Tres errores históricos dolorosos del final de 'Salvar al Soldado Ryan'

Segunda Guerra Mundial

Tres errores históricos dolorosos del final de 'Salvar al Soldado Ryan'

Pol Miró Sánchez, graduado en dirección cinematográfica por la ESCAC, ha lanzado estos días un ‘Verkami’ con el que busca rodar ‘Point Jordan’, un cortometraje que se zambulle en la Segunda Guerra Mundial y en la labor de las tropas paracaidistas durante el Desembarco de Normandía

El filme bebe en parte de los hechos acontecidos en el puente de La Fière, la cruenta contienda en la que –según explica uno de los asesores históricos del proyecto, Gerard Romagosa–, se inspira la parte final de la famosa película ‘Salvar al soldado Ryan’

El capitán Miller dispara a un tanque Tiger I al final de la película ABC
Manuel P. Villatoro

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Imposible no conocer la escena. Junio de 1944. Un grupo de Rangers y paracaidistas de la mitificada 101ª División Aerotransporta de los Estados Unidos salvaguarda el lejano puente de Ramelle , en Normandía , de las hordas alemanas. Los nazis arrojan de todo contra ellos: panzers, unidades de élite de las Waffen-SS , artillería… A los norteamericanos solo les queda resistir y rezar para recibir ayuda, pues los pasos sobre el río Merderet son escasos y suponen un tesoro para el avance de los aliados. Sin desvelar lo que sucede después –cosas del respeto cinematográfico, aunque han pasado ya más de dos décadas desde su estreno– huelga decir que el final de ‘Salvar al soldado Ryan’ logró estremecer a neófitos y estudiosos de la Segunda Guerra Mundial .

Pero toca romper mitos. Si usted, amable lector, creció en los noventa ya es hora de que sepa la verdad. «La película es espectacular, pero muestra elementos que no corresponden con la realidad. El pueblo de Ramelle, donde está el puente, no existe. Y tampoco hubo en él Rangers que se enfrentaran a tropas de las Waffan-SS o a tanques pesados Tiger I. Pero, a pesar de todas estas licencias, tiene una clara inspiración en la batalla por el puente de La Fière». El que habla a ABC es Gerard Romagosa , miembro del grupo de recreación ‘ First Allied Airborne Catalunya ’ y, estos días, asesor histórico del proyecto ‘Point Jordan’, un cortometraje que se rodará en las próximas semanas y para el que su director, Pol Miró , recauda financiación a través de la plataforma Verkami .

Como le pasó a Steven Spielberg , Miró, de apenas 22 años, también ha bebido de la que fue una de las misiones principales de los soldados aerotransportados durante el Desembarco de Normandía: lanzarse tras las líneas enemigas para asegurar los puentes sobre los ríos galos. La llave para liberar Europa, ya que su voladura por parte de los germanos retrasaría la acometida sobre París y daría el aire suficiente a Adolf Hitler para reorganizar sus tropas y plantear una defensa más eficiente. «En principio contamos la historia de un soldado americano perdido tras las líneas enemigas –encarnado por Jan Zawisza – que tiene que reunirse con sus compañeros. Su objetivo es llegar a un puente y defenderlo. Lo que pasa allí es esencial para la historia», desvela el joven director a este periódico.

De la mano de Romagosa y de la ‘ First Allied Airborne Catalunya ’, Miró y su equipo han descubierto la responsabilidad que recayó sobre los soldados de las tropas aerotransportadas durante el Día D . Batallas por puentes como el del río Orne –orquestada por la 1ª División Aerotransportada británica, los famosos ‘ Red Devils ’– o el Douve –perpetrada por los verdaderos ‘Malditos bastardos’–. Pero también contiendas olvidadas como la de ‘La Fiere’, una minúscula pasarela en la Península de Cotentín que costó a los norteamericanos más de 600 bajas entre muertos y heridos. «Según palabras del brigadier general Samuel Lyman Atwood Marshall , ‘La Fiére fue probablemente la lucha de unidades pequeñas más sangrienta en la experiencia armada de América’», añade el asesor histórico.

[PUEDE CONOCER LOS PORMENORES DEL PROYECTO DE POL MIRÓ AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO]

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Camino al infierno

La batalla por La Fière era determinante para las operaciones del 6 de junio de 1944. «El puente está situado a las afueras de Sainte-Mère-Eglisé y permitía el cruce sobre el río Merderet a través de una carretera elevada, transitable a pesar de las inundaciones de los alrededores», explica Romagosa. En palabras del recreador histórico –gran investigador, junto a su grupo, del Desembarco de Normandía – esta pequeña pasarela de piedra era clave para las tropas que llegaran a la playa de Utah , ubicada en el extremo oeste de la costa. El primer objetivo era impedir que los alemanes enviaran refuerzos que devolvieran a los aliados al mar –el gran temor de Ike Eisenhower –, además de crear el caos en la retaguardia de las tropas de Adolf Hitler .

Con todo, hacerse con La Fière era clave para cortar las conexiones germanas y, a la postre, avanzar hacia Francia. «La captura del puente debía evitar también el movimiento de tropas alemanas en la zona y, en los días posteriores, permitir la salida del 7º Cuerpo de los Estados Unidos para cortar la península de Cotentin y hacerse con el puerto de Cherburgo (básico para recibir refuerzos desde Inglaterra). Solo había dos rutas de salida de esta población hacia el interior: a través de Chef du Pont y de La Fière . Y la última era la óptima para capturar Cherburgo porque el puente de Chef du Pont había resultado dañado», desvela el recreador histórico.

Pol Miró, durante el rodaje del 'teaser' de 'Point Jordan' PM

En la noche del 5 al 6 de junio, soldados de la 82ª División Aerotransportada saltaron sobre La Fière y tomaron el puente. Por desgracia, los alemanes no tardaron en arrojarse contra ellos. «En la madrugada, cuatro panzers de un batallón de formación lanzaron un contrataque contra el puente. Eran un Panzer III , dos Renault R35 y un Hotchkiss H39 . Aunque tres de estos carros de combate eran modelos franceses de principios de guerra capturados por los alemanes y el Panzer III se veía superado por la mayoría de los carros enemigos en el año 1944, suponían una seria amenaza para tropas de infantería aerotransportada, con escaso y modesto armamento antitanque», sentencia el experto.

La batalla que se vivió en las horas siguiente fue un verdadero infierno. En principio, la pericia norteamericana les dio ventaja. «Dos equipos de ‘bazookas’ situados al lado del puente lograron destruir estos tanques y frenar el contraataque. Luego fueron condecorados con la medalla de la Cruz por Servicios Distinguidos, entregada por el General Omar N. Bradley», desvela Romagosa. Sin embargo, el enorme empuje germano les obligó a retirarse. A partir de entonces se inició un toma y daca en el que fallecieron decenas de paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada. Así, durante tres jornadas. «Fue imposible capturarlo porque la zona fue reforzada con la 91ª División de tropas de tierra de la ‘ Luftwaffe ’», completa el recreador.

Muerte en La Fiére

El 9 de junio comenzó una nueva operación para hacerse con el puente bajo la atenta mirada del general James Gavin , al mando de la 82ª División Aerotransportada. Así lo confirma el recreador: «Parecía imposible. La zona alrededor del puente era una región baja de cultivos con muy poca cobertura. Los alemanes habían inundado el terreno abriendo las esclusas y la lluvia de esos días empeoró la situación. Los árboles situados a ambos lados de la carretera eran la única cobertura posible. Eso complicaba mucho el reagrupamiento de las tropas aerotransportadas, su maniobra y ataque». La presión del generalato, sin embargo, hizo que el oficial se personase en la zona y planeara el asalto. Para ello, contó con la ayuda de unidades llegadas en planeador y desde la misma playa de Utah.

«La estrategia fue planificar una barrera de artillera que debía machacar las posiciones alemanas en el lado oeste del río. Acto seguido, el asalto sería encabezado por un batallón del 325º Regimiento de Infantería de Planeadores de la 82ª. Esta unidad no disfrutaba de la plena confianza de los generales Ridgway y Gavin, al mando de la división, ya que había sido agregado a ésta pocas jornadas antes del Día D , pero era un contingente de fuerzas fresco listo para entrar en combate, a diferencia de los regimientos 507º y 508º, que estaban más dispersos y desgastados», desvela el asesor histórico.

Fotograma del protagonista, que recrea a un soldado de la 101ª División Aerotransportada durante el Desembarco de Normandía PM

Con todo preparado comenzó la fiesta, si es que puede denominarse así. «A las 10:45 cesó el bombardeo preliminar a cargo de las baterías del 345º Batallón de Artillería con piezas de 105 y 155 mm. Después, el 3er Batallón del 325º y el 2º del 401º Regimiento de Infantería de Planeadores asaltaron el puente a través de la carretera, por ambos lados. Contaron con el apoyo de carros de combates Sherman del 746º Batallón de Tanques », añade Romagosa. Fue un éxito a pesar de las bajas. El fuego de artillería permitió a las primeras unidades cruzar el puente y establecerse al otro lado. La victoria parecía garantizada.

Pero la realidad es que a los alemanes todavía les quedaba una última carta que jugar. «No tardaron en reaccionar abriendo fuego de mortero y MG-42 . Eso sembró el camino de muertos y heridos. Con el humo y el caos reinante el general Gavin, que observaba los progresos desde retaguardia, dio el asalto por fracasado». Horas después, en medio de la desesperación, el oficial decidió volver a arremeter contra el enemigo. Y esta vez, sí que tuvo suerte. «Una hora más tarde lanzó un segundo ataque, esta vez, integrado con soldados de la primera compañía del 507º Regimiento paracaidista . Al cruzar el puente encontraron a los supervivientes del 325º y 401º, siguieron avanzando y pudieron consolidar el puente de La Fiére. El siguiente paso fue marchar hacia Cauquigny », finaliza Romagosa.

La lucha por el puente de La Fiére costó una infinidad de bajas a los aliados. «Sin lugar a duda fue una de las batallas más dramáticas y sangrientas para los paracaidistas en la fase inicial de la campaña de Normandía. Los batallones de la 82ª División Aerotransportada americana que participaron en la toma del puente sufrieron unas seiscientas bajas aproximadamente entre muertos y heridos», sentencia el experto. Con todo, también recalca que, a pesar de lo que se ha extendido, solo unas pocas decenas se debieron a ahogamientos durante los saltos del 6 de junio. «Los paracaidistas que se ahogaron en terrenos inundados por el peso de su equipo fueron unos 30. Lo que es innegable es que de esta forma sí se perdió mucho material que no se puedo recuperar», finaliza.

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