El fútbol neerlandés llora la muerte del legendario exinternacional Robert ‘Rob’ Rensenbrink, víctima a sus 72 años de artrofia muscular progresiva, que se le diagnosticó en 2012. Se trata de una enfermedad neurológica muy parecida a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Rensenbrink, apodado en su país como “el hombre serpiente”, fue un delantero demoledor que disputó 46 partidos y marcó 14 goles con la irrepetible selección de los Países Bajos en los años 70, conocida como ‘naranja mecánica’ y liderada por Johan Cruyff y Johan Neeskens, que perdió las finales de los Mundiales de 1974 y 1978, perdidas antes los anfitriones República Federal de Alemania (2-1) y Argentina (3-1), respectivamente.
Aquel poste que pudo dar el Mundial a la 'oranje'
Un disparo en la final de 1978 suyo en el minuto 90, con 1-1 en el marcador, encogió las miles de gargantas que abarrotaban el estadio Monumental de Buenos Aires. Rensenbrink llegó a tiempo a un pase aéreo producto de un tiro libre, pero la falta de ángulo y la salida del portero Ubaldo Fillol dificultaron su disparo, que se estrelló en el palo y abocó al partido a la prórroga.
Trunfó con el Anderlecht
A nivel de clubs, Rensenbrink destacó en el Anderlecht belga, con el que ganó 2 ligas (1972 y 1974), 4 Copas (1972, 1973, 1975 et 1976) y, sobre todo, los primeros títulos europeos del histórico club de Bruselas: dos Recopas (1976 y 1978) y dos Supercopas (1976 y 1978).
Debutó como profesional en el DWS de Amsterdam, pero desarrolló su carrera futbolística en Bélgica. El Brujas lo reclutó cuando tenía 18 años y posteriormente fichó por el Anderlecht, donde jugó 260 partidos oficiales, entre 1971 y 1980, y marcó 143 goles. En 1976 recibió la Bota de Oro como mejor jugador de la Liga belga.