Rock y cine, cine y rock, han estado relacionados a lo largo de la historia. Desde que nació ese género musical, surgieron también películas que lo emplearon, ya sea para enriquecer sus bandas sonoras o para desarrollar historias que de una y muchas maneras se relacionaban con la música que desde los años cincuenta del siglo pasado llegó para revolucionar al mundo.
Por supuesto, hubo de todo. Desde cintas infames que usaban al rock para tratar de ridiculizar a los jóvenes que gustaban del mismo, hasta filmes más dignos (en México fue muy notorio el primer caso, con ridiculeces fílmicas como La locura del rock and roll, de Fernando Méndez (1957), Al compás del rock and roll, de José Díaz Morales (1957) o la delirante Los chiflados del rock and roll, también de Díaz Morales y con nada menos que los insignes rocanroleros Agustín Lara, Pedro Vargas y Luis Aguilar en los papeles estelares (¡!).
De entre las muchas películas que existen sobre el tema, hemos elegido una decena de ellas, algunas quizá no tan conocidas por el gran público. En todas, el rock y otros géneros afines son protagonistas de sus tramas.
Esperamos que la selección sea lo suficientemente atractiva para que usted, estimado lector, las vea (o las vuelva a ver) y las disfrute.
1.- The Commitments, de Alan Parker (1991). Espléndida cinta del gran realizador británico, en la que se narra la historia de un esforzado joven irlandés y sus intentos por constituir, en el norte de Dublín, una banda de soul. Todo es magnífico en este filme: el guión, las actuaciones, la fotografía, la producción, las locaciones, el fino sentido del humor y sobre todo la extraordinaria selección de grandes temas de la música soul (sobre todo de la que se grababa en Stax Records) y su interpretación real por parte de los integrantes de The Commitments, la agrupación de nueve miembros que se conformó para la película pero que continuó grabando y presentándose en conciertos durante varios años (el soundtrack es imperdible). Una obra cinematográfica absolutamente recomendable.
2.- The Blues Brothers, de John Landis (1980). Una absoluta maravilla rayana en la genialidad. John Belushi (Jake) y Dan Aykroyd (Elwood) son estos hermanos Blues, criados en un orfanatorio de monjas que está a punto de ser embargado por deudas y cuya madre superiora les encarga (a reglazos) conseguir los once mil dólares que se necesitan para salvar la institución. La encomienda es, como ellos mismos repiten a lo largo del filme, una misión divina (“We’re on a mission from God”). De ahí nace una serie de aventuras que va desde la reconformación de su viejo grupo de blues y soul hasta las intervenciones de grandes figuras de la música negra como Ray Charles, Aretha Franklin, Cab Calloway y James Brown. El ritmo de la cinta es vertiginoso; el humor, cáustico, crítico y absurdo (¡la forma como se burlan de los nazis y de la música country & western!); las actuaciones, soberbias; las escenas de persecuciones, una vorágine de velocidad y destrucción; las coreografías, altamente artísticas; la música, sensacional. Landis es un director que en aquel tiempo estaba en la cúspide de su creatividad (acababa de realizar dos años antes la estrambótica, anárquica e híper irreverente Animal House, también con Belushi). En síntesis: una película a la altura de lo mejor de los Hermanos Marx.
3.- Crossroads, de Walter Hill (1986). Un gran tributo de Walter Hill al blues y a uno de sus principales exponentes de la historia: el enigmático Robert Johnson, el mismo bluesero que, según cuenta la leyenda, obtuvo su genio musical luego de vender su alma al diablo. Con un guión impecable, el también director de joyas como The Warriors (1979) y Streets of Fire (1984) nos conduce, en esta road movie, desde Nueva York hasta el sur profundo estadounidense en la búsqueda que hace un joven guitarrista clásico, fascinado por el blues primigenio (Eugene Martone, interpretado por Ralph Macchio, el original Karate Kid). Para ello se hace acompañar por un antiguo camarada de Johnson (Willie Brown, un Joe Seneca fantástico) hasta llegar a la encrucijada, el cruce de caminos en el que años atrás Robert se habría entrevistado con el demonio en persona. Hay un duelo guitarrístico fuera de serie con Steve Vai y una gran cantidad de momentos memorables, como memorable es la banda sonora de Ry Cooder. Un clásico.
4.- High Fidelity, de Stephen Frears (2000). Una delicia de principio a fin. Basada en la novela homónima del escritor inglés Nick Hornby, Alta fidelidad es una de esas películas que dejan huella. Aunque no es un filme estrictamente “de rock” y podría catalogarse incluso como una comedia romántica, el hecho de que su personaje principal (Rob Gordon, interpretado por John Cusack) sea el propietario de una pequeña tienda de discos de vinil y posea un conocimiento enciclopédico del rock hace que esta música este presente todo el tiempo y no sólo como fondo, sino como protagonista. Jack Black hace uno de sus papeles demenciales, como uno de los amigos más cercanos a Rob, quien gusta de hacer listas de todo, desde las novias que ha tenido hasta su música favorita (que siempre graba en cassettes temáticos). Aparecen actores como Tim Robbins, Catherine Zeta-Jones, Lisa Bonet, Lily Taylor y Joan Cusack). Un filme entrañable, un gran homenaje al rock.
5.- Almost Famous, de Cameron Crowe (2000). Casi famosos se convirtió desde su estreno en un clásico de las películas de rock. En ella, Crowe se retrata a sí mismo cuando tenía catorce años y empezó su precoz carrera como periodista de rock, a principios de los años setenta del siglo pasado, como colaborador de la revista Rolling Stone, cuando esta era todavía un referente del periodismo musical. Con la delicada actuación de Kate Hudson, como la sofisticada y hermosa groupie Penny Lane, la película es un viaje fantástico, aunque tal vez un poco idealizado, por los ambientes del rock sesentero-setentero. Como excelente añadido, cuenta con las actuaciones de Frances McDormand, Philip Seymour Hoffman (como el mítico crítico de rock Lester Bangs) y las todavía muy jóvenes –y hoy muy conocidas– Anna Paquin y Zooey Deschanel. Absolutamente disfrutable, con escenas que se han vuelto icónicas.
6.- Great Balls of Fire, de Jim McBride (1989). Un gran director para una gran biopic, en la que se cuenta la historia del legendario rocanrolero Jerry Lee Lewis y todas las vicisitudes y escándalos de su explosiva carrera, incluido el matrimonio con su prima de trece años. McBride, realizador de joyas como Breathless (1983) y la extraordinaria The Big Easy (1986), posee una muy especial sensibilidad para narrar la historia con la misma agilidad que Lewis tenía en los dedos al aporrear el piano. Además, cuenta con la ayuda de dos estrellas de la actuación como Dennis Quaid, en el papel de Jerry Lee, y la preciosa Winona Ryder, como su prima y esposa Myra Gale Brown, quienes convierten a sus respectivos personajes en un par de sureños entrañables y un tanto exasperantes. La música, sobra decirlo, es fabulosa.
7.- Escuela de rock, de Richard Linklater (2004). The School of Rock es una de las cintas de rock más populares, sobre todo por la actuación de Jack Black como un guitarrista desempleado, quien acaba de ser echado de su grupo de rock y se hace pasar como maestro de música para lograr un empleo de profesor sustituto en una escuela para adolescentes de buena posición económica. El impostor empieza a inocular en sus alumnos el gusto por el rock, al tiempo que los aleja de la música académica más acartonada. Con el toque especial de Linklater, un director que ha realizado películas muy inteligentes sobre la juventud (como la estupenda Dazed and Confused, de 1993), The School of Rock cuenta además con la presencia de la gran Joan Cusack, en el papel de la supuestamente conservadora directora de la escuela. Imperdible.
8.- The Boat That Rocked, de Richard Curtis (2009). Conocida en México como Los piratas del rock, esta cinta británica habla sobre la época de las radiodifusoras piratas en Inglaterra, las cuales transmitían desde embarcaciones situadas en aguas internacionales, para así evadir las estrictas leyes del Reino Unido y hacer lo que la monopólica BBC de Londres se negaba a hacer: difundir el rock. Manejada a manera de agridulce comedia, cuenta con las actuaciones de grandes actores como Philip Seymour Hoffman, Bill Nighy y Keneth Branagh, entre otros.
9.- I Wanna Hold Your Hand, de Robert Zemeckis (1978). Producida por Steven Spielberg, la película se sitúa en 1964, en la ciudad de Nueva York, cuando los Beatles realizan su primera visita a los Estados Unidos. La trama se centra en un pequeño grupo de amigas, fanáticas de los de Liverpool, que hacen hasta lo imposible por tratar de acercarse a ellos, tratando de meterse al hotel donde se hospedan o acudiendo a la histórica presentación que hicieron en el programa de Ed Sullivan. Zemeckis realizó esta desquiciada cinta poco antes de filmar su clásica Volver al futuro y resulta tanto o más divertida que esta.
10.- Walk Hard, de Jake Kasdan (2007). Falsa biografía de un músico ficticio llamado Dewey Cox (interpretado por el siempre estupendo John C. Reilly), a quien vemos desde su infancia y adolescencia, en el sur profundo estadounidense, cuando empieza a interesarse por la música, y su arribo a Nueva York a principios de los años sesenta, donde en pocos años alcanza el estatus de súper estrella del rock (hay una escena muy ingeniosa en la que viaja a La India en 1968 y se encuentra allá nada menos que con los Beatles y hasta tiene una divertida discusión con John Lennon). Más adelante vendrán sus adicciones, su decadencia, sus intentos por regresar a la fama y diversos tópicos comunes a muchos músicos de rock, tratados de una manera deliciosamente paródica.