Rivaldo: El triunfo del Rey de la Favela

Alto y espigado, aspecto endeble y piernas largas y torcidas; pocos eran los que apostaban por él cuando era un chico pobre. Con su cuerpo desnutrido apenas podía caminar con normalidad pero, dentro de un campo de fútbol era una bestia que hacía magia. Su calidad en la pierna izquierda le dio la oportunidad de mejorar la vida de su familia y el de Pernambuco la aprovechó regalándonos momentos y golazos únicos. Hoy recordamos a un jugador muy infravalorado pero que, por su carrera, su goles y su talento, es  uno de los mejores jugadores brasileños de la historia. Ponte cómodo y disfruta porque hoy, en Memorias del Fútbol, te cuento la Leyenda de Rivaldo.

La Leyenda de Rivaldo : El Rey de la favela

Los inicios de Rivaldo

Vitor Borba Ferreira Gomes nació un 19 de abril de 1972 en Recife (en el estado de Pernambuco). Rivaldo creció en una familia muy humilde y vivió en una favela rozando la extrema pobreza. Su padres apenas podían ofrecerle algo para comer, por lo que Rivaldo recorría las playas como vendedor ambulante para sacar algo de dinero. Cuando terminaba jugaba al fútbol en la playa, donde soñaba con convertirse algún día en un jugador profesional.

Rivaldo comenzó su carrera a los 16 años en el Paulistano. Para ir a entrenar debía recorrer los 15 kilómetros que separaban su barrio del campo de entrenamiento y, como no tenía dinero para transporte, lo hacía a pie. Así se moldearon sus arqueadas piernas y se fue agravando su desnutrido cuerpo. Sus dientes se pudrieron por la falta de calcio pero, pese a su extrema delgadez y la falta de confianza de sus técnicos, Rivaldo continuó jugando con entusiasmo. Ni la trágica muerte de su padre al ser atropellado en un accidente de tráfico, acabaron con su pasión por el fútbol.

Despegue en el Palmeiras

En 1991 Rivaldo fichó por el Santa Cruz de la Serie B y,un año más tarde, recaló en el Marim Esporte Club. Sus buenas actuaciones llamaron la atención de Corinthians, donde recaló en 1993 como cedido. En su debut en la Serie A marcó 11 goles en 21 partidos, aunque el Timão no se decidió a comprar su ficha. En su lugar lo hizo el Palmeiras, que pagó 2,4 millones de reales para hacerse con sus servicios. Su paso por o verdão fue todo un éxito y en sus 2 años con el Palestra Italia jugó 105 partidos, marcó 60 goles y repartió 24 asistencias. Aquel Palmeiras es uno de los mejores equipos brasileños que se recuerdan y, junto a jugadores como; Cafú, Roberto Carlos, Mazinho, Edmundo o Djalminha ganó 2 Campeonatos Paulistas y 1 Liga Brasileña.

Llegada al Deportivo

Un gol desde el centro del campo cambió su carrera y, a base de golazos como ese, Rivaldo llamó a la puerta de los grandes equipos europeos. En 1996 hizo las maletas y acabó firmando por un equipo experto en apadrinar brasileños. Rivaldo se convirtió en el sustituto de Bebeto en el Deportivo de La Coruña, donde demostró que no se habían equivocado  con su fichaje. En su primera temporada marcó 22 en 46 partidos y dejó constancia de su excelente golpeo con la pierna izquierda. Se consagró como un experto lanzador de tiros libres, tenía un buen remate de cabeza y una técnica prodigiosa al servicio de su imaginación.

Fichaje por el Barcelona

Rivaldo era la estrella del equipo pero su periplo en Galicia solo duró una temporada. El brasileño estaba jugando el Trofeo Teresa Herrera y, a escasas horas del cierre del mercado de fichajes, el Barcelona pagó su cláusula de rescisión. Los culés habían perdido a Ronaldo de la misma forma y Louis Van Gaal había solicitado la llegada de otro futbolista. Se gestionaron los fichajes de Julen Guerrero, Denílson o McManaman pero decidieron fichar al brasileño por una cifra récord de 24 millones de euros.

Desde su llegada al Camp Nou se convirtió en una Leyenda, siendo uno de los jugadores más queridos de la plantilla. Su magia sobre el campo se multiplicó con la camiseta azulgrana y sus goles le llevaron a levantar sus primeros títulos con el Barça. En sus 2 primeros años conquistó 2 Ligas y 1 Copa del Rey y 1 Supercopa de Europa, aunque le quedó la espina de su malas experiencias en la Champions. Los culés tuvieron mala suerte en el sorteo de la primera fase y fueron eliminados a la primeras de cambio por 2 años consecutivos ante PSV, Dinamo de Kiev y Bayern de Múnich y Manchester United.

Selección brasileña y Balón de Oro

Sus grandes actuaciones en el Barça le convirtieron en un fijo de la selección brasileña, con la que había debutado en 1993 y con la que participó en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996). Con la canarinha ganó la Copa Confederaciones del 97 y llegó hasta la final en el Mundial de Francia 98. Su primer gran título fue la Copa América de 1999, donde se erigió como el mejor jugador del torneo, marcando 2 decisivos goles en la final ante la selección uruguaya. Sus 5 dianas le valieron para ser el máximo goleador del torneo junto a Ronaldo y, en el mes de diciembre, fue el jugador más votado del Balón de Oro. Después de todos los sacrificios, Rivaldo se había convertido en el mejor jugador del planeta.

Rivaldo estaba en la cúspide de su carrera pero su relación con su entrenador, no era idílica. Louis Van Gaal quería que el brasileño jugase como extremo pegado a la banda, mientras que Rivaldo reclamaba más libertad en el campo. El brasileño se tuvo que tragar su orgullo pero sus continuos desafíos al técnico terminaron por desencadenar en un enfrentamiento irreconciliable. La 99-2000 acabó sin títulos para el Barça y, la marcha del técnico holandés, vino acompañada de la de Figo. Con su mejor aliado en el bando enemigo el Barça realizó una temporada pésima y Rivaldo tuvo que salvar el proyecto con una chilena histórica. Su hat-trick ante el Valencia y su golazo en el en el último minuto salvaron la temporada clasificando al Barça para la Liga de Campeones, pero tras otro cuarto puesto y otro año sin títulos, Rivaldo se marchó del club en 2002. Después de 5 temporadas, jugar 235 partidos y marcar 130 goles, Rivaldo quedaba en la historia como un mito del Barça.

Campeón del Mundo 2002

Tras un año plagado de lesiones y rumores por su final de contrato, Rivaldo fue al Mundial de Corea y Japón sin muchas expectativas. Con solo 30 años, parecía en el ocaso de su carrera y Brasil no pasaba por su mejor momento. Sin embargo la aventura asiática fue perfecta, con la canarinha ganando todos sus partidos y Rivaldo siendo un jugador determinante. Comenzó protagonizando una fea simulación y ante Turquía pero, sus goles ante los otomanos, China, Costa Rica, Bélgica e Inglaterra, fueron clave para que Brasil llegase a la final. En el partido ante Alemania Rivaldo fue decisivo. Su potente disparo provocó el fallo de Khan, y su asistencia invisible precedió el segundo gol de Ronaldo. Brasil era Pentacampeona del Mundo y Rivaldo relanzaba su carrera rumbo al Calcio.

AC Milan

Pese a los rumores que le situaban en el Real Madrid, Rivaldo acabó firmando por el Milan, donde en su primera temporada ganó la Liga de Campeones. El brasileño alternó la titularidad con la suplencia y, tras su escaso protagonismo, abandonó Italia para regresar a Brasil. Tras un breve paso en el Cruceiro volvió a Europa para jugar en Grecia, donde se convirtió en un ídolo del Olympiakos. Con los helenos ganó 3 Ligas, 2 Copas y marcó 43 goles en un centenar de partidos pero, tras 3 campañas en el Pireo, se marchó a su máximo rival, el AEK. Allí jugó otra temporada antes de emigrar a Uzpekistán, donde fue el máximo goleador de la Liga con el Bunyodkor (2008-2010).

Retiro exótico

En 2011 volvió a Brasil para jugar en el São Paulo, disputó la liga de Angola con el Kabuscorp y en 2013  dio por finalizada su carrera en el São Caetano y Mogi Mirim, donde 2014 cumplió con su deseo de jugar un partido junto a su hijo Rivaldinho, de 18 años. En julio de 2015 Rivaldo anunció su retirada definitiva con 43 años de edad. La zurda inmortal se despedía tras 24 años de carrera donde conquistó casi todos los títulos posibles, marcó más de 400 goles y jugó más de 1000 partidos como profesional.  Con Brasil jugó 74 partidos, metió 34 goles y un triplete de títulos; Copa Confederaciones, Copa América y el Mundial que le coronó como uno de los mejores futbolistas de la historia.