Rusia amenaza a Occidente por el "extremo peligro" que supone nutrir a Ucrania con tanques y podría adelantar su nueva ofensiva

Rusia amenaza a Occidente por el "extremo peligro" que supone nutrir a Ucrania con tanques y podría adelantar su nueva ofensiva

Un tanque Leopard como los que va a recibir Ucrania.
Un tanque Leopard como los que va a recibir Ucrania.
EFE
Un tanque Leopard como los que va a recibir Ucrania.
El periodista de 20minutos Emilio Ordiz analiza el envío de tanques de Occidente a Ucrania.
Wochit

La invasión rusa de Ucrania entra en un nuevo capítulo y ya van tantos que acumulan varios tomos. Alemania ha dado, por fin, su visto bueno a que Kiev reciba los tan solicitados Leopard, implicándose así Occidente un poco más en el conflicto. Y entonces surge una pregunta: ¿es el envío de tanques ofensivos un giro más dentro de la guerra? La respuesta es que sí. La presión de los aliados ha surtido efecto sobre el canciller Olaf Scholz, que renuncia a la tesis de que su país ha actuado tarde y se ha limitado a defender que ha actuado "en coordinación con el resto de países" y ha reafirmado lo que se lleva repitiendo meses: el apoyo a Kiev se mantendrá todo el tiempo que sea necesario.

Con todo, el objetivo de Berlín es el de "reunir y enviar rápidamente dos batallones con tanques Leopard 2. Además Alemania en un primer paso pondrá a disposición un total de catorce Leopard 2A6 que proceden de las existencias del Ejército federal", explicaron en un comunicado. Al mismo tiempo, dará luz verde al resto de países para que hagan lo propio. En ese grupo de aliados están tanto España como Polonia. Varsovia, de hecho, lleva días clamando por una "coalición" que permita la entrega más ágil de armas a Kiev. Los Bálticos, de hecho, han sido quienes más presión han ejercido sobre el Gobierno de Scholz para que desbloqueara la situación.

También dio un giro en su postura inicial EE UU, que confirmó el envío de 31 Abrams para las tropas ucranianas, que además serán entrenadas en un tercer país, tal como confirmó el presidente Joe Biden en rueda de prensa. Biden aseguró que "el mundo está unido" para preservar "la integridad territorial" de Ucrania y pese al aviso a Putin dice que no se trata de un aviso a Rusia: "Si las tropas rusas vuelven a Rusia esta guerra se acaba".

La reacción de Rusia fue rotunda. "Es una operación destinada al fracaso", afirmaron desde el Kremlin, donde la noticia no sentó nada bien. "No hay duda de que si se toma la decisión de transferir M1 Abrams a Kiev, nuestros militares destruirán los tanques estadounidenses de la misma manera que se destruyen todas las demás muestras de equipos de la OTAN", sostuvo el embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antonov, que se refirió a la decisión de Washington de enviar también carros de combate. Para Moscú las medidas tomadas por Occidente son "otra provocación flagrante".

Nuestros militares destruirán los tanques estadounidenses de la misma manera que se destruyen todas las demás muestras de equipos de la OTAN

En esa misma línea se pronunció Sergei Nechayev, embajador ruso en Alemania, para quien es "extremadamente peligroso" que Berlín haya dado el paso con los Leopard. "Lleva el conflicto a un nuevo nivel de confrontación", avisó. Asimismo, puntualizó que la decisión del Gobierno semáforo implica "la negativa final del país a reconocer la responsabilidad histórica". Con todo, Rusia, que fue socio estratégico de Alemania (sobre todo a nivel energético) de Berlín hasta antes de la invasión, ve la medida como "un daño irreparable" a las relaciones bilaterales.

David Gómez, analista de geopolítica en El Orden Mundial, explica a 20minutos que "es verdad que Rusia ha amenazado con consecuencias fatales" si Occidente suministraba tanques a Ucrania, "porque lo consideraban una declaración de guerra". Pero Gómez se queda con que "es una parte más de una retórica incendiaria" en el marco de la guerra. "No vamos a ver una guerra entre la OTAN y Rusia, primero porque Rusia sabe que esa guerra no la puede ganar", prosigue, porque "la aboca a la vía nuclear, y ese es un escenario que implica la destrucción total".

"Por mucho que Moscú use esas amenazas que en cierto modo le han funcionado con Alemania, no se va a llegar a ese escenario", pero el envío de tanques indica "que habrá una escalada sobre el terreno". Eso sí, el analista no cree que la entrega de Leopard o Abrams sea "la causa" para ese incremento de las hostilidades, sino que se trata más bien "de una consecuencia ante lo que Occidente cree que va a venir" sobre todo en primavera. "Hay bastantes indicios de que Rusia prepara otra ofensiva, por las maniobras en la frontera con Bielorrusia, la movilización de tropas o los cambios en los altos mandos".

Para Pablo del Amo, coordinador de Descifrando la Guerra, el envío de Leopard a Ucrania "no puede ser considerado un casus belli, pero sí supone otra escalada más en la guerra". Para Del Amo una de las conclusiones es clara: "Lo que aumentará será la destructividad del conflicto", porque además la entrega de tanques ofensivos "es otra manera de romper puentes entre Rusia y Occidente". En el escenario actual la vía diplomática -que nunca estuvo cercana realmente- se aleja todavía más. 

"Habrá qué ver que pasos toma Rusia", asume el analista, pero el envío de armas se suma a la movilización parcial rusa. Los dos lados se mueven y eso volverá a notarse en el campo de batalla a medio plazo. "A medida que llegue el material", matiza Del Amo, que al mismo tiempo avisa: "Puede que Moscú lance su nueva ofensiva antes", aprovechando precisamente el impass de unos tres meses que es el tiempo que tardarían en estar operativos los Leopard europeos y los Abrams estadounidenses, con los que también se tendrán que entrenar las tropas de Zelenski. De hecho, tanto Alemania como España esgrimieron que los tanques "necesitan una puesta a punto".

La clave, en general, será la primavera. Una vez que el frío amaine y el terreno vuelva a ser practicable, las dos partes prevén moverse en una nueva ofensiva y contraofensiva. Queda la duda de quién tomará la iniciativa puesto que Ucrania quiere volver al momento que tuvo a finales de 2022 mientras que Rusia necesita apuntarse victorias con las que justificar la invasión. Occidente tiene claro que Kiev no puede perder ya más batallas.

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