El hijo de Roberto Rossellini analiza la obra y la figura de su padre | Cine | EL PAÍS
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NOTICIAS Y RODAJES

El hijo de Roberto Rossellini analiza la obra y la figura de su padre

El festival de Bilbao dedica un ciclo al legado televisivo del director de 'Stromboli'

Renzo Rosellini cree que su padre "tuvo suerte" de morirse hace 25 años. El hijo de Roberto Rossellini, uno de los creadores del neorrealismo, opina con esa ironía que así se libró de ver en qué se ha convertido la televisión, que el director de cine italiano (Roma, 1906-1977) concebía como el medio más poderoso para combatir la ignorancia. Zinebi, el festival internacional de documentales y cortos de Bilbao, dedica este año un ciclo a la producción para televisión de Roberto Rossellini, y su hijo, que fue su asistente de dirección y productor entre 1956 y 1975, ha acudido a la capital vizcaína a presentarlo.

Roberto Rossellini entendía la televisión como una herramienta educativa. Hoy apenas hay afán pedagógico en la pequeña pantalla, fenómeno del que Renzo sabe muy bien a quién responsabilizar: "Todo empezó cuando la televisión pública tuvo que enfrentarse con las privadas. La tarifa de publicidad está determinada por la audiencia que tiene una emisión, y de ese enfrentamiento ha surgido un cáncer que entró en el espíritu de la televisión pública. Ésta ha dejado de hacer un servicio público, se ha desvinculado de la razón por la cual nació y se ha transformado en una parte del mercado".

"Mi padre pensaba que en este siglo el hombre iba a poder liberarse de la ignorancia"

No acaban ahí las consecuencias del deterioro televisivo, en opinión de este cineasta, italiano aunque afincado en Los Ángeles. "El medio más importante de difusión del cine es hoy la televisión", y ésta cuenta con "los problemas de ser comercial y buscar una audiencia más amplia", opina Renzo. El efecto colateral es que "las televisiones europeas se han transformado en un medio de difusión del cine norteamericano", lo que no impide que se haya producido una "gran evolución en el lenguaje cinematográfico".

Productor

Al abordar la figura de su padre, Renzo Rossellini confirma que su visión del cine cambió en los años cuarenta, tras morir su hijo Romano en España. Ello le llevó a meditar sobre "aspectos espirituales que nunca había experimentado antes, porque era un hombre no creyente, no religioso, con espíritu muy laico". También ve difícil que se cumpla una de sus principales predicciones: el siglo XXI liberará a la humanidad de la ignorancia.

"Mi padre estaba convencido de que los grandes males de la humanidad eran el hambre, la pobreza y la ignorancia. Y pensaba que en este siglo, con la llegada de nuevos instrumentos de difusión del conocimiento, el hombre iba a poder liberarse de la ignorancia. Pero no creo que estemos en el buen camino. Estamos más informados, tenemos una verdadera cascada de información en la cual es muy difícil orientarse, pero esa información está muy manipulada", asegura.

Renzo Rossellini sufrió en 1984 un accidente de tráfico que le mantuvo dos años en una silla de ruedas. Desde entonces le han faltado "fuerza y oportunidad" para retomar su actividad como productor, que durante dos décadas le permitió trabajar con directores como Antonioni, Fellini, Bergman, Coppola, Herzog y su propio padre. Pero no se ha desvinculado del cine italiano, ya que en California representa a varias sociedades cinematográficas de su país. Por eso sabe cuáles son sus grandes impedimentos para penetrar en otros mercados.

"El cine, no sólo el italiano, sino también de otros muchos países, es un cine de comedia. Y la comedia es algo muy local. Es muy difícil que en Berlín se rían de las mismas cosas que se ríen aquí o en Italia", asegura. Aunque, curiosamente, uno de los directores italianos más conocidos sea Roberto Benigni, un cómico. "Sí, pero es un cómico que se hizo muy conocido cuando se enfrentó a un problema muy serio. El gran salto de su vida se produjo cuando hizo una película ahondando en aspectos históricos muy, muy, serios", precisa en alusión al tratamiento del Holocausto en La vida es bella, de Benigni.

El compromiso con distintas causas sociales y políticas también mantiene ocupado a quien durante los años setenta fue impulsor del movimiento de las radios libres italianas y presidente de la Federación de Radio Emisoras Democráticas. En concreto, trabaja en colaboración con diversos colectivos de su país con la vista puesta en la próxima creación de "una televisión del movimiento antiglobalización". Y no teme a la censura, ya que, "hasta este momento, en Italia no hay censura sobre las ideas".

Recientemente, Renzo Rossellini ha publicado el libro Chat room Roberto Rossellini, transcripción de una conversación que mantuvo, vía Internet desde Los Ángeles, con un joven cinéfilo de Roma. De su cruce de preguntas y respuestas surgió lo que define como "una exploración, un análisis de toda la obra de Roberto Rossellini, desde su primer documental, de 1936, hasta lo último que hizo, en 1977. Es algo que no existía antes".

Por su parte, la 44ª edición de Zinebi sigue hoy su curso con 29 cortos a concurso y 10 cintas del ciclo Catástrofe & Espectáculo como plato fuerte. Según su coordinador, Florian Wüst, pretenden mostrar que cada acto violento puede tener más interpretaciones que la que escogen los medios.

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