Encuentro con Susana Al-Halabí | Cuidado mutuo para prevenir el suicidio

Conversaciones de salud

Cuidado mutuo para prevenir el suicidio

La psicóloga Susana Al-Halabí derribó mitos alrededor del suicidio en la conversación en las redes sociales de EL PERIÓDICO.

La experta apuntó medidas concretas dirigidas hacia una sociedad promotora del cuidado mutuo como una clave para la prevención.

Susana Al-Halabí, profesora de psicología de la Universidad de Oviedo experta en suicidio.

Susana Al-Halabí, profesora de psicología de la Universidad de Oviedo experta en suicidio. / Fernando Rodríguez

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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El reciente suicidio de Sallent junto a datos del INE que apuntan a un incremento de la conducta suicida juvenil, han disparado las alarmas. Sin embargo, hablar de una “epidemia” de suicidio juvenil es contraproducente. 

“Es un mensaje desesperanzador, que puede desactivar el deseo de pedir ayuda”, observa Susana Al-Halabí, psicóloga de la Universidad de Oviedo. 

Y además no es cierto. En 2021, los suicidios de menores de 15 años aumentaron un 57% en España. Pero eso implicó pasar de 14 a 22 muertes. “Son cifras anecdóticas desde un punto de vista estadístico, aunque cada pérdida es un drama”, observa Al-Halabí. 

La investigadora participó el jueves en una conversación en las redes sociales de EL PERIÓDICO, en el marco de las Conversaciones de Salud, una iniciativa impulsada por el diario con el apoyo de la Fundación Doctor Antoni Esteve

Mitos del suicidio

La investigadora apuntó a las lecturas alarmistas de los datos como uno de los mitos que rodean el suicidio. Otros tienen que ver con el silencio. “Es cuento” o “de eso ni hablar” son respuestas típicas para cerrar una conversación con quien manifiesta intenciones suicidas. La realidad es que explicitarlas no implica que no sean verdaderas y es una manera para aliviarlas.

Pero el mito mayor es que el suicidio es una especie de trastorno. “Vivimos en una sociedad con un modelo biomédico imperante que, en ocasiones, simplifica las causas a meros diagnósticos”, observa Al-Halabí. 

Las raíces de la conducta suicida

La conducta suicida aparece en situaciones límite que le pueden ocurrir a cualquiera. “No es que la muerte sea deseable, pero se convierte en una alternativa aceptable frente a un sufrimiento que es vivido como inescapable, interminable e insoportable”, afirma Al-Halabí. 

Sufrir sin un propósito, sentirse como una carga para los otros o la falta de pertenencia son desencadenantes habituales. En la práctica, se dan en situaciones como desastres naturales, guerras, desempleo o soledad no elegida. 

En el caso de la juventud, la experta apunta al acoso. “Habla de la sociedad que tenemos. Me preocupa que los adultos no podamos atajarlos”, afirma. También apunta a situaciones típicas de la adolescencia, como las grandes preguntas existenciales o los primeros desengaños amorosos. 

Medidas concretas

El remedio principal es “construir comunidades donde […] promocionemos valores de cuidado mutuo”, afirma la investigadora. Eso pasa por el psicólogo escolar, pero también por programas de prevención en las aulas, que desarrollen las competencias sociales y emocionales del alumnado. 

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Fuera de los colegios, las prioridades son un plan nacional de prevención y más psicólogos en la sanidad y los servicios sociales, además de políticas transversales, por ejemplo sobre el consumo de alcohol y de psicofármacos.

Hay razones para la esperanza. “Las crisis de suicidio son pasajeras. Por muy oscuros que parezcas algunos momentos, pasan. He sido testigo de personas que se alegran de haber fracasado en su intento de suicidio y ahora llevan una vida completamente diferente”, concluye.