Al comienzo del documental Quant (2021) la voz en off de la protagonista de la cinta, la icónica diseñadora británica Mary Quant (Londres, 1930), quien popularizó el uso de la minifalda en la Inglaterra de los sesenta y forjó un emporio global, deja claro parte de su filosofía creativa. “La razón de ser de la moda es que consiga que la persona no pase desapercibida, que sea sexy y que se sienta bien”. Pero, ¿sigue teniendo vigencia esta definición? La respuesta la tiene Sadie Frost (Londres, 1965), actriz, empresaria y directora del filme –con el que se inaugura la sexta edición del Moritz Feed Dog, el festival de cine documental de moda que tiene lugar en Barcelona del 12 al 15 de mayo–. “Las mujeres están ahora más sexualizadas que nunca. Cada vez más, se recurre a la cirugía plástica. Esa visión no me interesa para nada, y creo que nos cansaremos de ella pronto. Lo que Mary quería decir es que deberías poder expresarte como eres. Espero que se genere un movimiento que ahonde en la individualidad, la expresividad y la responsabilidad ambiental. Para mí, la cosa más sexy del mundo es la naturaleza”, reflexiona.
Sobre cuáles son los motivos que han llevado a la multifacética Frost a debutar en la dirección audiovisual con este proyecto, la británica afirma que se trata sobre todo de reivindicar la herencia cultural. “Tuve una conversación con mi hija, que está estudiando textiles en la universidad, y no sabía quién era Quant”, explica. “Siento que hay toda una generación de creadores que, a no ser que su legado sea documentado, se van a perder en el olvido de los más jóvenes. Cuanto más lo pensaba, más me parecía que la de Mary era una historia alucinante. Empezando por la relación con su socio, inspiración y marido, Alexander Plunkett-Greene”.
Una historia que la propia diseñadora, ahora una nonagenaria semirretirada de la vida pública, también ha contribuido a contar. “Sí, estuvo involucrada en el proyecto, pero a través de notas y desde la distancia. La grabación coincidió con la pandemia y la prioridad máxima era cuidar la salud. Su hijo, Orlando Plunket Greene, sí que presta declaración al documental”, dice Frost. La cinta cuenta también con el testimonio de personalidades como la magnate del maquillaje Charlotte Tilbury, el director de Vogue UK, Edward Einninful, o Dave Davies, guitarrista de The Kinks. Todos ellos, aúnan sus voces bajo un similar paraguas discursivo: Quant es sinónimo de rebeldía, ruptura, libertad de movimiento y emancipación femenina. Sus diseños están estrechamente vinculados con un momento político en el que la mujer comienza a tener acceso mayoritario a la píldora anticonceptiva y puede, por primera vez, disponer de una carrera e independencia económica.
“Creo que en aquella época, los sesenta y luego los setenta de Vivienne Westwood, era mucho más fácil ser rebelde porque quedaban muchas cosas ante las que rebelarse”, reflexiona Frost. “Con el auge de la ‘cultura celebrity’, es mucho más complicado. La moda se ha convertido en el juego de las celebridades para usar estilismos impactantes, más que de los diseñadores siendo desafiantes en sus propuestas. Ya nada es chocante porque todo el mundo está intentando hacer cosas para conquistar a la personalidad de turno o hacerse viral en redes sociales. Lo inesperado ahora es hacer lo opuesto: algo increíblemente sofisticado o, en contraste, modesto”.
El documental también deja espacio para abordar las nuevas dinámicas de producción en la industria, aún claramente minoritarias. “Yo tengo una marca de ropa sostenible de yoga, y lo cierto es que conseguir materiales 100% reciclados u orgánicos encarece el proceso de fabricación. Pero la gente no quiere pagar más dinero. He desarrollado una sensibilidad que hace que me sienta físicamente revuelta cuando veo a la gente de compras cargando con decenas de bolsas. Ahora sabemos las consecuencias de comprar otro vestido negro. Las generaciones más jóvenes están programadas para el cambio. Espero que ellas sean mejores”.
Por otro lado, ¿qué le parece presentar esta cinta –en la que se habla mucho de la liberación de la mujer– en un momento en el que los titulares apuntan a una erosión de los derechos abortivos en EE.UU? “La polarización y el extremismo social imperantes se alejan del respeto y aspiran a que una opinión prevalezca por encima de la otra. Hasta el punto de hacer leyes que afectan tan negativamente como para que una mujer ni siquiera tenga la capacidad de elección sobre si quiere continuar con un embarazo o no. Quitarle a alguien esa libertad es repugnante”.
Sadie Frost está también plenamente concienciada con la cuestión de la salud mental, otro de los grandes focos de conversación pública en los últimos años. Su padre, el artista psicodélico David Vaughan, sufría distintos trastornos, mientras que ella padeció una depresión posparto severa. “Paso mucho tiempo con gente joven y veo que están luchando para encontrar respuestas sobre adicciones o el hecho de estar creciendo en un mundo tan polarizado, en el que la gente está tan perdida y tan enfadada. Por mi parte, me estoy concentrando en la meditación y la respiración y encontrar tu propia verdad. Hay que entender que, si estás luchando, hay esperanza. Pero necesitas a las personas y las herramientas adecuadas para ello”, cuenta Frost.
Para concluir, una reflexión sobre el amor. Frost es madre de cuatro hijos y estuvo casada con el músico de Spandau Ballet Gary Kemp y, después, con el actor Jude Law. “Lo que he aprendido sobre la vida, y es aplicable al trabajo, la amistad o el matrimonio, es que no puedes moverte en base a motivaciones externas. Si crees que solo por ponerte un vestido bonito te vas a sentir fenomenal, te sentirás fenomenal durante cinco minutos. Tienes que hacer un trabajo interior. Pero no tengo remordimientos. Gracias a todo lo que me ha pasado en la vida, hoy en día por fin sé quien soy”.
