadie se fijaría si se las cruzara por la calle. Le gusta ese cine que vive más allá de los márgenes del entretenimiento.

Ha coescrito el libro ‘Cine y Moda’ (Ed. Pigmalion Edypro) y a lo largo de su carrera ha entrevistado a intérpretes y cineastas como Helen Mirren, Al Pacino, Jessica Chastain, Isabelle Huppert, Juliette Binoche, Julianne Moore, Hirokazu Koreeda, Sam Mendes, Jonathan Glazer, Margot Robbie, Ryan Gosling, Jude Law o Hugh Jackman.